La mujer, que desgrana semana a semana una historia dolorosísima en su drama personal, incluyó en sus desventuras a otras mujeres víctimas supuestas de la trata y la prostitución reinantes en Campo Quijano, hasta no hace mucho tiempo.
“Desde el primer momento la Justicia ordinaria salteña me mintió. Yo tuve que huir a Tucumán con mis hijos porque me di cuenta que estaba en serio riesgo”, expresó. Dijo: “En ese tiempo pensé que después de lo actuado por la Policía provincial iban a excluir a mi pareja del hogar, y por esa razón dejé de lado el caso de las verdaderas actividades que desarrollaba mi pareja en ese domicilio”. Refirió que “es largo de contar, porque en esa casa se reunían entre siete u ocho agentes federales, incluido el médico del Servicio Penitenciario Federal”.
Leal aseguró que no volvió al lugar “para melodramar”, sino para que la verdad sobre su drama ayude a otras mujeres que pasaron por allí. En su raconto de los hechos, mencionó que trabajó hasta “con los políticos más prominentes del Valle de Lerma e incluso con un intendente capitalino”.
Dijo elípticamente que su propio esposo la entregaba para la trata y sus arreglos de la droga. Consultada si el hombre estuvo ligado a esas cuestiones, dijo que sí, porque en parte compartía ese mundo junto con su pareja. “En mi casa había bolsas de ropa de mujer que no me pertenecían. En mi memoria hay muchos personajes de la política de Salta que estuvieron vinculados conmigo y que ahora me dan la espaldas”, dijo. Y agrego: “Cuando me hallaron cautiva en mi propia casa y me rescataron pensé que me liberaban de mis penas, pero no, allí comenzó otra historia más cruel aún, el despojo de mis tres hijos menores, a quienes no veo desde el 2016”.
La mujer oriunda de Tucumán insistió: “Me mintieron en Salta pero también en Buenos Aires, porque desde el refugio donde me hallaba junto a mis hijos fui despojada de ellos”.Julia Leal subrayó: “Al final del camino no me quedó otra cosa que abrir la boca, decir lo que realmente pasaba en la casa de Campo Quijano y admitir las partes que me corresponden de esa historia. Es muy cruel porque muchas de esas cosas y de lo que yo sostengo las he vivido junto a mis hijos”.
Explicó: “Es tan grave mi dolor que involucre al mayor de mis hijos, quien ya prestó declaración sobre lo que vio en aquellos años de terror”.
Frente a lo expuesto, aseguró: “Yo no me voy a callar nada porque parí cinco hijos y mi expareja me hizo abortar a la fuerza el sexto, que era una niña. No voy a callar más aunque me juzguen como quieran, porque mi silencio me traicionó”.
Julia explicó: “Cuando finalmente decidí hablar de todo y para todos, apenas llegué a Salta me destrozaron a golpes y me amenazaron de muerte. Eso les demuestra que no vine a mentir sino a decir la parte de la verdad que callé y donde tengo lo mío”.
Y la mujer cerró: “Lo demás lo debe investigar la Justicia Federal, porque yo ya les di los elementos necesarios”.