Estafaron U$S 20 millones a McDonald’s jugando Monopoly

Domingo 07 de Febrero de 2016, 21:14





En 1987 McDonald´s lanza en numerosos países una promoción en forma de juego junto al mítico Monopoly. Ocho años después y durante seis años el ganador del gran premio es la misma persona. Esta es la historia de uno de los mayores fraudes, la historia del hombre que engañó a McDonald´s y casi se hace millonario.

La trama no puede ser más rocambolesca y tiene a un hombre, Jerome Jacobson, como principal protagonista. Él fue el ganador a la sombra y el hombre que casi se hace millonario sin que el imperio de McDonald´s se diera cuenta. Pero antes de hablar de lo ocurrido, hay que remontarse a 1987, momento en el que se inicia la promoción.

Se trata de una promoción donde se sumaron McDonald´s y Hasbro, un juego donde se utilizaba la temática del famoso juego de mesa y que comenzaría en el año 1987 hasta el año pasado en 2015, momento en el que el juego del Monopoly fue reemplazado por Game Time Gold en Estados Unidos.

La fórmula era bastante sencilla y una manera para atrapar a nuevos clientes. Cada año y por un tiempo limitado cualquiera podría ganar grandes sumas de dinero recogiendo piezas (tarjetas de propiedad) del Monopoly. En el embalaje de los productos de McDonald´s se encontraban las tarjetas de alguno de los ocho colores que integraban el juego y dependiendo de la que tocara, el cliente podía llegar a ganar hasta 1 millón de dólares (en este caso obteniendo las propiedades azules Boardwalk y Park Place). Obviamente, la probabilidad de que te tocara era la misma de que te toque la lotería, pero el gancho fue irremediablemente un éxito.

Una promoción que a lo largo de su historia pasó por numerosos nombres (incluso hubo una versión basada a su vez en el programa ¿quién quiere ser millonario?). El juego luego ha sido lanzado en diferentes formatos en una veintena de países. Una fórmula muy utilizada en los comercios como McDonald de Estados Unidos, ofreciendo sorteos para atraer a los clientes a sus restaurantes.

En cuanto a las reglas que debe seguir todo juego de esta índole, las leyes prohíben a una empresa la administración de sus propias promociones con el fin de prevenir el fraude y para asegurar que todos los premios son fruto del juego. Por esta razón McDonald´s cedió estas competencias a Simon Worldwide Inc., encargada de la distribución de las piezas del concurso y de la adjudicación de los premios. Una decisión que conectaría directamente con nuestro hombre, Jerome Jacobson.

Sobra decir que desde el momento de su lanzamiento el juego fue todo un éxito en Estados Unidos con seguimiento de culto. La gente visitaba los establecimientos de McDonald´s cada año, en las fechas que se lanzaba el juego, únicamente para recoger las piezas que le abrían la posibilidad de ganar ese premio de un millón de dólares. El éxito como decimos fue grande y muy largo en el tiempo, casi dos décadas ha estado en activo.

La clave para una promoción de éxito en un juego como el Monopoly de McDonald´s radica en las probabilidades. Los premios tienen que ser los suficientes como para que la gente se anime a participar, por otro lado los grandes premios deben de ser pocos y alejados en el tiempo, de esta forma se amortiza y se compensa con las ventas el coste de los mismos. La clave por tanto es muchos premios pequeños (o baratos) y unos pocos “gordos”.

En el caso del Monopoly de McDonald´s la promoción repartía muchos premios pequeños en forma de refrescos y patatas fritas gratis, pero algunos años nadie ganaba el gran premio de un millón de dólares.

