Viernes 21 de Julio de 2017, 09:47
Cuando cumplió 23 años y recién se había graduado en una academia de actuación, Ruthie Darling se postuló para un empleo en un crucero. No era el trabajo de su vida, pero implicaba una posibilidad, un modo de adentrarse en el universo artístico. El transatlántico Queen Mary 2 aceptó su postulación. En un principio, fue un contrato por seis meses, pero su vínculo se extendió hasta llegar al año a bordo.