Y todos los días se repite el mismo rito: Audi cruza para ir a jugar con Messi. Puede parecer insignificante, pero es un gesto de esos que las mascotas nos viven dando como lección.
Y su dueño se dio con un gesto que conmovió y que decidió inmortalizar.
Hasta que a respuestas de ladridos, Messi logró una amistad que se selló con el perro de enfrente que logró escapar de su solitario jardín y acudir a verlo.