Y es que la configuración del juego hacía que las probabilidades para obtener los grandes premios fuera engañosa. La razón era que para ganar uno, los clientes debían tener el conjunto completo de propiedades de un color del Monopoly, y por supuesto habían piezas (o una sola) que eran muy difíciles de conseguir. Por tanto tenemos un juego donde los creadores, en lugar de hacer el mismo número de piezas, hacen una pieza de cada set extremadamente rara y difícil de conseguir. Un ejemplo: podías tener tres de las cuatro líneas de ferrocarril y jamás conseguir la cuarta (o tener una posibilidad entre 150 millones de encontrarla). No sólo eso, en esa época de fiebre por el juego, aquellos a los que les faltaba una sola pieza vieron como eran estafados en páginas de anuncios donde se pedían precios desorbitantes por la pieza que se necesitaba.

Jerome Jacobson en cambio nunca tuvo que recurrir a ello. Su idea era más simple y se basaba en aprovecharse de estar en el momento justo, en el lugar indicado. Jacobson trabajó como jefe de seguridad de Simon Marketing, la empresa que mencionábamos anteriormente, encargada de gestionar las piezas y la adjudicación de los premios.

Si bien tenía a varias personas para la supervisión de la producción y distribución de las piezas del juego, Jacobson era el único que supervisaba la producción y distribución de piezas en todo el país. Así, en 1989, tras dos años en la gestión de la promoción, Jacobson roba una pieza con un valor de 25.000 dólares y se la da a su hermanastro. En 1995 el hombre se estaba dedicando a robar todas las piezas de valor del juego.

¿Cómo? Jacobson supervisaba un proceso de seguridad que se iniciaba en una planta de impresión donde se hacían las tarjetas, cada una separada por su valor y almacenadas en una bóveda. Él era el responsable del transporte de las piezas en sobre cerrados a las plantas que fabricaban los cartones de McDonald´s, el lugar donde se suponía que las piezas se adjuntaban a los productos de la cadena de comida rápida.

Al parecer y después de las investigaciones, durante este recorrido el hombre se las ingeniaba para encerrarse y abrir cuidadosamente los sobres para robar las piezas. Hablamos de una trama donde Jacobson recibía sobornos en efectivo por el robo de 50 o 60 piezas. Como no se las podía quedar porque no podía recibir el premio y tampoco podía ningún miembro de su familia sin llamar la atención, decidió vender las piezas a personas que reclutaba a través de amigos y familiares.

Durante el tiempo que duró este modus operandi, algunos de los “reclutados” llegaron a hipotecar sus casas para pagar a una figura misteriosa que se hacía pasar por “Uncle Jerry” (tío Jerry). Con ello podían obtener premios que incluían 10.000 dólares en efectivo, coches, o en pocos casos, el millón de dólares del premio gordo. Ese mismo año, en 1995, una iglesia llegó a recibir un regalo anónimo de piezas por el valor de 1 millón de dólares. Un regalo cuyo único donante decía “Uncle Jerry”.

A Jacobson le funcionó el esquema durante seis años, hasta que alguien contratado por él mismo reveló la estafa al FBI en 1996. La agencia a su vez puso en marcha la Operation Final Answer, además, informaron a McDonald´s pero le pidieron a la cadena que continuara con el concurso para reunir el mayor número de pruebas.

Se realizaron numerosas escuchas y registros telefónicos en una operación que ayudó a la agencia a desarticular toda la trama y organización de Jacobson. Una de las claves fue precisamente la evidencia en el patrón de muchos ganadores, quienes habían hipotecado su casa justo antes de que ganaran el premio.

En el tribunal Jacobson se disculparía por sus acciones. Había ganado 1 millón de dólares con la trama, dinero que devolvió tras el caso. Fue condenado a 3 años de prisión y puesto en libertad el 21 de octubre del año 2005. Junto a Jacobson el FBI detuvo a 21 personas y se calcula que la trama habría conseguido más de 20 millones en estos años. En cuanto a McDonald´s, el caso no le disuadió y continuó con la promoción del Monopoly, a cambio anunció una promo de regalo adicional con 55 premios de un valor total de 10 millones de dólares como disculpa a los jugadores que durante años habían participado de un juego amañado.
 

Fuente: http://es.gizmodo.com/asi-fue-como-estafaron-mas-de-20-millones-de-dolares-a-1756596165