Jueves 06 de Diciembre de 2018, 08:50
Genevieve Purinton tenía tan solo 19 años y no estaba casada cuando dio a la luz a una beba en Indiana, Estados Unidos, en 1949. Cuando le pidió a los médicos que trabajaban allí poder verla, estos les contestaron que la pequeña había muerto durante el parto y no le dejaron ver ni siquiera el supuesto cuerpo sin vida. Sin embargo, décadas más tarde iba a conocer la verdad: le habían metido y se habían apropiado de su hija.