El tráfico ilegal de armas convirtió a Tucumán en un polvorín a cielo abierto

Sábado 20 de Julio de 2019, 07:51

CIFRAS. Entre septiembre y junio pasados, la Justicia secuestro casi 300 armas y más de 40.000 balas y cartuchos. La Gaceta / Foto de Analia Jaramillo.



Los tucumanos, desde hace varios años, parecen condenados a tener que acostumbrarse a convivir con los mercados ilegales. Primero fue el de los CD de música. Luego, el de los DVD de películas “truchas”. Después, fue el de los celulares. Y también el de las motos. Y ahora se suma el de las armas, de balas y de los cartuchos que generan preocupación en las calles.

“Ahora cualquier gil tiene un arma”, enfatizó un experimentado investigador. No existen estadísticas concretas para ratificar sus dichos. Pero sí varios indicios para conocer, en parte, la realidad.

Según confirmaron fuentes de la fuerza de seguridad, más del 90% de los robos (desde asaltos hasta entraderas, pasando por los arrebatos, entre otros) es cometido por personas que usan revólveres o pistolas.

Comparativo

En lo que va del año, en la provincia se produjeron, según los casos difundidos, 72 homicidios. De estos, 41 (representa casi el 60%) fueron asesinatos con disparos de arma de fuego.

El año pasado, en idéntico período, se registraron 55 crímenes, de acuerdo con los casos relevados por nuestro diario. En estos casos, 27 personas murieron al ser alcanzadas por balas, es decir, el 49%.

Entonces, en Tucumán no sólo se incrementaron las muertes violentas, sino que también aumentó en más de un 10% del uso de armas de fuego contra terceros.

Los especialistas aseguraron que los homicidios reflejan lo que ocurre en una sociedad, porque la muerte es imposible de ocultar: tarde o temprano, se denuncian.

De los 41 crímenes que se produjeron en lo que va de 2019, 24 fueron en ocasión de robo
. Cinco tucumanos murieron por los balazos que le propinaron las personas que los asaltaban. Pero también salió a la luz que los habitantes de la provincia decidieron armarse para protegerse: 11 delincuentes fueron ultimados por los proyectiles que salieron de las armas que tenían las víctimas de robo. También cuatro tucumanos fallecieron al quedar en fuego cruzado entre víctimas y victimarios. Además, tres sospechosos fueron abatidos por la Policía.

En los barrios, por conflictos intravecinales, hubo nueve homicidios consumados con armas de fuego. Se registraron cinco crímenes intrafamiliares (dos femicidios), donde las víctimas fueron ultimadas a balazos. Por último, dos víctimas murieron por los enfrentamientos armados que protagonizaron grupos narcos.

Secuestros y algo más

Desde septiembre último hasta el 30 de junio pasado, la Justicia, a través de varias investigaciones, secuestró casi 300 armas de fuego y más de 40.000 balas y cartuchos.

Es imposible determinar cuántas armas hay en las calles, pero sí se puede decir que, por la gran cantidad que están dando vueltas, surgieron los “armeros”. Son personas que instalan talleres en sus casas para reparar armas y cargar o recargar proyectiles, ya sean balas o cartuchos. Conocen el tema y, por sus contactos, consiguen el material para realizar una actividad totalmente ilícita.

Legalmente, los que realizan este tipo de trabajo deben estar autorizados por los organismos correspondientes. Además, para reparar las armas deben exigir la documentación que acredite que quien la porta es legítimo usuario. En el caso de las municiones, la venta está cupificada y una persona, además de presentar los certificados que lo habilitan a adquirir determinadas municiones, tiene un límite.

“La persecución de esta actividad ilegal tiene que ver con la nueva visión que se tienen desde las fiscalías con su especialización. Ahora podemos avanzar con algunas pesquisas que nos han permitido dar con organizaciones que se dedican a la venta ilegal de armas y municiones”, indicó el fiscal Pedro Gallo, quien investigó un caso en el que aparecen miembros del clan Toro en un enfrentamiento a tiros con rivales.

En una vivienda encontraron centenares de balas nueve milímetros en una bolsa ziploc. Luego, el fiscal fue por más y quiso conocer dónde las habían adquirido. Las pistas lo llevaron a un domicilio en El Manantial y en Monteagudo, en el sur de la provincia. Allí, secuestraron armas (largas y cortas) y un stock de proyectiles y cartuchos que superaron las 30.000 unidades.

Más casos

Después de haber iniciado una investigación de oficio, la fiscal María del Carmen Reuter desbarató en marzo una organización que se dedicaba a la venta de armas a través de las redes sociales.

En la capital, en El Manantial y en Lules, los efectivos del Departamento de Inteligencia de la Policía, al mando de los comisarios Víctor Montero y Javier Alderete, secuestraron una gran cantidad de municiones de diferentes calibres, cargadores, carabinas 22, revólveres, escopetas, rifles y pistolas. Una persona fue sorprendida, inclusive, vendiendo un arma calibre 22 que tenía la apariencia de una lapicera.

“La comercialización y la tenencia sin la debida autorización legal son delitos. La delincuencia se nutre de ese mercado ilícito para atacar los bienes y la integridad física y la vida de las personas”, sostuvo el secretario de la fiscalía Javier González.

El fiscal Diego López Ávila también dio un golpe para acabar con el mercado negro de armas y municiones. Personal de la comisaría de Tafí Viejo investigó una organización que, supuestamente, se dedicaba a la venta y alquiler de armas y a proveer de proyectiles en esa ciudad, en Las Talitas, El Colmenar y Villa Mariano Moreno. Se hicieron allanamientos y se confirmó, en parte, la teoría, ya que se secuestraron gran cantidad de armas cortas y larga y una importante cantidad de municiones.

“No se pudo comprobar si efectivamente alquilaban las armas, pero sí se los procesó con pedido de prisión preventiva por acopio de armas y de municiones”, explicó López Ávila.

“No se trata de gente improvisada, sino de especialistas que saben lo que están haciendo. Hemos encontrados maquinaria de última generación y balas con puntas huecas o con cruces”, explicó.

“Se hizo un nuevo allanamiento para retirar los aparatos y nos dimos cuenta que habían recibido nuevas armas y que se estaban recargando más balas y cartuchos”, concluyó el fiscal.
 

Fuente: https://www.lagaceta.com.ar/nota/812870/actualidad/crece-uso-armas-fuego-homicidios.html