Gente buena de Tucumán: TITO (87) vende sus perfumeros en el Cristo

Lunes 19 de Junio de 2017, 15:47

Tito Vallegas en su trabajo cotidiano. /Fotos La Gaceta - Oscar Ferronato



Tiene 87 años, pelo blanco y camina lentamente. Siempre usa con gorra y anteojos de sol para vender fragancias artesanales en el semáforo del Cristo, en Yerba Buena. Se trata de Antonio Villegas, a quien se lo conoce como "Tito".

En los últimos días, con la llegada del frío, algunos conductores se conmovieron con él y decidieron compartir su imagen en las redes sociales para pedirles a los tucumanos que colaboren con él.

"Tito" no es un vendedor común, sobre todo por su edad y su perseverancia. Su horario de "entrada" es a las 9.30 y siempre lleva su caja de cartón repleta de perfumeros qué el mismo fabrica.

"Perfumeros para autos / para placares / para roperos / $ 40", dice la cajita, pintada con diferentes colores.

Su trabajo no es cómodo: tiene que estar parado por más de cinco horas bajo el sol o con frío. En el semáforo, nadie lo conoce por su nombre. Nació en Rosario, provincia de Santa Fe, y todavía mantiene la tonada rosarina.

"Soy Antonio Villegas; jubifusilado… porque con la jubilación a mí me fusilaron", dijo. La jubilación no le alcanza para vivir y por eso sigue con la venta callejera. "Hay días que no pasa nada. Por más que empujés no pasa nada", agregó.

En 2006 se instaló por primera vez en el Cristo y no dejó más esa esquina. Sabe que tiene pocos minutos para ofrecer sus productos antes de que la luz pase a verde y los vehículos vuelvan a avanzar.

Su hermana Juana María Villegas murió hace más de una década. Ella armaba los perfumeros, con mano experta. Desde que falleció, Tito se encarga de todo: inyectar la fragancia y venderlos. Adentro de cada pieza agrega viruta de madera para retener el aroma por más tiempo.

En el Cristo, de Yerba Buena, ya tiene su propia clientela, hasta hubo quienes le hicieron regalos. También hay quienes le dan plata o aquellos que le compran dos o tres perfumeros, todos de una sola vez.



"Cuando mi hijo cumplió 18 años, le compré un escarabajo blanco ¡Un autazo!... Le puse un moño azul gigante en el techo y le dije: Andá a ver qué hay para vos en la puerta",
le contó a Tito al recordar a ese hijo que murió jóven, a los 45 años.

Era marino mercante y le dejó dos nietos en Mar Chiquita, Córdoba. Su segunda hija vive en Tucumán, le regaló tres nietos.

A Tito ni la llovizna logra frenarlo. En esos casos los automovilistas llegan con las ventanillas cerradas, pero él se da maña para avanzar entre los vehículos y pasar su oferta.

Tito es un hombre sonriente. Siempre lleva su mano izquierda en alto mostrando sus perfumeros y la gente se conmueve y lo respeta.


Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/734285/actualidad/historia-tito-abuelo-vende-perfumes-semaforo-cristo.html