¿De dónde viene la ropa usada que venden barata en las ferias?

Domingo 28 de Abril de 2019, 10:14

Las ferias de ropa usada se multiplican



El creciente apetito del mundo occidental por la moda rápida y desechable, alimentada por el abastecimiento y disponibilidad de productos baratos fabricados en China y otros países, significa que estamos consumiendo y deshaciéndonos de cantidades cada vez más grandes de ropa.

Y alentados por las organizaciones de caridad y las compañías de reciclaje, nos sentimos cada vez más dispuestos a entregar estas prendas a tiendas, bancos de ropa o contenedores para que encuentren nuevos dueños.

Pocos disputan el hecho de que, en lugar de tirar una prenda usada a la basura, es mejor que encuentre una nueva vida. Pero un libro revela que en países como Reino Unido y Estados Unidos, la mayoría de la ropa que la gente dona pensando que ayudará a alguien, en realidad termina siendo exportada y vendida en el exterior. Y esto forma parte de una gigantesca industria global de ropa de segunda mano que vale US$ 4.300 millones.

Eso es lo que argumenta Andrew Brooks, profesor de estudios de desarrollo del King’s College de Londres, en su libro Clothing Poverty.

Según cifras de Naciones Unidas, el principal exportador de ropa usada del mundo es Estados Unidos, seguido de Reino Unido, Alemania, Corea del Sur y Holanda.

El viaje de salida de la ropa donada es complejo y varía, dependiendo del tipo de prenda de ropa, encontró el estudio del profesor Brooks. Prendas distintas terminan en distintos lugares del mundo, dice.

Por ejemplo, las camisas formales blancas regularmente terminan en Pakistán donde hay una gran demanda entre los abogados, dice. Los abrigos de invierno a menudo viajan a Europa oriental y las camisetas de manga corta y pantalones cortos terminan en África.

El estudio asegura que, en ocasiones, la ropa donada incluso termina siendo exportada a los países donde fueron fabricadas inicialmente, mercados como Kenia, Tanzania, Pakistán y Filipinas. Y muestra que gran parte de las toneladas de ropa de segunda mano donadas en Europa occidental y América del Norte terminan en las economías en desarrollo.

En efecto, una cantidad importante de ropa usada que se recolecta en Estados Unidos termina en América Latina, y se vende en ferias ilegales.

Andrew Brooks afirma en su libro Clothing Poverty que, aunque el comercio de ropa de segunda mano ofrece empleos a algunos, por ejemplo los que se dedican al negocio callejero informal, también socava la industria textil local en muchos países, dice el experto.

Pero tal como afirma Kate MacKlean de la Universidad de Birbeck, este comercio "es una cruel ilustración de las desigualdades e injusticias de la globalización".

"El comercio de ropa usada puede caracterizarse como una consecuencia del insaciable apetito de los países ricos por los artículos baratos lo cual ha conducido a una caída en los salarios en la industria de ropa".

Y estos artículos desechados en los países ricos -dice la investigadora- terminan en los países pobres creando a su vez una industria donde unos pocos se están enriqueciendo y otros intentan difícilmente ganarse la vida con la venta de prendas usadas.