Terrible historia real inspiró a la oscarizada “Green Book”

Lunes 25 de Febrero de 2019, 11:56





Hay películas que son algo más que unos minutos de entretenimiento en la pantalla. Están siendo años complicados en muchos países donde ha resurgido con fuerza los fantasmas del racismo, xenofobia, homofobia o fascismo.

La trama del filme está basada en un hecho real, aunque con guion original (también ha obtenido el Oscar) escrito por el propio Farrelly junto a Nick Vallelonga y Brian Hayes Currie, que nos traslada a los Estados Unidos de la década de 1960 en el que la segregación racial todavía estaba muy latente en el país y que está resurgiendo en los últimos años.

Son innumerables las iniciativas y manifestaciones ciudadanas en contra del racismo sistémico en EE.UU en las últimas décadas. Una reciente es la conocida #BlackLivesMatters (“Las vidas de ciudadanos negros importan”) la cual inspiró a millones de personas en EE.UU. y en todo el mundo a ponerse de pie en contra de las injusticias y actos violentos cometidos sistemáticamente contra este grupo.

Es importante dar voz a todas estas historias y los autores de “Green Book” han conseguido hacerlo de una forma magistral. Así lo ha reconocido la 91ª edición de los Premios Oscar, celebrado el pasado domingo 24 de febrero en el Dolby Theatre de Los Ángeles. La cinta que se alzó con el premio de la Academia a la Mejor película ha sido ‘Green Book’, dirigida por Peter Farrelly y protagonizada por Viggo Mortensen y Mahershala Ali (que además, se llevó la estatuilla al Mejor Actor de Reparto).

Historia real del músico de jazz Don Shirley

La cinta nos explica la historia de un momento muy preciso en la vida del célebre músico de jazz Don Shirley, quien para realizar una gira de conciertos por varios Estados contrató como chofer y guardaespaldas a Tony Vallelonga.

Por su apellido, Vallelonga, habréis podido deducir que uno de los guionistas de la película ha sido su propio hijo, quien ha llevado a la gran pantalla la singular relación que vivieron el músico y su chofer durante la mencionada gira.

En dicho viaje, y con el fin de no correr ningún peligro, se valieron de una guía conocida como ‘Green Book’, la cual fue realizada en 1936 por un cartero afroamericano, llamado Víctor Hugo Green, quien la creó para ayudar a que los viajeros negros supieran dónde poder alojarse, comer o repostar gasolina durante sus viajes.


¿Por qué era necesaria una Green Book para viajar?

Porque en muchos locales, restaurantes, hoteles, gasolineras, cines, tiendas… de los Estados Unidos, no eran “bienvenidos” las personas que no fueran de raza blanca. Había una segregación racial tan grande, grave y peligrosa que los viajeros necesitaban de estos consejos y guías para poder viajar con seguridad.

A mediados de la década de 1930 la segregación racial en Estados Unidos estaba en uno de los puntos más álgidos. El país intentaba recuperarse de una crisis económica (conocida popularmente como ‘Gran Depresión’) en la que millones de ciudadanos se habían quedado sin empleo. Y como suele suceder, la “aporofobia” nos hace culpar a los más pobres, a los más indefensos y a los más discriminados de las crisis provocadas por las élites económicas.

Hubo muchos brotes de violencia racista al ver que algunos puestos de trabajo habían sido ocupados por personas negras –mano de obra barata-, por lo que un gran número de empresarios preferían contratar a tres afroamericanos y a los que podía pagar el salario de un blanco.

Esto llevó a que algunas familias negras pudieran mejorar su posición económica y llegaran a tener su primera casa en propiedad e incluso un automóvil
(que en aquellos años habían abaratado su precio al fabricarse en cadena).

Las personas afroamericanas en sus días libres y vacaciones comenzaron a poder viajar a lo largo y ancho del país pero se encontraron que en aquellos largos trayectos debían hacer paradas para repostar gasolina, comer algo e incluso hospedarse.

Pero la inmensa mayoría de estaciones de servicio, restaurantes o moteles de carretera no admitían servir o dar alojamiento a personas negras.

