El descubrimiento se acaba de hacer público en una exposición en Japón sobre criaturas congeladas de la Edad del Hielo, incluidos otros especímenes, ya que ha sido el equipo japonés el encargado de realizar el estudio preliminar de la cabeza, junto con un equipo de la Academia de la República de Sakha en Rusia y otros científicos suecos.
"Se trata del descubrimiento único de los primeros restos de un lobo Pleistoceno completamente desarrollado, con su tejido preservado», afirma el paleontólogo Albert Protopopov de la Academia de Ciencias de la República de Sakha a «The Siberian Times». «Lo compararemos con los lobos modernos para comprender cómo ha evolucionado la especie y para reconstruir su apariencia".
Según explica Protopopov, el hallazgo de restos de lobos congelados en el permafrost es bastante común -de hecho ya se habían descubierto los cuerpos de varios cachorros antiguos-. Sin embargo, nunca se había encontrado una especie con la cabeza tan grande ni mucho menos tan bien conservada, con el pelaje, los colmillos, la piel e incluso tejido cerebral.
Los investigadores creen que se trata de un lobo adulto y que habría muerto entre los dos y los cuatro años de edad, según ha revelado los análisis preliminares de ADN y las tomografías, si bien ahora se quiere comparar su genética con la del lobo ctual para poder ver su evolución.
Tomografía del lobo en el que se puede apreciar el cerebro conservado - Naoki Suzuki