Salieron 51 presos de Villa Urquiza y cambiaron las rutinas carcelarias

Miércoles 06 de Mayo de 2020, 14:52

La vida normal del Servicio Penitenciario se ha visto modificada debido a la pandemia por Covid-19.



La vida normal del Servicio Penitenciario se ha visto modificada debido a la pandemia por Covid-19 que traviesa el mundo y de la que Tucumán no está exenta. Siguiendo normativas de trabajo para cumplimentar con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de los diversos protocolos existentes sobre el tema, destacándose el de la Comisión Permanente contra la Tortura y el Maltrato, y directivas especificas del ministerio de Salud de la Provincia, se han adoptado medidas preventivas muy rigurosas con respecto al manejo de las personas en situación de encierro y del personal del Servicio Penitenciario provincial.

El director del organismo, Juan Esteban Saracho, especificó que “de todas maneras el sistema sigue funcionando, respondiendo constantemente a las mandas judiciales tantos del fuero provincial como del federal, y ejecutando todo lo que el ministerio de Salud nos recomienda para mantener y sostener en el tiempo los sectores de aislamiento para Cpvid-19 que podamos llegar a registrar para el personal interno”.

Dentro de las normas que se han modificado por tiempo indeterminado, hasta tanto las autoridades sanitarias lo establezcan, se encuentra la suspensión de las visitas de allegados de los reos. En este sentido, Saracho detalló que “por ello se ha establecido un sistema de control de triple bolsa para recibir mercaderías o algún otro efecto que los familiares quieran hacer llegar a los internos”. Esta actividad se realiza en la Biblioteca General Urquiza, ubicada tres cuadras del penal para mantener lo más alejado posible “a personas que no son diariamente sometidas a la actividad preventiva sanitaria”, dijo.

Asimismo, el servicio penitenciario de Tucumán tiene un registro muy exigente con respecto a los celulares que ingresan para el uso de los presos, aseveró el director, y comentó que “deben ser celulares comprados legalmente, con una persona responsable del abono. Se registra número de IMEI, de chip, de línea y todo lo que ayude al seguimiento del aparato”. En tanto que los internos pueden hacer uso del mismo entre las 8 y las 18 en un lugar específico, luego, el jefe de cada unidad debe guardarlos.

En cuanto a las solicitudes que realizó una buena parte de la comunidad carcelaria por temor al contagio de coronavirus, Saracho comentó que la justicia solo otorgó 51 prisiones domiciliarias a quienes cumplían con los requisitos por una cuestión de edad o enfermedad crónica y a los que se le colocó pulseras electrónicas, y, en algunos casos se les asignó custodia policial o del servicio penitenciario. “Más allá de haber contemplado el rango etario y de grupo de riesgos, la Justicia de Ejecución Penal tuvo muy en cuenta sus antecedentes dentro del penal, su conducta y la apreciación del Consejo de Disciplina que tiene el servicio”, especificó  el director.