Rebelión en Tafí Viejo contra medidores de agua de Alperovich y Pucharras

Miércoles 20 de Mayo de 2015, 16:21

Fotografía cortesía Pro-Eco.



Las veredas de Tafi Viejo hoy no tienen olor a azahares ni están vestidas de naranjas y limones. Los colores llamativos de estas frutas fueron cambiados por conos de precaución y los trajes que usan los obreros que instalan, a lo largo del municipio, los primeros medidores de agua para la ciudad. Si, aunque resulte paradojo, la ciudad que menos agua tiene tendrá medidores en cada una de las casas.

En los últimos días, más de un taficeño se despertó con la sorpresa de que un grupo de obreros estaba instalado en sus veredas. Se trataba de trabajadores contratados por la Sociedad Agua de Tucumán (SAT), de forma terciarizada, para romper las veredas, sacar las lleves de paso e instalar un medidor de agua. Al ver la situación, no faltó el descontento y el recuerdo de que hace más de 10 años Tafí Viejo vive una crisis hídrica que se intensifica con los años y la construcción de nuevos barrios.

La mayoría de los vecinos renegó pero decidió bajar la cabeza y dejar que la obra se realice. Sin embargo, hubo quienes dijeron no al atropello y realizaron distintas acciones porque la empresa nunca notificó sobre las obras. “Yo puse un cartel diciendo que nosotros nos aceptamos la colocación del medidor. Y hay otros vecinos que se están contagiando alrededor. Pero muchos otros toman esto como algo indiferente”, contó Freddy Carbonel, un vecino de la ciudad y integrante del grupo ecologista Pro–Eco.

Si se descuenta la instalación del medidor o no, es una incertidumbre para el 100% de los taficeños. Los vecinos no fueron notificados al respecto y no saben si tendrán que pagarlo en cuotas o cómo. “Nosotros nos oponemos ahora al medidor por la forma en cómo lo están instalando. Pero, además, ¿por qué nos oponemos? Primero y principal porque el agua es un derecho humano básico, declarado por la Naciones Unidas. A lo cual Argentina ha adherido ya que es considerada un bien público y es un derecho básico”, agregó Freddy. Partiendo de esa premisa, los vecinos que se oponen sostienen que no se trata de no querer pagar el agua porque lo que se paga, realidad, es el servicio de una buena distribución que, justamente, Tafi Viejo no lo tiene.

“En vez de invertir en la colocación de medidores, ¿porque no invierten en hacer una buena infraestructura, mejorando las tomas de agua superficiales y arreglando las pérdidas de agua?”, se preguntó Marilina Capdevila al igual que otros vecinos. La toma de agua del arroyo Tafí, de la cual se provee la ciudad, está con bajos niveles de caudal. Se podría decir que la situación es parecida en el arroyo Las Cañitas, pero esta es peor. Según viene de denunciando, desde hace un tiempo Pro–Eco, la cañería principal, de la toma superficial del arroyo Cañitas, está ’pinchada’ para el suministro de agua en un barrio privado de la zona, el Country Ayres de Tafí.

“Todos los country (sic) que hay en Tafí no tienen medidores, al igual que las empresas céntricas como una sodería y las citrícolas que sacan como si nada el agua de nuestros cerros”, explicó Carbonel. Para él, la empresa busca cargarse sobre el usuario común, ese que tiene agua 8 horas diarias, con suerte. Si bien culturalmente la gente desperdiciaba el agua, porque no hace mucho tiempo de que los taficeños tenían la costumbre de regar los patios y las calles de tierra, hoy se comienza tomar conciencia. De a poco, la cultura del derroche desaparece pero no es suficiente. No hay agua y no habrá hasta que haya una inversión clara por parte de la SAT.

“Pongamos medidores una vez que el agua sea equitativa para todos, que haya una buena distribución, que sepamos que vamos a tener, efectivamente, agua todo el día. La SAT, como la empresa que es, trabaja tratando de recaudar más, porque eso no te notifica, ni hizo una audiencia pública informando a los vecinos de lo que iba a pasar. Entonces, allí uno podría manifestar si estaba o no de acuerdo, y poner su punto de vista” explicó Freddy. Por eso, lo que pretenden es que se hagan las cosas como corresponden y, mínimo, realicen una audiencia pública. Por lo menos, para que puedan manifestar su posición y los informen. Porque hasta ahora no tienen ni una cartilla informativa que explique lo que se está haciendo y cómo se lo hará.

Hasta que sean escuchados, los vecinos no dejarán que se les instale el medidor de agua. Por eso, ya presentaron las correspondientes notas en la Sociedad Aguas de Tucumán y promueven, mediante las redes sociales, seguir los siguientes pasos en caso de que el medidor ya esté colocado; “1- Hacer denuncia en la policía local. 2) hacer la denuncia en la SAT y la Municipalidad de Tafi Viejo. 3) Extraer el Medidor y conectar solo una llave de paso, (guardate el medidor para mejores épocas). Total si te lo instalaron por imposición, lo podes también sacar de la misma manera. Participemos para poder cambiar hacia el buen vivir”.

Hoy los taficeños dicen no, porque no se trata de una cuestión económica reducida a querer pagar o no por el servicio. Se trata de hacer valer sus derechos, de evitar el avasallamiento y conseguir que, de una vez por todas, se trabaje para que la ciudad tenga una buena distribución y los vecinos no tengan que padecer horas por falta de líquido.



Fuente: http://www.colectivolapalta.com.ar/luchas-sociales/2015/5/15/pagar-por-un-servicio-deficiente