Domingo 24 de Febrero de 2019, 11:02
Cuando un niño es muy pequeño, los padres tienen muchos temores
sobre su estado de salud y preguntas sobre qué es exactamente lo que
quiere y qué le molesta.
¿Cómo entender a un bebé sin palabras?
Los
expertos identifican tres formas principales en que el niño “habla” con los
adultos.
Cada padre aprende a comprender las señales individuales de sus hijos.
¿Cuáles son las reglas generales para entender las necesidades del pequeño?
Por el llanto
En los primeros 4 meses después del nacimiento del bebé, el llanto
es su forma principal de expresar sus necesidades. Pero, ¿cómo
distinguir, digamos, un llanto hambriento de uno de dolor u otros?
-
Llanto invocador. El niño estuvo solo por mucho tiempo,
quiere que lo alcen en brazos. Grita por 5 a 6 segundos, luego
se detiene por unos 20 segundos, como si esperara un resultado.
Si el padre no responde, entonces esta naturaleza cíclica se repite
varias veces, hasta que el llanto se vuelve continuo.
-
Llanto hambriento. Puede comenzar con un llanto
invocador, pero si el bebé fue alzado pero no alimentado el llanto
continuará, se volverá histérico, el niño girará la cabeza y pueda que
haga sonidos de succión.
-
Llanto de dolor. Esta clase de llanto será monótono,
fuerte e incesante, periódicamente habrá oleadas histéricos que
indicarán que las sensaciones dolorosas han aumentado. Pero si el niño
se está enfermando, entonces su llanto puede ser monótono, pero
silencioso, ya que no tendrá fuerza para hacer sonidos fuertes.
-
Llanto por los procesos fisiológicos. Hasta una simple
salida del exceso de gal del cuerpo, el pis o la defecación pueden
causar sensaciones molestas para el niño al principio. Este llanto será
más parecido a un lloriqueo quejoso o un chillido.
-
Llanto soñoliento. Cuando el bebé tenga sueño, pero por
alguna razón no pueda quedarse dormido, el llanto será un lloriqueo
monótono y estará acompañado por bostezos, el niño podrá frotarse los
ojos y las orejas.
-
Llanto por estar incómodo. Este llanto será bastante
irritado e intermitente, muchas veces acompañado de inquietud, el bebé
podrá girar y arquearse. Significa que hay que revisar el pañal, tal vez
se sienta incómodo con la ropa, tenga calor o frío.
Además, incluso los niños muy pequeños pueden llorar cuando quieren cambiar de entorno, o cuando están frustrados o aburridos.
Por los sonidos
La pediatra australiana Priscilla Dunstan
ha estado investigando los sonidos de la primera infancia (hasta 3 o
4 meses) durante más de 20 años. Miles de bebés de diferentes
nacionalidades participaron en sus experimentos. Priscilla cree que los
sonidos reflejos primarios son internacionales.
Pero después de los 4 meses, el niño hace sonidos porque quiere
comunicarse y tiene menos que ver con las necesidades físicas. Priscilla
abrió una escuela donde enseña a los padres primerizos a entender a sus
bebés. Se cree que al reconocer estos sonidos a tiempo, se puede evitar
el llanto.
El “diccionario” de los sonidos principales:
-
“Ña” (“ñe”): “¡Tengo hambre!”. Este sonido se obtiene cuando el niño presiona la lengua contra el paladar y se genera por el reflejo de succión.
-
“Ee” (“ei”): “¡Estoy por eructar!”. Este sonido se forma cuando el aire comienza a escapar del esófago y el niño trata de expulsarlo por reflejo.
-
“Au” (“ou”): “¡Quiero dormir, estoy cansado!”. Al poner los labios en “o”, es decir, ante el primer signo de un bostezo, el bebé hace este “sonido de fatiga”.
-
“Je”: “¡Me siento incómodo!”. Las sensaciones táctiles
desagradables hacen que el niño se mueva, agintando los brazos y las
piernas. Y cuando, al mismo tiempo, se abre la boca, se producen sonidos
así.
-
“Ieo” (“ieu”): dolor de estómago, gases. Al tensar
la barriga y tratar de deshacerse del dolor, el niño exhala, los sonidos
se distorsionan y se obtiene un gemido de este tipo.
Por los movimientos
El lenguaje corporal dice mucho sobre cómo se siente un niño.
-
Se arquea. En niños menores de 2 meses, este movimiento
muchas veces aparece en respuesta al dolor y a los cólicos. Si el niño
se arquea después de comer, entonces está tratando de decir que
ya se llenó. Si observas muy seguido un movimiento de este tipo después
de que el bebé haya comido, puede ser un signo de reflujo. En niños
mayores de 2 meses, este movimiento denota fatiga y mal humor.
-
Gira la cabeza rítmicamente. Un movimiento
de autotranquilización. El bebé puede hacer eso a la hora de acostarse
o al estar en compañía de personas desconocidas.
-
Se agarra de las orejas. En la mayoría de los casos,
solo es un movimiento de “concientización”, el bebé se explora
a sí mismo. Solo hay que llevar al niño al médico si ese movimiento
se acompaña de llanto y se repite con frecuencia.
-
Aprieta los puños. Signo de hambre. Al verlo a tiempo, se puede evitar el llanto hambriento.
-
Dobla las rodillas. Un signo de dolor abdominal, cólicos. El niño trata reflexivamente de aliviar la molestia.
-
Levanta los brazos bruscamente. Este movimiento
significa que el niño se asustó. Un sonido fuerte, una luz brillante,
un despertar repentino pueden provocar sobresaltos, en este caso hay que
calmar al bebé.
Los pediatras aconsejan hablar
con el bebé tan seguido como sea posible, explicándole y mostrándole
todo a su alrededor, aun si parece que todavía no entiende nada. Esto
le ayudará a comenzar a comunicarse rápidamente con sus seres queridos
con la ayuda de sus sonidos y gestos individuales y a desarrollarse
mejor. ¡Les deseamos excelente comprensión mutua!
Fuente: https://genial.guru/inspiracion-psicologia/17-senales-que-un-bebe-usa-para-comunicar-algo-cuando-aun-no-sabe-hablar-970110/
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