Un policía tuvo que esconderse en el baño del hospital para que no lo maten

Lunes 13 de Marzo de 2017, 07:43

FURIA ASESINA. El uniformado realizaba un simple secuestro de rodado cuando fue atacado por una multitud dispuesta a terminar con su vida a machetazos.



Un efectivo de la comisaría de Burruyacú tendrá que pasar por el quirófano para una cirugía reconstructiva de su brazo y aún no se sabe si podrá volver a mover los dedos. Es que un operativo de control vehicular terminó ayer a la madrugada en un descomunal incidente, durante el cual el policía fue atacado a machetazos por una turba de 30 personas que quería liberar a un motociclista que manejaba ebrio y con un cuchillo en la cintura. El agresor del uniformado recibió un disparo en una pierna.

Todo comenzó cerca de las 0.30, cuando personal de la Policía Vial Este se encontraba en la esquina de las calles Galván y San Lorenzo. De repente, vieron acercarse a una moto que se desplazaba en zigzag. Entonces detuvieron al conductor, quien a simple vista demostraba haber bebido mucho alcohol. Ante esta situación, y como el rodado no tenía colocada la chapa patente, decidieron trasladarlo hasta la sede policial. Pero después, llegaron hasta ese lugar unas 50 personas, entre familiares y allegados al motociclista detenido, según las fuentes oficiales.

“El sujeto, además de estar borracho, tenía un cuchillo en la cintura: por eso se lo llevó detenido.
Llegó toda esa gente a la comisaría y el hermano quería que lo liberemos y pretendía llevarse la moto por la fuerza. Era muchísima gente, nos desbordaron”, contó una fuente policial.

Los uniformados comenzaron a realizar disparos con postas de goma para disuadir a los violentos. De imprevisto, una de estas personas atacó con un machete al sargento José Manuel Mansilla. El efectivo logró esquivar varias veces la afilada hoja, pero en un momento la vio caer directo hacia su cabeza y no tuvo más opción que poner su brazo izquierdo para evitar la muerte. En ese momento, sufrió un profundo corte que comenzó a sangrar a chorros a la altura de la muñeca. Como -según la versión policial- el agresor no se detenía, el uniformado le disparó y lo dejó tendido en el suelo.

De mal en peor:

Los heridos fueron trasladados hasta el hospital local, pero allí siguieron los incidentes. Durante media hora, el sargento herido tuvo que permanecer escondido en un baño junto con uno de sus compañeros. Según las fuentes policiales, los familiares del detenido les reclamaban a los médicos que les dijeran dónde estaba Mansilla. Después de ese lapso, llegaron los refuerzos.

“Los policías estuvieron solos porque no hay personal. El policía herido estuvo escondido porque estas personas entraron con machetes y lo querían matar”, agregó la fuente consultada.

Sobre el estado de Mansilla, el comisario Víctor Alderete, jefe de la comisaría. informó que le permitieron volver a su casa y que hoy será sometido a una cirugía reconstructiva. “Es diabético y no podían controlarle el azúcar, pero se logró ubicar a su médico personal y él fue a atenderlo. Acerca de la movilidad de los dedos de la mano izquierda, no se puede saber nada con certeza todavía”, puntualizó.

Con respecto al atacante, se supo que sería un sujeto de la zona que tendría antecedentes y que ya habría participado de un ataque a esa comisaría años atrás.
 

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/721786/actualidad/sargento-tuvo-esconderse-bano-para-no-lo-maten.html