Esta situación llevó a Víctor Hugo Green, un cartero de color que trabajaba en Harlem (NY) a crear una pequeña guía que tituló ‘El libro verde del automovilista negro’ (The Negro Motorist Green Book) y en la que indicaba aquellos lugares de la ciudad de Nueva York en los que las personas negras eran bien recibidas y atendidas, con el propósito de que aquellos viajeros que pasaran por allí no sintieran rechazo ni discriminación alguna.

Green se inspiró en un pequeño libro que poco antes se había publicado en el que se indicaba qué lugares eran seguros para las personas judías
(en un periodo en el que éstas también se sintieron rechazadas por cierto sector de la población).

Víctor Hugo hizo un juego de palabras con su apellido ‘Green’ (verde) para titular así su guía, además de imprimirlo en hojas de ese color.

El primer volumen del libro verde del automovilista negro se publicó en 1936, convirtiéndose en un éxito rotundo que ayudó a centenares de afroamericanos que por Nueva York pasaron en sus viajes y supieron dónde podrían alojarse, ir de comprar, comer y en definitiva, ser atendidos amigablemente sin tener que vivir ninguna situación embarazosa o violenta.

Gracias a ese éxito el autor se planteó publicar una nueva guía que contase con lugares de buena acogida en otras poblaciones estadounidenses.

Anualmente y a lo largo de las siguientes tres décadas, miles fueron los ejemplares que se vendieron (de cada edición) y en los que se incluían a más de 300 poblaciones de Norteamérica (incluía Estados Unidos y Canadá) donde cualquier viajero negro podría ser atendido.

Curiosamente en cada ejemplar de la guía ponía la siguiente leyenda:

‘Habrá un día en el futuro en el que esta guía no será publicada. Ese día los negros tendremos los mismos derechos y privilegios en Estados Unidos’

En 1964 (cuatro años después de haber fallecido Víctor Hugo Green a los 68 años de edad) se aprobó la Ley de Derechos Civiles por la que se prohibía la discriminación racial en los lugares públicos. En 1966 se publicó la última edición de la guía, la cual ya carecía de sentido ante la aprobación de la mencionada ley.

Gracias a la idea brillante de aquel humilde cartero de Harlem y su libro verde del automovilista negro, miles de viajeros afroamericanos pudieron moverse a lo largo y ancho de Norteamérica durante treinta años sin sufrir (en la inmensa mayoría de casos) el rechazo racial.

Muchos actores y músicos afroamericanos (muchos de ellos, menores de edad) se están agrupando para denunciar la discriminación en la industria del entretenimiento recordando las palabras de Martin Luther King Frases: “No me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena”.

Este debate coincide no sólo con la violencia policial y en las calles, sino en las peligrosas declaraciones racistas y sexistas del candidato republicano a la presidencia de los EE.UU, Donald Trump, sucesos que han reavivado el movimiento #BlackLivesMatter (nacido en 2012 tras la muerte de Trayvon Martin) y el movimiento #sayhername.

Aunque Charlottesville se convirtió el año pasado enel foco de todas las alarmas, es solo la punta de un peligroso iceberg. El odio organizado crece en todo el país, legitimado por un presidente que habla de la discriminación como parte de la “libertad de expresión”.

Hay casi mil grupos de odio activo que están creciendo y organizándose actualmente en Estados Unidos, según un informe de febrero de 2017 publicado por el Southern Poverty Law Center (SPLC).

SPLC nos recuerda que se tratan de grupos de odio organizado en torno a ciudadanos que albergan “creencias o prácticas que atacan o enjuician a colectivos de personas“. Estos grupos incluyen a los neonazis, los supremacistas blancos o los grupos neoconfederados, entre otros. A pesar de que estos grupos habían disminuido desde 2011, SPLC confirma que han aumentado en los últimos dos años, es especial durante las elecciones presidenciales.

Y, por si no fuera suficiente, recuerda: el propio presidente Donald Trump es descendiente de abuelos alemanes que fueron deportados y acogidos en Estados Unidos.





Fuente: https://muhimu.es/diversidad/green-book/