Qué sabemos de la píldora anticonceptiva masculina

Lunes 25 de Marzo de 2019, 09:54





En la era de la igualdad, la contracepción sigue siendo cosa de mujeres. Porque, al menos en seis de cada diez parejas, son ellas las que recurren a un método anticonceptivo para evitar el embarazo. Pero también porque existen más de una decena de opciones seguras y eficaces para la anticoncepción femenina –desde la píldora hasta el DIU pasando por el anillo vaginal, los parches y las inyecciones hormonales, el diafragma, los espermicidas o la ligadura de trompas, entre otros–, y solo tres (vasectomía, preservativo y la poco fiable "marcha atrás") para la masculina. ¿Por qué este desequilibrio? ¿Por qué no hay todavía una píldora masculina?

“Hay múltiples líneas de investigación, pero es complejo, porque los tratamientos hormonales que pueden frenar la producción espermática también pueden frenar la libido, y entonces ya no necesitas contracepción”, indica Josep Lluís Ballescà, responsable de Andrología Reproductiva del Hospital Clínic de Barcelona.

Rafael Oliva, responsable del grupo de investigación en Biología Molecular de la Reproducción en el IDIBAPS, coincide en que actualmente hay mucha investigación activa y con diferentes estrategias en busca de nuevos anticonceptivos masculinos, e indica que es posible que “la píldora masculina acabe no siendo ni píldora ni un método hormonal”.

“Detener la evolución del óvulo como hace la píldora femenina es más fácil, pero detener millones de espermatozoides ya formados y que pueden estar ya en el conducto no se consigue de forma inmediata, puede tardar semanas o meses”, de modo que puede resultar más difícil controlar su efectividad, comenta.Y por ello considera que quizá lleguen antes otras opciones de anticonceptivo masculino en las que se está trabajando con otras estrategias, como taponar la salida de los espermatozoides, impedir su movilidad, o bloquear el contacto entre el espermatozoide y el óvulo.


Con todo, hay equipos de investigación, como el liderado por Gabriela Noé en el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, convencidos de que ”la píldora masculina” (el anticonceptivo hormonal para hombres), es viable. Noé explica que están a punto de iniciar un ensayo clínico en diez países con un gel que combina dos hormonas y que, aplicado diariamente sobre la piel, suprime la producción de espermatozoides.

“Los estudios han demostrado que este gel suprime los espermatozoides en la mayoría de hombres, y ahora se quiere evaluar si esta supresión tiene buena eficacia anticonceptiva, para lo que se necesita la participación de las parejas, que usarán el gel como único método anticonceptivo” para verificar la eficacia, detalla la investigadora.

Añade que los efectos secundarios del gel son similares a los de las hormonas en las mujeres, entre ellos un ligero aumento de acné y de peso, y cambios de estado de ánimo. “En muchos hombres el uso de hormonas suele provocar mayor ansiedad que en las mujeres, pero sobre todo porque es algo nuevo para ellos y están expectantes sobre cómo les afectará el tratamiento, pero esa ansiedad se regula cuando se dan cuenta de que los efectos son leves”, indica Noé.

En Estados Unidos otro equipo de investigación también evalúa un compuesto hormonal que podría administrarse por vía oral, como la pastilla femenina. Y en el pasado se probaron otros por vía percutánea. Pero, según explicaron los expertos en el último congreso de la Sociedad Europea de Contracepción, incluso si estos nuevos ensayos clínicos van bien y se respetan los plazos y compromisos previstos, la píldora masculina (sea en versión gel o pastilla) no llegará al mercado antes de 2032.

“Para pasar del ámbito académico al mercado necesitamos a la industria farmacéutica para probar estos compuestos en miles de personas, y la industria invierte muchos recursos y dedicación en los anticonceptivos femeninos pero no se ha involucrado en la parte masculina, a pesar de que ya se han descrito varios regímenes hormonales efectivos para la regulación de la fertilidad en el hombre”, se lamenta Noé.

En las parejas estables es más fácil plantearse la contracepción compartida, pero entre los jóvenes y el resto de la población con actividad sexual elevada es difícil que los hombres quieran prevenir algo que piensan que no les afecta, como el embarazo.

   
Roberto Lertxundi, miembro del comité de dirección de la Sociedad Europea de Contracepción, asegura que desde el punto de vista técnico y farmacológico, todos los ensayos sobre la píldora masculina son esperanzadores, “pero es costosa, y la industria no ve una gran expectativa de negocio porque piensa que por qué el hombre va a hacer el esfuerzo de tomar hormonas si el impacto del embarazo es para otra persona, incluso si esta es tu mujer”. Y es que, en su opinión, primero habría que acabar con la falta de implicación masculina a la hora de la anticoncepción.

