El festival para "chicos ricos de Instagram" terminó en pesadilla

Sábado 29 de Abril de 2017, 08:51

El Fyre Festival prometía los mejores músicos, chefs y experiencias. Pero la realidad fue muy diferente.



Mar turquesa, yates privados, chicas en bikini, lo mejor en arte, música, comida y aventura, un line up encabezado por Blink-182 y dos fines de semanas de baile y diversión. La buena vida, bah. El festival Fyre en Bahamas prometía ser el nuevo Coachella, organizado en "una remota isla privada" que perteneció alguna vez a Pablo Escobar. Pero todo salió mal. De terror, sin exagerar: en lugar de consagrarse como un nuevo festival para "los niños ricos de Instagram" resultó un fraude: una especie de campamento precario, con tiendas de emergencia, casi sin luz, servicios y con cientos de personas intentando volver sin éxito a sus casas. Hasta el gobierno de Bahamas tuvo que salir a pedir perdón.

El exclusivo evento fue agitado en las redes por influencers del alcance de Kendal Jenner y Bella Hadid. Y las entradas más caras rondaban los 12 mil dólares. "Vas a vivir lo mejor en música, arte, cocina y aventura", un evento "en los límites de lo imposible" prometía el Fyre Festival, a través de un mega-aspiracional video. El marketing surtió efecto y la gente comenzó a llegar desde distintos puntos del mundo.

Pero solo para encontrarse con el contraste feroz entre la expectativa y la realidad. La isla lucía como un descampado agreste, con carpas a medio levantar, baños químicos y apenas un poco de luz. De los músicos ni noticias. Con un comunicado en sus redes Blink-182, la banda más esperada, anunció que después de una larga consideración había decidido suspender. "No estamos seguro de que podamos contar con lo que necesitamos para dar la calidad de los shows que solemos darle a nuestros fans".

Pero esa no fue la única desilusión. Si el aviso prometía "pop ups curados por los mejores chefs" -lo que sea que eso signifique- los asistentes postearon fotos de la poco glamorosa comida que les estaban sirviendo: sándwiches de jamón y queso en bandejas de telgopor.

El gobierno de Bahamas, a través de su ministerio de turismo, salió a pedir disculpas por el caos del festival. Por su parte, la organización dijo que devolvería el valor de las entradas, pero se desligó de responsabilidades. "Debido a circunstancias ajenas, la infraestructura no estaba preparada a tiempo para cumplir con las expectativas que ofertaba".

William Finley, de Carolina del Norte, compró un pase de 2700 dólares que supuestamente le habilitaba comida, barra libre y cabañas para pasar la noche. "Son básicamenente carpas para zonas de desastre con un colchón adentro. No son incómodas, peor están tan mal hechas que se podrían volar con un poquito de viento o lluvia".

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Fuente: http://tn.com.ar/sociedad/el-festival-para-chicos-ricos-de-instagram-en-una-isla-de-bahamas-que-termino-en-una-pesadilla_789202