Una red de luchadoras tucumanas se organiza para derrotar al hambre

Martes 03 de Mayo de 2016, 05:18

ENTRE TODAS. Las mujeres de la cocina “Nueva Luz”, del barrio Ampliación Elena White, preparan la comida para unos 150 comensales. LA GACETA / FOTOS DE FLORENCIA ZURITA.



Menú del Día: pollo a la provenzal con arroz primavera

Ingredientes. Una vecina del barrio Ampliación Elena White presta su motocarro para ir a buscar los alimentos que les otorga el Ministerio de Desarrollo Social: los 15 kilos de arroz y las 10 latas de arvejas que necesitan para este plato. A veces van a comprar verduras en el Mercofrut (necesitan 4 kilos de zanahoria), porque de esa manera se ahorran bastante dinero. Las mujeres comienzan a despresar los pollos que les envía todas las semanas el municipio capitalino, los adoban con limones (20 unidades) y provenzal (6 cabezas de ajo y un atado de perejil). En la cocina comunitaria “Nueva Luz”, que nació como comedor en 2002, almuerzan de lunes a viernes unas 150 personas por $ 5 (son 25 familias). Cada una de esas cocineras asegura que este programa provincial las fortaleció para ganarle al hambre y a la inflación, aunque también les permitió organizarse para encarar nuevos proyectos productivos y sociales.

Preparación. A medida que doran las presas de pollo en el horno donado por una de las integrantes, van controlando el arroz que se cocina en una sartén enorme (entran sólo 3 kilos de arroz, por lo que lo cocinan por tandas). Teresa Torres y Susana Sosa, las fundadoras de “Nueva Luz”, reciben a las mamás que están en el turno de hoy para cocinar. Mientras escuchan cumbia en la radio que está a todo volumen y algunas bailan, ellas cuentan que en sus inicios elaboraban las recetas bajo una higuera. Ahora tienen techo propio, que incluye un salón y un patio bajo un tinglado. Allí no solo se cocina; los jóvenes y niños del barrio asisten a clases de judo (hay un equipo que viajará el 18 de mayo a Buenos Aires para participar de un campeonato internacional), folclore y por las tardes toman la merienda.

Ya van llegando las mujeres con sus tuppers. Hoy una de ellas se excusa de no haber trabajado en la cocina porque su hijo está con otitis y eso no es problema, porque saben que son cosas que pasan y que es valioso que las madres estén con sus hijos. “Lo más importante de este proyecto es que la familia se mantiene unida, porque acá vienen a retirar los alimentos y luego todos comen en casa. Otro beneficio: se come por $ 5 diarios. Entonces se ahorra plata en el hogar y con eso se pueden comprar cosas o invertir en algún proyecto. Con la cocina comunitaria nos hicimos fuertes, organizadas, colaborativas, útiles para toda la comunidad”, cuenta Teresa.

En el muro que separa la cocina del patio, están acomodados algunos recipientes con la comida lista y humeante. También se distribuyen en una mesa. Hay mujeres con sus bebés en cochecitos y otras que llegaron caminando o en bicicleta. Algunas vienen de la vuelta de la esquina, y otras de una distancia de 15 cuadras para llevarse la comida a casa. Llueva o truene, a las 12.30 emprenden el camino a casa con las manos llenas.

Claudia Villagra, con el pañuelo en la cabeza y el delantal, quiere resaltar que en ese lugar no sólo se elaboran platos sustanciosos, sino que también hay ayuda que surge sin que se la pida: “cuando mi hija cumplió 15 años, todas colaboraron desde cocinando hasta haciendo manualidades. Así Lucila pudo celebrar su cumpleaños”.

Susana Sosa piensa en voz alta que lograron mucho con poco dinero. Entonces cree que es posible concretar otros proyectos que tienen en mente: “de esta cocina se desprenden tres merenderos que están ubicados en Francisco de Aguirre al 1.700, en el barrio Las Piedritas y en nuestra sede. Lo que queremos en un futuro próximo es fundar una guardería de niños para que las madres vayan a trabajar tranquilas. También soñamos con construir una panadería y tener nuestra propia fundación. Necesitamos que esto crezca (y señala los muros), necesitamos gas natural y buena voluntad -que la tienen- del Ministerio de Desarrollo Social y el municipio. Somos todo un gran equipo. De hecho formamos una red de cocinas comunitarias de la capital. Y somos 18. Esto dio pie a que se formara una cadena de favores entre cada una de ellas”. Por esa cadena de favores -relata Susana- quizás nazca una cocina comunitaria en el barrio “Las Piedritas”, que está ubicado al sudoeste de la capital, en la rivera este del río Salí. “Tenemos conocidos allí, y vimos la necesidad. Así que las ayudamos a organizarse para que ellas tengan su propia cocina. Hay muchos chicos y madres solteras”, agrega Teresa.