El doctor Ballescà, en cambio, cree que es la mujer la que decide asumir la responsabilidad de la contracepción porque, sobre todo con parejas no estables, es la única manera de estar segura de que no tiene riesgo de embarazo. “Salvo en parejas estables, no creo que ninguna mujer se arriesgue a tener relaciones sin protección con un hombre que ha conocido hace poco porque diga que tiene ausencia de espermatozoides”,
dice.

Hoy muchas mujeres son reticentes a usar hormonas durante muchos años –y en una pareja que solo quiere dos hijos tendrá que tomar anticonceptivos durante aproximadamente 30–, pero, además, las encuestas realizadas en diferentes países y con diferentes etnias muestran que los hombres quieren compartir la responsabilidad de la planificación y que los jóvenes quieren métodos efectivos y reversibles que les permitan regular su fertilidad sin depender de sus parejas.
  
Gabriela Noé admite que en el uso e impulso de los anticonceptivos masculinos tienen mucho que ver las mujeres: “Probar un anticonceptivo en hombres requiere de la participación de la mujer porque es ella que se embaraza y solo con ella se puede demostrar la eficacia”. Pero también subraya que si la industria no invertía en ellos porque no veía negocio, ahora deberían replanteárselo porque las cosas están cambiando.

“Hoy muchas mujeres son reticentes a usar hormonas durante muchos años –y en una pareja que solo quiere dos hijos tendrá que tomar anticonceptivos durante aproximadamente 30–, pero, además, las encuestas realizadas en diferentes países y con diferentes etnias muestran que los hombres quieren compartir la responsabilidad de la planificación y que los jóvenes quieren métodos efectivos y reversibles que les permitan regular su fertilidad sin depender de sus parejas”, indica la investigadora.

El estado de la investigación

Según explican los especialistas del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD) –involucrado en la mayoría de proyectos de anticonceptivos hormonales masculinos– en un artículo de revisión publicado en enero, varios agentes anticonceptivos hormonales han comenzado ya la fase de ensayo clínico, y hay otros potenciales métodos no hormonales en etapas preclínicas que parecen funcionar. Entre ellos figuran:

Gel con andrógenos

El proyecto de anticonceptivo hormonal masculino más avanzado es el gel que combina dos andrógenos, que ya han demostrado en la primera fase de ensayo clínico que son capaces de suprimir la producción de esperma. Los especialistas explican que si se logra reducir la producción de espermatozoides por debajo de cierto nivel –un millón por mililitro–, ese esperma ya no es suficiente para provocar un embarazo, de modo que un producto que lo mantenga por debajo de ese nivel funcionará como método anticonceptivo.

Ahora, una vez medida su capacidad para mermar la producción de esperma, la segunda fase de ensayo clínico está centrada en exponer a las parejas a riesgo de embarazo para comprobar la eficacia real para evitar la fecundación.Si se cumplen todos los plazos establecidos y los resultados son buenos, podría llegar al mercado a partir del 2032.

Implantes temporales

Entre los métodos anticonceptivos no hormonales en investigación destaca el que pretende emular la vasectomía pero sin cirugía y de forma totalmente reversible. La estrategia con la que trabajan sus desarrolladores es inyectar unos pequeños implantes gelatinosos en el conducto deferente –por donde transita el semen desde los testículos hasta el conducto eyaculador– que dejarían pasar algunos líquidos pero actuarían como tapón para los espermatozoides. Por ahora se ha probado su efectividad en animales.

Bloquear el contacto con el óvulo

Otros equipos de investigación trabajan en el desarrollo de compuestos no hormonales capaces de inhibir el intercambio de sustancias químicas a través de la membrana de los espermatozoides para evitar que las proteínas de estos y las del óvulo se reconozcan, de modo que se impide así la fecundación.

Paralizar los espermatozoides

Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte han probado en animales un compuesto llamado EP055 que no afecta a las hormonas ni a la producción de esperma pero que paraliza los espermatozoides. En concreto, el compuesto actúa sobre las proteínas del esperma reduciendo la movilidad de los espermatozoides, que no pueden avanzar a través de la vagina y, por tanto, no pueden llegar a fertilizar el óvulo.





Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/sabemos-pildora-anticonceptiva-masculina_0_sj-zWmFS1.html