Por qué cada diciembre aumentan los accidentes en las calles tucumanas

Domingo 09 de Diciembre de 2018, 08:40

PREOCUPANTE POSTAL. La foto fue tomada luego del choque entre un auto y una moto, situación que se ha vuelto muy habitual en Tucumán. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.



El fin de año es una montaña rusa de emociones. Terminan las clases, hay que presentar balances en el trabajo y los proyectos para 2019, hay que ir al médico porque ¡todavía! no nos hicimos los chequeos anuales, hay que organizar las compras y decidir con quién vamos a pasar las fiestas.

Se suman también todos los festejos para despedir el año: hay reuniones con amigos, con compañeros de trabajo, con vecinos... y la lista sigue.

El combo de diciembre es el peor enemigo del tránsito. Porque estamos agotados, por momentos irritados, estresados y de mal humor, pensando en mil cosas al mismo tiempo.

Agobiados por la sensación de que “se acaba el tiempo”, vivimos apurados por llegar a donde sea. Esta aceleración del día a día incrementa la posibilidad de sufrir un accidente. Lo confirman las estadísticas: desde el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) afirman que el último mes del calendario es el más peligroso. Hay un 20% más de accidentes que el resto del año. Los datos surgen de un análisis que hicieron de los más de 5.500 siniestros viales que ocurren en el país con heridos graves y víctimas fatales.

Lo que sucede en la guardia del hospital Padilla, que atiende la mayoría de los heridos en accidentes de tránsito de la provincia, también demuestra que en diciembre los riesgos se multiplican. Si uno ve las estadísticas desde hace tres años, en el último mes del año las atenciones por choques se incrementan notablemente. En 2015, por ejemplo, esa cifra trepó a 400 en diciembre mientras que el promedio mensual de lesionados en el tránsito fue de 330.

En 2016 pasó algo similar: por mes se asistieron 365 accidentados en siniestros viales y en diciembre fueron casi 550. “Esta es una epidemia que nos preocupa mucho. Desde 2016 hasta 2017 hubo un incremento del 50% de lesionados en incidentes de tránsito”, expresó la directora de la institución, Olga Fernández. Unos 18 pacientes por día llegan al hospital heridos en choques. El 80% son motociclistas y el 90% no llevaba casco. El 60% tiene menos de 30 años. Cerca de 300 quedan con una discapacidad permanente.

¿Qué pasa en la calle?

Miguel Angel Galíndez no tiene datos estadísticos, pero sí la experiencia de los 15 años que lleva recorriendo la ciudad como taxista. La ansiedad y la irritabilidad están adentro y afuera de su vehículo, asegura.

Dice que diciembre es sinónimo de caos. Y que la semana anterior a la Navidad es la peor, la más insegura. Hace dos años, un 22 de diciembre, se disponía a cruzar la avenida Ejercito del Norte, por calle Santiago del Estero, cuando un auto a toda velocidad lo chocó violentamente. Estuvo internado 15 días.

“El conductor había pasado el semáforo en rojo; nunca se dio cuenta. Desde entonces, tengo más cuidado con los otros autos. ¡Y ni hablar de las motos! Realmente, después de estas semanas que me esperan, debería internarme. La gente se pone muy mal en esta época”, resume el chofer, de 47 años.

La atención, en crisis

Como un cóctel explosivo, hay diversos factores que se combinan en diciembre y que nos ponen más ansiosos y más irritables. La licenciada en Psicología Silvia Gallardo explica que en esta época se acumula el cansancio de todo el año. Además, existe en el imaginario social que en este mes se acaba el tiempo y hay que resolver todo lo que no hicimos en 11 meses. Hay que apurarse, acelerarse. Y eso también se traslada a la forma en que manejamos.

“A diciembre se llega arrastrando los problemas que se acumularon a lo largo del año. Hay que solucionar todo. Se suman el fin de clases de los chicos, los balances de fin de año, las invitaciones a reuniones, los preparativos para las fiestas navideñas y todas las emociones que traen aparejadas. Todas esas situaciones generan tensiones y nos afectan la atención. Parece imposible enfocar la atención en una sola cosa a la vez”, explica la experta en psicología del tránsito.

Según Gallardo, manejar pendiente de muchas situaciones a resolver equivale a hacerlo utilizando el celular. La distracción es exactamente igual, dice. La situación es más que preocupante si uno ve las estadísticas: de acuerdo a un estudio del Cesvi, el 23% de los choques graves son producto de las distracciones.

-¿Y por qué la cosa es grave?

- Porque todo el mundo está en iguales condiciones, acelerado, distraído. Las consecuencias se ven claramente reflejadas en aquellos accidentes donde un conductor debería haber visto a otro vehículo realizando una maniobra y su reacción fue de sorpresa pese a que tenía el tiempo suficiente para reaccionar”, ejemplifica.

A este cuadro agobiante hay que sumarle los condimentos cotidianos de las calles tucumanas: calor insoportable, embotellamientos y protestas. Todo genera estrés. Y el estrés, según Gallardo, es uno de los peores copilotos a la hora de conducir porque afecta la toma de decisiones al volante. Manejar estresado, por ejemplo, incide en la forma en que evaluamos las distancias entre dos vehículos.

De fiesta en fiesta

Las ambulancias de la Dirección de Emergencias de la provincia también se mueven mucho más en diciembre que en otros meses. El doctor Juan Masaguer, que trabaja en la entidad hace muchos años, sostiene que el principal problema es que aumenta demasiado el consumo el consumo de alcohol en estos días entre reuniones y despedidas del año. Por eso, en estas jornadas ellos suelen encontrar que en el 60% de los accidentes hay un conductor ebrio.

- ¿Cuáles son las consecuencias de beber alcohol?

- Excitación emocional, disminución de la capacidad de juicio, relajación, reacciones tardías, alteración de los reflejos, movimientos torpes, euforia y agresividad. Es decir, se ven alteradas desde el primer vaso de vino o cerveza las principales capacidades que un conductor debe poner en funcionamiento.

- ¿Qué hacemos?

- Tomarse las cosas con más calma puede ser una de las respuestas para enfrentarse a las semanas más frenéticas del año y no dejarse arrastrar por la locura colectiva, sugiere la psicóloga Gallardo. Programar las compras y no pensar que en diciembre estamos al borde del precipicio. “No es el fin del mundo si no presentamos un balance o no terminamos un proyecto. Se puede seguir en enero o en febrero”, remarca.

No hay muchas recetas. Se debe entender que es un mes complicado, evitar las horas pico, programar las compras con anticipación y si salimos a festejar y tomamos alcohol, mejor volver a casa en taxi. Hay cosas que no vamos a poder cambiar. Diciembre es así, una montaña rusa de emociones. Subite, ajustá el cinturón, cuidate y tratá de pasarla bien.
 

Fuente: https://www.lagaceta.com.ar/nota/792126/actualidad/diciembre-mes-mas-peligroso-para-transitar-tucuman.html