“Él siempre estaba en el bar El Chavo y al frente lo esperaban los cobradores para amenazarlo. Sé que ‘
, indicó.
El testigo involucró además en el caso a los riojanos José “Chenga” Gómez y Gonzalo José Gómez y a su madre Irma de haber hecho los contactos para concretar la operación. “El señor Rubén sabía todo esto porque una vez más dio un sobre con $30.000 para que le pagara a Roberto Flores, abogado de los riojanos”, indicó.
María de los Ángeles Verón desapareció hace poco más de 15 años. Su madre Susana Trimarco siempre aseguró que había sido víctima de una red de trata de personas. El caso llegó a juicio y los Gómez y Milhein, entre otras personas, fueron condenados por su desaparición, mientras que Rivero fue absuelta. Pero nunca antes hubo una declaración tan fuerte en contra de “La Chancha” y, mucho menos, que alguien haya revelado qué hicieron con Marita después de haberla secuestrado. La línea de España ya había sido analizada por la fiscala Adriana Reinoso Cuello cuando estaba investigando el caso, pero nunca se la pudo confirmar.
No fue sencillo que se hablara del caso Verón en la audiencia. El fiscal Pablo Camuña le pregunto sobre el tema y los defensores se opusieron. El tribunal, integrado por Alicia Noli, Luis Eduardo Casas y Domingo Batule, se retiró a deliberar sobre la cuestión. Aceptaron el interrogante al considerar que la trata de personas y la prostitución eran actividades ilícitas que desarrollaban los acusados.
El testigo de identidad reservada dijo que “La Chancha” Ale tenía mujeres a las que hacía ejercer la prostitución. “Milhein y Rivero eran las que manejan las chicas en esta provincia, Termas de Río Hondo, Catamarca y La Rioja”, declaró.
El testigo señaló que sabe de todo esto porque se lo contó personalmente “La Chancha” y por su propia experiencia.
“Muchas veces nos pedían que llevemos chicas a determinados lugares y lo hacíamos. Por ejemplo, una vez tuve que llevar a una de las mujeres a un lugar porque la había solicitado el gerente de un banco. Esperábamos que ella termine su trabajo y después la llevábamos”, agregó.
El hombre indicó además que las mujeres que trabajaban con Rubén Ale eran permanentemente maltratadas por él y por sus compañeros. “Las que no querían trabajar las castigaban, las obligaban a que se prostituyeran”, comentó.
El testigo de identidad reservada también confirmó que los acusados trasladaban a las chicas a diferentes provincias. “Lo hacían en remises Cinco Estrellas. Las llevaban a Catamarca y a La Rioja. Cuando llegaban a un control policial, ‘chapeaban’ y seguían como si nada”, concluyó.