Periodista deportivo relató su trágica historia de cuarentena

Martes 26 de Mayo de 2020, 08:21

El comentarista Fernando Salceda sufrió la muerte de su madre primero y de su padre después sin poder despedirlos.



El comentarista deportivo Fernando Salceda compartió su trágica historia en cuarentena a lo largo de un hilo en Twitter donde expresó su dolor. El periodista explicó que el aislamiento social preventivo obligatorio es necesario, más allá del sufrimiento que le provocó la muerte de sus padres en las últimas semanas.

Fernando aclaró al comenzar que "yo soy uno de esos que, al menos hasta ahora, siguen cobrando total y puntualmente su sueldo a pesar de estar restringido para cumplir nuestra tarea. Mi mujer hace su trabajo de oficina en nuestra casa y tampoco tiene problemas con el cobro de sus haberes. A muchos de ustedes les parecerá que así es fácil atravesar y bancar la decisión gubernamental de la cuarentena. Pero no, no es tan así; este hilo puede llegar a ser algo largo, pesado y triste. Les aviso por si quieren pasar a otra cosa ya mismo".

"El 29 de enero nació nuestra hija, Ananda. Mi mamá ya estaba afrontando su tratamiento oncológico, el cual sabíamos desde diciembre que sólo podría prolongar un poco su vida hasta fin de este año -como mucho. Mi papá hacía todo lo que estaba a su alcance por ayudar a mi mamá; pero la cuestión lo excedía, obviamente, y él se bajoneaba un poco más cada día. Nuestra hija fue una fuente de mucha alegría en el medio de la situación que les describí recién", contó Salceda.

El periodista deportivo narró que "después llegó el Coronavirus y la cuarentena. Con la situación de mi mamá y la diabetes y la hipertensión de mi papá, los dos eran parte de la franja de mayor riesgo. Las visitas con mi hija ya no fueron posibles y todo se limitaba a las benditas videollamadas. El sábado 4 de abril al mediodía me llamó mi mamá para decirme que mi papá tenía "problemas con la glucemia". Llegué a su casa (vivo a 200 metros) y lo encontré sentado, recostado sobre la mesa con mucho dolor de cabeza y algo ausente. Llamamos a la emergencia de su cobertura".

"La médica interpretó primero un pico de presión y actuó en consecuencia; pero señales posteriores advertían sobre un posible ACV, así que se decidió el traslado. Primero, al hospital Balestrini (el más cercano, a pocas cuadras de su casa). Mientras en el hospital lo estabilizaban gestionamos el traslado por su cobertura. Queríamos la clínica San Camilo, donde lo trataban siempre. Pero no había lugar y terminó siendo derivado al sanatorio de la La Providencia. Lo recibieron, le hicieron una tomografía y confirmaron el ACV. Luego de la tomografía no cerraban algunos parámetros e hicieron otra, que arrojó como resultado que después de la primera había hecho otro ACV", dijo Fernando.

Salceda recordó que "el 7 de abril lo operaron para extraer un coágulo frontal. La operación salió bien, pero faltaba saber qué daño habría hecho el otro coágulo, que estaba en un lugar inaccesible. No podíamos ver a mi papá por la cuarentena y nos daban los informes todos los mediodías por teléfono. En el medio de la pelea contra el cáncer de mi mamá apareció el problema de mi papá. Ella se trasladó a la casa de mi hermana. Los demás -mi otro hermano, y sus hijas, mis sobrinas, las nietas de mi mamá (yo también sé hacer el árbol genealógico y sin leerlo) no podíamos verla. Mi hermano o yo recibíamos los partes de la clínica y luego los compartíamos con la familia. Mi mamá preguntaba si creíamos que mi papá volvería, nosotros les transmitíamos textual lo que decían los médicos. En su estado, de última, preferíamos sorpresas para bien y no para mal. ¿Sabés dónde y cómo la despedimos, Nico? En el subsuelo del sanatorio, cuando la reconocimos para que la traslade la cochería".

"Se nos fue mi mamá y todavía teníamos en terapia a mi papá, en un sanatorio que además tuvo que ser clausurado porque se había detectado casos de Coronavirus entre sus trabajadores. Si antes no nos dejaban verlo por la cuarentena, imagínense cómo fue después de esta clausura. Pasaban los días sin avances en lo neurológico y el mejor pronóstico para mi papá era la postración, la dependencia absoluta. Poco menos que una vida vegetativa. ’El día que me pase algo así, elimínenme’, nos había dicho mi papá durante años", reconoció el comentarista.

Fernando admitió que "mis hermanos y yo lo charlamos y fuimos a firmar un papel para la ’adecuación del esfuerzo terapéutico’, lo cual limitaba la acción médica a procedimientos no invasivos". Se sigue el tratamiento normal pero no se actúa ante episodios como, por ejemplo, fallas renales o cardíacas. Ante la inminencia de lo ya inevitable, pedimos a las autoridades del sanatorio que nos permitieran verlo. Luego de insistir mucho, se nos autorizó a ingresar brevemente a los tres, de a uno, por pocos minutos y tomando extremas medidas de precaución".

"Esas medidas fueron el uso de un traje completo, doble barbijo, doble par de guantes y máscara plástica. Ese lunes 27 y así fue la última vez que pudimos ver respirando (no sé si puedo decir vivo) a nuestro padre una semana después de haber perdido a nuestra madre, Nico. Sin mencionarte a mi hija (de meses) y mis sobrinos, que jamás pudieron ni acercarse a sus abuelos en su sus últimos momentos", reflexionó Salceda.

Fernando Salceda explicó que "casi como si hubiese estado esperando esa última visita, mi papá se apagó el miércoles 29 después del mediodía. ¿Sabés cómo lo despedimos a mi papá, Nico? Igual que a mi mamá. En una dependencia semicubierta del sanatorio, en el mismo trámite de reconocimiento previo al traslado por parte de la cochería y todavía con las marcas de lo que había sido un largo camino de salida".

"Esta es mi cuarentena, a la que sigo bancando a pesar de todo. Algunos creerán que me resulta fácil decirlo porque -al menos por ahora- sigo cobrando todo mi sueldo. Pero lo digo porque creo que es la manera por la que se salvan miles de vidas hasta que aparezca la vacuna. Y aunque parece una obviedad, hay mucha gente que en su egoísmo o su soberbia parece olvidar que sin vida no hay ninguna otra cosa. Sin vida no hay economía ni sobrinos para conocer y disfrutar", cerró su relato el comentarista. /Eltrecetv