"Están celosos los changos": le vendió una achilata a Tinelli y sueña con entrar al Bailando

Jueves 07 de Marzo de 2019, 19:25

Todos los días Aldo Gómez llega a la plaza Independencia en moto desde su casa en Banda del Río Salí. Hoy se hizo famoso cuando le vendió un vasito del helado tucumano al conductor. Qué pasó cuando la probó y qué pasa si lo convocan a la tele. VIDEO



Aldo Sergio Gómez tiene 38 años y desde hace tres que la rutina es la misma de todas las mañanas: carga los tarros de achilata en su moto, la deja en la guardería de la calle Entre Ríos, se pasa a la bicicleta y pedalea las cuadras que quedan hasta su puesto en la plaza Independencia, el que heredó de su padre: “Mi viejo José vendió achilatas aquí durante 27 años, en el mismo lugar de la plaza. Yo me volví de Buenos Aires por la inseguridad y como no tenía trabajo empecé con la venta”.

Durante las noches de Glew, en el conurbano, Aldo Gómez llegaba a la noche cansado y ponía la tele: un hombre alto y cabezón se metía cinco alfajores juntos antes de ir al corte y cuando volvía presentaba las cámaras ocultas de Pachu y Pablo, Deportes en el Recuerdo, los chiste de Larry de Clay y el sketch del panadero de Leo. “Ese era el Tinelli que veía, el que me hacía reír, el de las cámaras ocultas. Después me casé, tengo dos hijas chicas y algunas cosas ya no miramos”.

Ese hombre de la tele que todo el mundo conoce ahora es el que cruza en diagonal la plaza Independencia. “Ahí viene Tinelli, ahí está Tinelli”, se codean los puesteros de achilata mientras grandes y chicos empiezan a sacar sus celulares y las señoras se acercan a abrazar al conductor. “Estaba terminando de vender dos achilatas a una mujer y su hija cuando me dijeron que ahí venía. Soy hincha de Atlético y por una página de Leito sabía que estaba en Tucumán, pero nunca me imaginé lo que iba a pasar”.

Marcelo Tinelli llegó a Tucumán para apoyar la candidatura a intendente de Mario Leito, quien como presidente de Atlético trabajó al lado del vice de San Lorenzo para que se convirtiera en presidente de la AFA, una lucha que terminó con el vergonzoso 38 a 38 en la noche de la votación que, finalmente, terminó con Tapia, Angelici y Moyano en el poder. “Sabía que venía a acompañar al gobernador Manzur y a Leito: a Leito lo voy a votar de una, fue muy bueno todo lo que hizo en el club”.

Dándoles el vuelto a una señora y su hija estaba nuestro protagonista cuando vio las luces de la fama por unos minutos: “Estaba con la conservadora abierta cuando viene Manzur, me da la mano y me dice: ‘¿Mirá quién está ahí?’ Ahí le digo: ‘Vení Tinelli, vení a probar una achilata’. Le serví y le di”, se ríe Aldo Gómez porque mientras, los achilateros le gritan, lo molestan, le tiran besitos, le dicen que pose para las fotos y él les responde con un saludo y una frase para la tapa de la revista Gente: “Están celosos los changos”.

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“¿Vos le vendiste una achilata a Tinelli? ¿Qué onda el pierna?”, le pregunta un cliente a Aldo. “Bien piola es. Es flaco, pensaba que era más morrudo. Alto, simpático, parece buen tipo, conversador, no parece un tipo malo. La cabeza la tenía medio pintada, tirando a marroncito”, vuelve a reírse el achilatero más famoso de la plaza Independencia, quien vio cómo Marcelo Hugo le daba la primera cucharadita al ícono fucsia escarchado servido en elegante telgopor y sentenciaba: “Es muy rica”.

La escena hasta aquí muy linda pero el tema fue cuando Tinelli tiró su “Chau, chau, chau, ¡chauuuuuuu!” y Aldo esperaba que alguien le pagara: “Cuando se estaba yendo, le decía que me pague la achilata. Vino una mujer y me dio 100 pesos. Estaba apurado en conocer la Casa Histórica. La achilata cuesta 25 pesos, me dio 100, así que la cobré a precio dólar”.

“¡Ahora vas a ir al Bailando!”, vuelven a gritarle a Aldo Gómez que necesita terminar con la nota porque se le amontonan los clientes. Pero no siempre es así. Y cuando no pasa nada, detrás del achilatero hay un cantante que se pone a entonar un par de temas con su banda improvisada: “El Rasca, Tito, Don David y Toca Pito siempre me acompañan. Me gusta cantar tangos, folklore y cumbias del recuerdo. Mi Buenos Aires Querido, El Sueño del Pibe, canciones de Ternura, eso nos ponemos a cantar con los changos cuando está muerta la venta”, explica y, cuando la consulta cierra la entrevista, contesta sin dudar.

“Si me llama a Tinelli al Bailando o al Cantando por un sueño me voy de una. Nunca pensé en ser cantante oficialmente pero de una que me animo. Con tal de hacer guita hago cualquier cosa: barro el piso, cualquier cosa, a veces me canso un poco de la venta de achilata y me gustaría la posibilidad de otro trabajo. Así que llamame, Tinelli, que voy”, se despide Aldo Gómez, raspa la achilata dos veces para formar las bochas, las sirve en el vasito y sigue con la venta: “¡Achilata, achilata, lleve la achilata del Bailando, lleve!”



Fuente: http://www.eltucumano.com/noticia/actualidad/254300/aldo-le-vendio-achilata-tinelli-suena-bailando