La dura vida y el triste final del gomero muerto al explotar una rueda de camión

Miércoles 23 de Agosto de 2017, 06:34

DESENLACE FATAL. El cuerpo de Silva quedó tendido al lado del camión. No llegó a recibir asistencia médica. La Gaceta / Foto de Analía Jaramillo.



Era una mañana normal en la gomería de avenida Francisco de Aguirre 36 hasta que un reventón se escuchó en toda la cuadra. Cuando vecinos, transeúntes y mecánicos fueron a ver qué pasaba, encontraron a un hombre tirado en el piso. Estaba inconsciente y temblaba. Un rato después llegó la ambulancia, pero ya no había nada que hacer.

La víctima era Miguel Antonio Silva, de 53 años, y hacía menos de un mes que trabajaba en esa gomería, si bien se dedicaba a esa actividad desde niño. Al momento del accidente se encontraba junto a Walter Brandán, su compañero de trabajo. “Él estaba inflando la rueda del camión; me acerqué y el calibrador marcaba 25 de presión. Se lo pedí para inflar la rueda de una camioneta, lo agarré y, cuando me agaché para empezar a inflarla, sentí el reventón”, relató Brandán.

“Me doy y vuelta y veo que estaba tirado en el piso, boca abajo. Tiritaba. Pasó media hora hasta que vino la ambulancia y ya no tenía vida”, agregó el hombre con los ojos enrojecidos. “Nunca había pasado algo así”, expresó mientras observaba la tarea del personal de Criminalística, que acababa de llegar al local y cubría el cuerpo con una lona.

En la vereda se habían aglomerado los vecinos y los empleados de otras gomerías. “Miguel no tenía familia; trabajó como gomero desde chiquito, pasó por todas las gomerías de la zona”, relataron. Pastor Taberna, el propietario del local donde funciona el taller mecánico, contó: “Miguel no tenía casa, dormía bajo el puente, al lado del canal. El dueño de la gomería le dio trabajo; le puso una cama aquí en el local y le daba de comer”.

¿Qué pasó?

Para entender qué pudo haber pasado con Silva, se consultó la opinión de Ángel Quintana, un experto en neumáticos. Este explicó que ese tipo de gomas poseen un aro metálico. “Cuando no se lo acomoda bien, a medida que la goma se va inflando, ese aro hace talón y si está cruzado, vuela”, describió.

En cuanto a la presión del aire, que según dijo Brandán marcaba 25 al momento del reventón, Quintana precisó que la presión del camión puede llegar a entre 80 y 120. “Pudo haber pasado que el calibrador haya funcionado mal y estuviera marcando menos de la presión real”, sostuvo.

En cuanto al golpe mortal, señaló: “cuando el neumático explota, salta la llanta, que tiene 22 pulgadas. Sin el aro, ese ya sería un golpe mortal. Imagínese si se suma esa parte metálica”.
 

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/741869/actualidad/senti-reventon-lo-vi-tirado-piso.html