A los 18 eligió el rumbo que quería tomar en su ascendente carrera y decidió tomar clases de estilos comerciales. "Soy una bailarina más bien urbana que académica", aclara quien viaja por el interior del país dictando clases y seminarios.
En paralelo, luchó contra el prejuicio de ser una bailarina profesional hasta que se dio cuenta que realmente era lo que añoraba y quería triunfar de esa manera. "Me costó mucho aceptar que me gustaba bailar. Me daba vergüenza porque me parecía que era menos que una carrera universitaria. Y mis papás tampoco estaban de acuerdo con que lo hiciera", cuenta Flor, que en agosto cumple 25 años.
"Me sentía muy infeliz", continúa sobre el tiempo que se tomó para poder abandonar la carrera universitaria. "Si yo no bailo, nada funciona. El movimiento para mí es algo vital. Si no lo hago me muero", pensó entonces y así logró juntar fuerzas e ir detrás de su sueño.
En la transición, conoció a su actual coach en el Bailando 2019, Matías Ramos, quien, sin conocerla, le brindó su apoyo. "Yo banco y te beco en mis clases. A mí tampoco me bancaron y hoy vivo de esto y soy feliz", le dijo para invitarla a tomar bailar con él. "Es una locura hermosa que hoy sea mi entrenador porque es el primero que confió en mí".
Camino a la fama. Cuando tenía 16 años, sin tener la certeza pero sí la convicción de que llegaría lejos en su carrera, decidió que su nombre artístico sea Florencia Jazmín a secas. Y así se presentó a los castings y en los trabajos que realizó. "También me gusta mucho el humor e hice cursos de stand up. Entonces, empecé a grabar y subir videos a las redes sociales", cuenta quien realizó una parodia de La Casa de Papel que obtuvo las dos millones de reproducciones.
Las imágenes se hicieron virales y recibió la invitación para ir a bailar a La Tribuna de Guido, por la pantalla de El Trece. Allí conoció a Nico Occhiato, que justamente era parte de la tribuna del ciclo que conducía Guido Kaczka y comenzó a entablar un vínculo con él y con Flor Vigna, que en ese entonces era su novia.
Meses más tarde, la producción de ShowMatch convocó al actor para sumarse al Bailando 2019 y él pensó en Flor para que fuera su partenaire. "Esta oportunidad me representa un desafío y aprendizaje muy grande. Lo tomo con calma porque mi sueño no es ser famosa sino poder trabajar de lo que amo: bailar, hacer humor, actuar", sostiene quien superó los 460 mil seguidores en Instagram (tenía 300 mil) después de su debut en la pista.
El click. Hasta que se animó a dedicarse íntegramente a la danza y a querer crecer como bailarina, Florencia pasó por varios trabajos, hasta que por cumplir con un ex jefe que la contrataba como promotora, perdió la posibilidad de ser parte del staff de bailarinas de Tini Stoessel en una presentación en el programa de Susana Giménez."En ese momento había un trabajo puntual que duraba 16 días seguidos en los que tenía que tenía 12 horas por día. Era durísimo. Además, era en La Rural (Palermo) y yo viajaba en el colectivo 160 desde Lanús. Terminaba agotada. Un día me llamaron para proponerme bailar para un artista en un programa, pero no me dijeron más que eso. A los pocos días me enteré de todo y eso me rompió la cabeza. Me había salido un trabajo de bailarina, como yo quería, y yo había dicho que no para estar de promotora", recuerda con dolor Peña.
Sin embargo, lejos de frustrarse, aprovechó lo que le pasó y dejó de trabajar solo para conseguir dinero y hacer lo que verdaderamente le gustaba. "Si vas a ir, andá por todo. Vas a tener menos plata, pero empezá a apostar a la danza", le dijo su mamá que para ese entonces ya había aceptado que su hija se dedicara a ser bailarina.
"Entonces, empecé a tener más tiempo para poder aceptar los trabajos que me proponían, también dicté clases e hice shows", cuenta quien llegó a trabajar 22 horas seguidas bailando en distintos espectáculos.
"El año pasado trabajé de lunes a lunes dando seminarios, por eso no me anoté en el casting del Bailando. Este año quería algo nuevo y la convocatoria llegó sola. Lo destaco porque si me hubieran aceptado antes, no sé si hubiera podido aprovecharla", explica la bailarina.
"Nadie me regaló nada. Jamás tuve ningún contacto ni un ayudín (sic) ni nada. Estoy contenta y orgullosa porque a veces es difícil y está bueno que siempre que se me dieron las cosas fue por talento y porque soy buena mina. Ni pisándole la cabeza a nadie", concluye Florencia Jazmín Peña.