Vivió un año en el espacio, volvió y comparó los efectos en su cuerpo con su hermano gemelo

Domingo 19 de Agosto de 2018, 18:16





Uno puede pensar que el espacio es un lugar único. Algo soñado que solo unos pocos pueden alcanzar. El ex astronauta estadounidense Scott Kelly lo puede afirmar, después de haberlo visitado 4 veces en sus 20 años dentro de la NASA.

Pero, aunque no dudaría en volver si pudiera, también explica que el espacio es un entorno absolutamente hostil al ser humano y cuáles fueron los retos más extremos que tuvo que afrontar.


Como por ejemplo los devastadores efectos corporales, la tristeza y la soledad que conlleva estar separado de los seres queridos, el total y absoluto aislamiento de todas las comodidades terrestres, los catastróficos riesgos de chocar contra basura espacial y, aún peor, la amenaza angustiante de ser incapaz de ayudar si algo malo ocurre en casa, allá lejos, en la Tierra.

Todos estos relatos, muy detalladamente narrados con la ayuda de varios editores, los contó Kelly, de 54 años, en su biografía "Resistencia: Un año en el espacio", que publicó a fines de 2017 y ahora llega a la Argentina, traducida al español bajo el sello Debate (Penguin Random House). Kelly ostenta un doble récord: es el astronauta de su país que más tiempo consecutivo (340 días) y más tiempo total (520 días) ha estado en el espacio.

Una de las vistas que tenía Kelly durante su estadía en el complejo espacial.

Ese año "resistiendo" en el espacio, fue parte de una original misión que la NASA llevó adelante entre 2015 y 2016, cuando Scott Kelly puso su cuerpo a prueba para una investigación sobre las consecuencias que enfrentan los humanos cuando pasan mucho tiempo fuera de la Tierra, viviendo sin gravedad y con alta radiación.

Mientras tanto, aquí en la Tierra, los médicos seguían la evolución de su hermano gemelo Mark, que también es ex astronauta, para comparar distintos aspectos de salud orgánica y psíquica.

En rigor fueron 340 días fuera de la Tierra, desde el 27 de marzo de 2015 al 1° de marzo de 2016. Pero hay que aclarar que no fue el récord mundial, ya que ese lo ostenta, desde 1995, el ruso Valery Polyakov, con 438 días consecutivos a bordo de la estación espacial Mir.

Pero además de los estudios que le hicieron, la NASA realizó la misión para poder medir con tecnología del Siglo XXI los efectos que el cuerpo atravesaría en un período tan largo, en vistas a una futura expedición a Marte (actualmente, llevaría unos 200 días llegar al planeta rojo, más otros meses de permanencia y otros 200 días en caso de volver).

Además de los experimentos dentro de la nave, Scott debió trabajar
en varias caminatas espaciales para realizar las reparaciones necesarias.


Ahora, ya retirado de la actividad espacial pura y con un libro que se vende como pan caliente alrededor del mundo, Scott acepta una entrevista telefónica con Infobae desde su cómoda casa en Houston, Texas, EEUU, para hablar de sus vivencias en el espacio, con más de 400 experimentos efectuados en su última misión compartida con los rusos Guennadi Pádalka y Mijaíl Korinenko durante casi un año.

¿Qué se siente llegar y quedarse a vivir en el espacio?

Es algo extraordinario. Es una experiencia muy transformadora.

¿Volverías, a pesar de que ya eres un ex astronauta?

Sí, sin dudarlo. "Podría quedarme cien días. Podría quedarme otro año si tuviera que hacerlo. Dependería de que lo que estuviera haciendo tuviera sentido, aunque siempre quiero volver a casa. A la Tierra".

Kelly, con sus compañeros rusos y el cohete que lo llevaría al espacio en marzo de 2015.

¿Cómo es convertirse en astronauta?


Comencé a pilotear aviones cuando entré en la Marina, mientras estaba todavía el programa de los transbordadores espaciales (Space Shuttle). Luego, entré a la NASA y debí afrontar una dura competencia. Son pocas las posibilidades de que te elijan, porque hay mucha gente talentosa y calificada que tiene el mismo sueño.

¿Qué es lo que más extrañó a 400 kilómetros de la Tierra?

Mi familia. Es paradógico, porque ellos estaban preocupados por mí y yo estaba preocupado por mi mujer y mis dos hijas. No poder estar si algo le pasaba a alguno de ellas.

Ya dentro de la cápsula Soyuz, Scott y sus colegas rusos se preparan para viajar al espacio.

En el libro rememorás muchas cosas que pasaste en el espacio pero también otras de tu juventud. ¿Por qué?

Al principio pensé que el libro iba a ser un relato de mis días en el espacio. Pero cuando lo iba escribiendo se me volvían los recuerdos de ese chico que no le iba muy bien en el colegio, que no tenía un rumbo definido en la vida y vivía con muchas dudas. Hasta que leyó un libro que lo inspiró. En mi caso fue el de Tom Wolfe, en el que explica cómo la NASA reclutó a los astronautas de las misiones Mercury en los años 60.

¿Es una historia de lucha, trabajo y sueños cumplidos?

Definitivamente. Es para decirle a los más jóvenes que cualquier cosa se puede lograr, alcanzar, si uno pone el esfuerzo y la perseverancia para lograrlo. Nunca hay que rendirse.

La nueva cápsula de SpaceX para que EEUU vuelva al espacio.

En las últimas semanas la NASA presentó las nuevas cápsulas de Boeing y SpaceX para que EEUU pueda volver al espacio sin depender de los rusos ¿Cómo lo viviste?

