El servicio de Medicina Reproductivo de la Maternidad recibió desde julio 3.000 consultas y ya concretó 56 embarazos

Lunes 26 de Septiembre de 2016, 17:50





El servicio de Medicina Reproductivo de la Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes fue inaugurado formalmente el pasado viernes por el gobernador, Juan Manzur. Sin embargo, viene funcionando desde julio. Hasta el momento lleva registrados más de 3000 consultas y se han concretado 56 embarazos.

Este número puede sonar frío, sin embargo el proceso artificial de reproducción que se realiza en el hospital les permitirá a 56 mujeres cumplir el sueño de ser madres dentro de pocos meses. Hace dos años y medio atrás, solo podían acceder al tratamiento las personas que contaban con los recursos económicos suficiente para poder pagarlo, pero desde que se sancionó, en junio del 2013,  la Ley Nacional de Acceso integral a los procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida, ya han nacido en el país 100.000 niños.

El nuevo servicio que presta la Maternidad forma parte de esta política sanitaria que tiene como objetivo generar condiciones de igualdad para que cualquier ciudadana que vive en el país, sin importar su condición económica, pueda ser mamá.

Con aportes nacionales, contemplados por ley, y de la provincia, se logró construir uno de los mejores servicios de medicina reproductiva de la Argentina. De hecho, solo existen tres centros con estas características en el sistema de salud pública, siendo el de Tucumán el primero en tecnología de avanzada.

La Maternidad ha ido modificando su infraestructura en los últimos años, no solo se inauguraron y remodelaron distintas áreas, sino que se la ha dotado de equipamiento y recurso humano.

Una puerta de vidrio a dos aguas divide la sala de espera del sector de fertilización asistida que se caracteriza por sus espacios amplios y luminosos, con paredes perfectamente blancas y grandes ventanales. Todo está ubicado según como se va desarrollando el proceso desde que la mujer entra por primera vez a la consulta hasta que es inseminada artificialmente.

Desde que se traspasa la puerta de vidrio el orden de los espacios es el siguiente: dos consultorios de monitoreo ovulatorio, con sillones ginecológicos y ecógrafos portátiles de primer nivel; dos salas de recuperación ambientadas sobriamente con dos camas cada una; un quirófano con equipos de monitoreo, bombas de infusión, mesas de cirugía y ecógrafo para efectuar las punciones. Continúa el laboratorio de embriología, que es la parte más compleja en cuanto a tecnología médica específica ya que es ahí en donde se produce la magia científica de la formación de los embriones. Al final se ubican el laboratorio de semen, el depósito de termos criogénicos y el depósito de medicamentos. Estas características hacen que el Servicio de Fertilización de la Maternidad se lo puede comparar con los sanatorios privados de primer nivel.

El médico tocoginecológico Carlos Murgas y el biólogo Federico Bonilla trabajan en este centro y son una pieza fundamental dentro del proceso por el que debe atravesar cada mujer cuando inicia este camino.

“Una vez que llegan acá se les hace la historia clínica, se les pide todos los antecedentes, tantos personales como de enfermedades, antecedentes ginecoobstétricos de ella y de familiares directos”, relata Murga sobre el comienzo del tratamiento. La etapa siguiente, se centra en el pedido de los estudios iniciales que permite abordar los diferentes diagnósticos con el que se va a analizar cuál es el cuadro de infertilidad y así elegir el tipo de tratamiento, el cual puede ser de baja o alta complejidad.

De Baja Complejidad:
cuando la unión entre óvulo y espermatozoide se realiza dentro de la trompa de Falopio, que puede desarrollarse a través de relaciones sexuales programadas o por Inseminación intrauterina

De Alta Complejidad: cuándo la unión entre óvulo y espermatozoide tiene lugar en el laboratorio, lo que implica la necesidad de extraer los óvulos del organismo de la mujer.

Murga destaca que el objetivo del servicio se asienta sobre un concepto fundamental en medicina reproductiva y que no se centra solo “en aumentar las chances de que una mujer consiga embarazarse sino de que salga del hospital con el bebé en sus brazos”.

“Generalmente la paciente llega a la consulta trayendo sobre sus espaldas una historia de búsqueda de un bebé, con todo lo que ello implica: mucho tiempo de espera y ansiedad”, cuenta Murga quien ya tiene la experiencia de haber atendido a miles de ellas. Al respecto relata la gratificación personal que le significa cuando la mujer logra cumplir su sueño: “cuando vienen acá no vienen a buscar un diagnóstico, no vienen a buscar un test positivo, vienen a buscar un hijo, entonces cuando vemos que están con su bebé nos da una gran alegría que desborda lo que ellas sienten”. Luego agrega, que “este servicio es un paso adelante para las parejas con problemas de infertilidad, que se da a partir de la Ley de Reproducción”.

La ciencia a favor de la vida

En el laboratorio de embriología se desarrolla el proceso artificial cuando la mujer no puede fecundar naturalmente. Es en este lugar en donde se genera vida a partir de la ciencia ya que si todo resulta bien, desde que se forma el embrión y se los deposita en la madre, nacerá en nueve meses un bebé, un bebé como cualquier bebé del mundo que tomará la teta, llorará, gateará y elegirá su rumbo en ese incesante camino por la vida.

Sobre el proceso en sí, Bonilla especifica que una vez que la paciente está dormida con anestesia, los óvulos son captados por punción. “Lo que hacemos acá, en primera instancia es reconocerlos, ponerlos en un medio de cultivo que trata de imitar los fluidos biológicos, entonces una vez que hemos captado los ovocitos estos pasan a una estufa y se los conserva aproximadamente por ocho horas lo que favorece su maduración”.

En este sentido describe travesía científica desde que se extraen los ovocitos: “Nosotros los biólogos somos como las mamás postizas ya que nos encargamos no solo del cuidado de los óvulos y los espermatozoides, sino después de los embriones que se generaron en el laboratorio hasta el momento de la transferencia embrionaria”, explicó.

El profesional valoró que “el laboratorio del servicio de fertilidad de la Maternidad está a la altura de cualquier laboratorio del mundo porque contamos con el equipamiento y la formación humana que se necesitan”.