“No podía no comer ni una manzana”: el drama de una mujer que padece la más severa “alergia alimentaria”

Jueves 14 de Marzo de 2019, 17:36





No poder comer frutas ni verduras crudas es limitante y poco sano.

Pero, si le sumamos los productos lácteos, la soya, el gluten, la lactosa, las nueces y los mariscos, la cosa empeora.

Eso significa renunciar al pan, la leche, el queso, los yogures y los cereales.

Además del pescado, la pasta, la pizza, una gran variedad de salsas, pasteles, galletas y chocolate… Y la lista sigue.

Esta es la realidad para Debbie Schmid, que tiene que vivir según a una “lista exhaustiva y extraordinariamente larga” de alimentos prohibidos por culpa de sus alergias e intolerancias.

La mujer británica de 46 años explica cómo logró convertir sus limitaciones dietéticas en algo “positivo”.

Síndrome de alergia oral

Tiene alergia severa a los mariscos, las nueces y el apio.

También tiene el síndrome de alergia oral, lo que significa que todas las frutas y verduras crudas le sientan mal, al igual que los productos lácteos, la lactosa, la soya, el trigo y el gluten.

Así que no puede vivir separada de sus dos jeringuillas de adrenalina (Epipen) en caso de que le dé una reacción alérgica severa.

“Tengo que tomar un antihistamínico todos los días para protegerme de otras cosas que aún no sé que me dan alergia, porque no creo que haya completado la lista de alimentos que mi cuerpo rechaza”.

Los antihistamínicos comunes suelen ser de aproximadamente 10 mg. Los de ella de 180 mg cada uno.

Tomaba cuatro por día y me estaban destrozando.

"Cuando empecé a comer solo lo que debía y a eliminar muchas toxinas de mi cuerpo, conseguí reducirlas a una pastilla al día”.

Sus problemas comenzaron en 2005 cuando estaba embarazada de 20 semanas y tuvo un aborto natural.

Una semana después, le salió por primera vez una erupción en el cuello después de comer mariscos durante una cena.

“Creo que se produjo un cambio en mis hormonas que causaron esta reacción en mi cuerpo… Solo había tomado una gamba, pero la erupción se extendió por todo mi cuerpo. Me dio fiebre, estaba muy desorientada y con ganas de vomitar. Luego me entró el frío”.

Después de aquel incidente “aterrador” le diagnosticaron anafilaxia, una reacción grave y potencialmente mortal a ciertos alimentos.

En sus caso mariscos, nueces y apio.

También se le diagnosticó con el síndrome de alergia oral, que causa picazón, hinchazón y malestar en boca y garganta después de comer frutas o verduras crudas.

Según los expertos, este tipo de alergias han aumentado significativamente entre la población en los últimos 20 años.

Se convierten en la forma más frecuente de alergia alimentaria en Occidente.

Sus reacciones alérgicas aumentan a medida que han pasado los años

Una vez “rompió a llorar” en el centro de la ciudad porque no había “nada” que ella pudiera comer.

“Sólo recuerdo haber mirado todos los sándwiches y todos tenían gluten. Y los que no tenían mantequilla y queso, quién sabe qué tenían. No podía ni comer una manzana. Simplemente me quedé pensando: ‘Estoy tan hambrienta’”.

“Estaba llorando por todos los alimentos que no podía comer y creo que ese es el problema. Lo que tienes que hacer es centrarte en los alimentos que sí puedes tomar".

Desde entonces, ha aprendido a tener una actitud distinta sobre su dieta y ya no siente que se está perdiendo algo.

El profesor Hasan Arshad, es presidente de Alergia e Inmunología clínica de la Universidad de Southampton, Inglaterra. También es médico consultor, dice que a veces los pacientes desarrollan alergias después de un “acontecimiento” en su vida.

Ese evento podría ser, por ejemplo, una gastroenteritis, una infección que pueda forzar al sistema inmunológico a reaccionar. Puede ser también consecuencia de un cambio hormonal o por estrés físico, explica.

Existe cierta constancia a nivel experimental de que una vez el sistema inmunológico recibe algún tipo de ‘ataque’.

Esto afecta a la tolerancia que nuestro cuerpo tiene a ciertos alimentos.

El doctor añade que la cantidad de personas diagnosticadas con alergias en los países occidentales está creciendo y se piensa que se debe a los entornos “ultralimpios” en los que vivimos, muy diferentes a los de anteriores generaciones.

“La gente me pregunta qué como
”, dice Schmid. “Pero la verdad es que yo como mucho”.

Eso sí, sus alergias la obligan a llevar una metodología.

“Tienes que cocinar todos desde cero prácticamente. No te puedes fiar de las latas y las salsas de paquete o cosas por el estilo porque pueden contener cosas que no puedo ingerir”.

“En casa hacemos un montón de pastas de curry y pastas tailandesas. También elaboramos nuestras propias salsas, y cocinamos muchas verduras al vapor. Puedo tomar pasta sin gluten, muchos platos con arroz, carnes, huevos. También hay una variedad increíble de quesos veganos y hago mi propios pasteles“, enumera orgullosa.

“El lado malo, en mi opinión, es que no puedes ser espontáneo y pensar ‘hoy salgo y como algo por ahí’”. “Tengo que planificarlo todo muy bien si decido salir a cenar. Tengo que contactar al restaurante o a la cafetería a la que quiero ir y asegurarme de que podrán atender a mis requerimientos”.


Fuente: https://salud360.cienradios.com/no-podia-no-comer-ni-una-manzana-el-drama-de-una-mujer-que-padece-la-mas-severa-alergia-alimentaria/