Sus cuñados le prendieron fuego y sus hermanos se armaron para vengarse

Miércoles 15 de Junio de 2016, 05:32

GRAVE. Tobías Suárez, se revolcaba en el piso mientras las llamas lo envolvían.



Cuando Angelina Orellana escuchó gritos el domingo a la tarde, salió a la vereda de su casa de Los Vallistos y vio una de las imágenes más desesperantes de su vida: su esposo, Tobías Suárez, se revolcaba en el piso mientras las llamas lo envolvían.

“Ese mediodía fuimos a comer con mis hermanas y sus maridos. Uno de ellos invitó a Tobías y al otro chico a su casa, a ver el partido de San Martín. Cuando mi esposo se estaba volviendo de ver el partido, escuchó gritos adentro de la vivienda. El dueño de casa estaba borracho y estaba haciendo líos. Mi marido entró con la idea de sacarlo pero parece que hubo un forcejeo con el resto de la familia. Tobías prefirió irse”, contó la mujer desde el Centro de Salud donde la víctima del ataque se encuentra en estado crítico. Tiene un 40% del cuerpo quemado. Se encuentra sedado porque tiene un respirador artificial y porque no soportaría los dolores si estuviera despierto. Ya lo llevaron dos veces al quirófano para removerle la piel muerta de la cara, las manos y las piernas.

“Mi cuñado, o alguien de su familia, llamó a su hermano para decirle que mi esposo la había agredido a mi mamá. Ese hombre al que llamaron llegó con otra persona a mi casa. Le tiraron kerosene a mi esposo y lo prendieron fuego”, agregó Orellana.

Con la ayuda de los vecinos, Suárez logró apagar las llamas que lo cubrían. Alguien llamó a una ambulancia del 107, pero para ganar tiempo decidieron ir hasta el hospital en un auto particular. Suárez se subió por sus propios medios y fue hablando durante el camino al Centro de Salud. “Pensé que estaba bien”, dijo su esposa, con quien tiene una pequeña hija que no sabe lo que le pasó a su papá. Ahora, lucha por su vida. Los médicos al verlo, fueron francos: el estado es sumamente crítico.

Detenidos

El lunes a la madrugada, la Policía aprehendió a cuatro hombres que iban en un Fiat Palio. Según el reporte de la fuerza, tenían consigo tres pistolas. Cuando los identificaron en sede policial, en la Justicia ataron cabos y se dieron cuenta de que los cuatro son hermanos del hombre quemado y que, al parecer, se dirigían a la casa de los agresores a cobrar venganza.

“No son mafiosos, no son delincuentes. Son trabajadores que viven el día a día, como mi marido que se dedica a la construcción. Cuando vinieron al Centro de Salud los quise contener para que no se fueran, y no los justifico. Pero fue muy duro para ellos ver a su hermano como está. Las llamas lo desfiguraron. Yo misma no soporto verlo así. Y sí, me molesta que se los trate así cuando ellos reaccionaron por este ataque brutal que sufrió su hermano y los agresores de mi esposo siguen libres”, relató la mujer. Además, dijo que tenían un arma y no tres.

Los acusados

Acompañado por su defensor, Álvaro Zelarayán, uno de los dos acusados del ataque se presentó el martes ante el fiscal Diego López Ávila. “Él, en realidad, cuando se percató de lo que estaba sucediendo, fue en su ayuda. Intentó apagar las llamas. Por eso tiene quemadas las manos”, explicó el profesional.

“Mi defendido -agregó Zelarayán- fue llevado con engaños a este ese lugar por su hermano. La Policía buscaba a otra persona, pero mi defendido se presentó igualmente ante el fiscal porque no fue él quien lo atacó”, destacó el profesional.
 

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/686337/policiales/denuncian-sus-cunados-le-prendieron-fuego.html