Muy emocionado. Creo que un país que tiene una gran historia espacial, es líder en múltiples aspectos, llevó hombres a la Luna y varios robots a Marte, debe tener la capacidad siempre de poder ir al espacio sin depender de otros. Igualmente, la colaboración espacial entre naciones es vital para poder superar los obstáculos y desafíos que genera el espacio.

Y en esos desafíos está la llegada a Marte en los próximos años.

Sí, creo que ya tenemos la mayor parte de la tecnología para ir a Marte. Algunas cosas deben mejorarse, como la protección ante la radiación, los sistemas de apoyo vital o formas de propulsión. Estamos cerca del nivel tecnológico necesario para lograrlo, pero como todo, me parece que falta una decisión política para lograrlo. Como la que EEUU protagonizó con Kennedy para ir a la Luna. Se trata del hecho de salir hacia lo desconocido y explorar, que es una actitud que siempre marcó la historia de la humanidad. Como especie tenemos aún mucho que aprender, seguir creciendo y expandirse a otros mundos.

El sueño de viajar a Marte también revolotea en la cabeza de Kelly.

¿Irías a Marte?

"Iría seguro a Marte. Iría pero me gustaría volver. Clavar la bandera en el suelo y volver a casa".

¿Extrañás tu otra casa, la Estación Espacial Internacional?

A veces sí. Es una estructura inmensa que orbita permanentemente la Tierra. Construirla fue mucho más importante que ir a la Luna, sobre todo por el hecho de que pudo lograrse gracias al esfuerzo colaborativo de unos 20 países de la comunidad internacional. Es el mayor proyecto internacional en tiempos de paz de la historia. (Está operativa en órbita terrestre desde el 2 de noviembre de 2000 y la han visitado más de 200 personas de 17 países).

¿Hay alguna cábala antes de emprender un viaje de tamaña magnitud?

Hay una muy graciosa. Previo al lanzamiento, los astronautas hacemos pis en alguna parte del cohete. Después, nos aplican un enema y nos ponen pañales. También hay muchas diferencias entre los rusos y norteamericanos antes de abrocharse el cinturón dentro de la cápsula espacial. En la época de los transbordadores espaciales, nos poníamos nuestros trajes naranjas y jugábamos una partida de póquer en la que había muy poco dinero en juego. El juego terminaba cuando el comandante perdía. Eso significaba que había agotado así toda su mala suerte de ese día. Ya estábamos listos para volar al espacio.

¿Que rol debe ocupar la mujer en el espacio? Porque la mayoría de los astronautas fueron hombres.

Más de la mitad de las personas en la Tierra son mujeres, así que creo que la mitad de los astronautas deberían ser mujeres. Es muy simple.


La falta de gravedad hacía las cosas muy divertidas, admite Kelly durante la entrevista.

En su última misión estuvo 340 día en el espacio, con 231.498,541 kilómetros recorridos, 10.880 amaneceres y anocheceres y 5.440 órbitas alrededor de la Tierra. ¿Cómo es vivir en el espacio?

Es muy divertido. Especialmente cuando desde el principio experimentás la ausencia de la gravedad terrestre. Dormimos en una especie de bolsa de dormir pegada a la pared. Te la pones como un chaleco con los brazos afuera. Y dejo los brazos flotar o a veces uniendo las manos. Duermo 6 o 7 horas. Muchas veces mejor de lo que lo hago en la Tierra. No hay un arriba y abajo determinado, más allá de que las luces están en un techo y los carteles indicadores siempren tienen la misma orientación. Pero el cuerpo no se da cuenta de ello. Nunca vas a tener la sensación de estar durmiendo cabeza abajo.

¿Y para asearte o ir al baño?

Para lavarme los dientes, por ejemplo, tenía que tragar la pasta porque no podemos escupirla. En la Estación Espacial no hay duchas. Uno se baña con esponjas. Y cuando se va al baño para hacer las necesidades, todo es mediante aspiración. De otra manera, estaría todo flotando.

Realizaste más de 400 experimentos allá arriba. ¿Por ejemplo?

Hicimos experimentos con insectos, animales y plantas. También muchos con líquidos y la falta de gravedad. Los avances tecnológicos que se logran allá arriba luego repercuten en la Tierra. Un ejemplo es el GPS que se desarrolló para la orientación espacial. O el microondas. Toda la inversión que se hace allá lo vale.

Los gemelos Kelly son los protagonistas de un importante estudio científico.

Antes, durante y después de la misión fuiste evaluado médicamente junto a tu hermano gemelo, que permaneció en la Tierra, para observar los efectos de vivir en el espacio. ¿Qué resultados hubo?

"Yo me siento bien. Al principio viví varios días mareado, acostumbrándome nuevamente a vivir con la gravedad. He tenido pequeños cambios en el ADN, pero no es algo que se pueda ver o sentir para lo que existan síntomas. Seguimos teniendo el mismo ADN, pero el mío se está comportando de forma algo distinta: Un 7 % de mi ADN se comporta de una forma algo distinta. También experimenté cambios físicos, con una menor masa muscular y un aumento de estatura de cinco centímetros debido a la falta de gravedad.

Kelly llega a la Tierra en 2016, en la que sería su última misión al espacio.

¿Cómo se ve la Tierra desde afuera?

Como un lugar sin fronteras, hermoso. Como una gran nave espacial donde la humanidad está en viaje permanente.
 





Fuente: https://www.infobae.com/tendencias/innovacion/2018/08/19/vivio-un-ano-en-el-espacio-volvio-y-comparo-los-efectos-en-su-cuerpo-con-su-hermano-gemelo/