Equipo de psiquiatras intenta controlar la adicción de José López a la cocaína

Martes 21 de Agosto de 2018, 14:37





A la tercera noche, finalmente, pudo dormir. En su nuevo lugar de encierro, el ex secretario de Obras Públicas José López comenzó a recobrar la tranquilidad después del pico de estrés del viernes, cuando declaró durante casi seis horas como "arrepentido" ante el fiscal federal Carlos Stornelli en la causa de los cuadernos de las coimas, lo que le permitió rubricar un acuerdo de colaboración y acceder al programa de protección de testigos e imputados.

Ayer, pasado el mediodía, un especialista del programa que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos lo visitó en su espacio de reclusión -que, por motivos de seguridad, no puede ser develado- y lo encontró "más tranquilo". López dijo que estaba "conforme" con el lugar donde estaba y, especialmente, porque le habían "recuperado sus cosas" que estaban en el penal de Ezeiza, en el que estuvo alojado los últimos dos años y al que pidió no regresar más, por miedo a represalias después de confesar cómo era el entramado de pagos ilegales a través de la obra pública y la recaudación de dinero "negro" para financiar campañas políticas para el kirchnerismo.

Al llegar a su nuevo lugar de detención, López fue evaluado exhaustivamente por un equipo interdisciplinario del programa de protección de testigos. Ese equipo (integrado por un psiquiatra, una psicóloga, médicos y trabajadores sociales) lo entrevistó y delineó el tratamiento a realizar.

Se abocarán inicialmente a atender la patología que en los últimos tiempos le impedía a López conciliar el sueño, además de atender "la base de adicción que tiene".

Su ex abogada defensora Fernanda Herrera ya había advertido que López padecía adicción a la cocaína.

Dentro de la escala que maneja el Ministerio de Justicia dentro del programa de protección, López está en "máximo riesgo".

"Aún falta analizar información. Pero él refirió que conoce a todas las personas a las que señaló y que intuye perfectamente de dónde podría provenir una eventual agresión en su contra", explicó una calificada fuente del Gobierno.

Permanece con una custodia especial, a cargo de un grupo táctico del Servicio Penitenciario Federal (SPF) creado después de la aprobación de la "ley del arrepentido": Los Lobos. Al estar aislado, la gestión de su vida intramuros es complicada: no solo por los eventuales traslados a juzgados, sino por las actividades cotidianas propias de los procesos de resocialización de reclusos, que requieren una planificación compleja.

En este punto, uno de los desafíos extremos es el de garantizar el vínculo entre el imputado "protegido" y su entorno afectivo, algo que hay que preservar porque le da estabilidad emocional en un contexto de cambio drástico de la forma de vida que se llevaba.

"Estuvo muy mal el viernes, cuando decidió hacer el acuerdo de colaboración; estaba muy nervioso e intranquilo, y actuaba como autómata. Ingresó con un alto grado de estrés y temor de volver a Ezeiza. Su defensor, Gustavo Kolmann, se contactó con el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 [que está enjuiciándolo por el caso de los bolsos con plata que arrojó en el monasterio de General Rodríguez] y acordaron que no volvería al módulo 6 del penal de Ezeiza", explicó una fuente del Gobierno.


Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2164157-jose-lopez-dejo-carcel-ezeiza-volvio-dormir