Hoy, y como todos los días, hay postre: arroz con leche.

El programa tiene su propio recetario. Incluye también recetas de nutricionistas.

Albóndigas de maíz

Cocina “Santa Rosa” (Río Chico)

Ingredientes: (para 50 personas)

3 k de carne molida, 2 k de cebolla, 2 pimientos, 6 k de coreanito, 8 huevos, 4 k de harina de maíz, 1 caja de puré de tomates, 100 g de provenzal, 100 g de orégano, 100 g de pimentón, c/n de aceite, c/n de sal.

Preparación: Picar cebollas, pimientos y saltearlos con aceite. Agregar la carne, los condimentos, el puré de tomates y cocinar durante 12 a 20 minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar. Hervir el coreanito y hacerlo puré. En un recipiente verter la harina, agregarlo en el recipiente donde se puso la harina, junto con las cebollas y los pimientos salteados. Revolver hasta conseguir una mezcla. Hacer pequeñas albóndigas y hervirlas en agua con caldo. Una vez que suben a la superficie están listas para su consumo.

Hamburguesas de vegetales y legumbres

Cocina “Una luz de esperanza” (Tafí Viejo)

Ingredientes: (para 20 personas) 1 kg de lentejas, 4 zapallitos verdes, 4 zanahorias, 1/2 k de mijo o burgol hidratado, c/n de sal, c/n de agua.

Preparación: Hervir las lentejas en una cacerola hasta que estén blandas. Colar y dejar enfriar en otro recipiente. Hacer un puré, agregar zanahoria y zapallitos verdes previamente lavados y rallados. Agregar mijo o burgol fino remojado, sal a gusto y revolver hasta formar una pasta homogénea. Una vez unida la preparación armar las hamburguesas. Colocarlas en asaderas con aceite. Cocinarlas en horno medio de 10 a 15 minutos. Se puede acompañar con fideos, ensaladas, puré, entre otras guarniciones.

¿Qué son las cocinas comunitarias?

Son grupos de mujeres que en su mayoría, a partir de la necesidad alimentaria, trabajan de manera organizada, preparando la comida para sus familiares con la consigna “volver  a comer en casa”. Tienen acuerdos de convivencia, los cuales se visibilizan en actas. Allí se plasman  distribución de tareas, horarios para cocinar, entre otros detalles.

¿Qué hacen?

Se reúnen todos los días para planificar el menú, hacer las compras, cocinar y organizar la distribución de los alimentos para cada familia. Varios grupos desarrollaron otras acciones, como emprendimientos productivos, huertas comunitarias, talleres y articulación con otros sectores de la comunidad.

¿Cómo lo hacen?

El Ministerio de Desarrollo Social otorga un subsidio (económico o mercadería) y cada familia realiza un aporte definido por el propio grupo para la compra de los alimentos frescos necesarios. Pero primero deben constituirse y reunirse entre diez y veinte familias para realizar una nota. Ese escrito debe estar dirigido a la Dirección de Políticas Alimentarias, con el nombre de la cocina, la localidad, un pedido, la justificación y la firma de los integrantes.

¿Quiénes las promueven?

La secretaría de Articulación Territorial y Desarrollo Local, a través de la Dirección de Políticas Alimentarias, se encarga de la coordinación técnica y metodológica del programa.

¿Cuántas son?

Actualmente son 74 las cocinas comunitarias en toda la provincia. Y están distribuidas en Trancas, Tafí Viejo, Monteros, Lules, Famaillá, Chicligasta, Río Chico, Alberdi, La Cocha, Burruyacu, Yerba Buena, Alderetes, Cruz Alta, Leales, Graneros y San Miguel de Tucumán.

¿Por qué se crearon?

Para construir en las comunidades redes familiares y sociales que potencien en los grupos su capacidad autogestiva desde una economía social, con una mirada activa ante las necesidades, favoreciendo una alimentación saludable.
 

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/680468/sociedad/receta-para-ganarle-al-hambre-progresar.html