Abogadas feministas le solicitan a Cristina la expulsión del Senado del presunto violador José Alperovich

Martes 26 de Mayo de 2020, 16:47

Piden la expulsión de Alperovich del Senado



La Asociación de Abogadas Feministas (Abofem) envió un pedido por escrito a la presidenta Senado, Cristina Kirchner, para que se expulse de ese cuerpo legislativo a José Alperovich, acusado de violador.

"Siendo evidente e inmoral el accionar de Alperovich es que venimos como ciudadanes a requerir a las autoridades que se apliquen los mecanismos para su apartamiento preventivo seguido de su remoción al cargo como senador nacional", señalaron en una carta.

"Es inseparable la persona del cargo, en el caso de referencia del legislador Alperovich, dado que nos encontramos frente a un legislador acusado de abuso sexual agravado en Tucumán y en Ciudad de Buenos Aires. "Es imposible dejar pasar ese hecho  -dijeron en el escrito-, porque si bien no se relaciona con su banca como legislador, si se relaciona con sus convicciones, con su percepción de la realidad y su posición de poder frente a las mujeres", indicaron las abogadas.

Las abogadas feministas remarcaron que su pedido se fundamenta en la Constitución Nacional y en los Tratados Internacionales. Además, remarcaron que la reciente adhesión de Tucumán a la "Ley Micaela" refuerza sus argumentos. "Hoy felizmente nos encontramos con una mayor difusión y cumplimiento de la Ley Micaela en todo el territorio argentino. En este sentido -aseguraron- la aplicación de la perspectiva de Género no se agota en la implementación teórica de la misma sino también en su aplicación práctica y cotidiana".

"El Estado es responsable por la comisión de violencia que sea ejercida por acción u omisión… con lo cual consideramos que es de vital importancia que sea el mismo Estado quien tome las medidas pertinentes -destacaron en la presentación-. Que un legislador acusado de abuso sexual, se encontrara sesionando, ¿acaso ese no es un acto extremadamente violento? El Estado al tolerarlo, ¿no estaría reproduciendo prácticas que por omisión son violentas?", se preguntaron.

"Es un hecho gravemente reprochable, además de sobreviniente que encuentra al accionar de Alperovich por las acusaciones de comisión de delitos contra la integridad sexual de su sobrina -advierte el documento-, no es un detalle menor que la sobrina trabajaba con él, lo cual agrava aún más, el hecho aberrante del abuso sexual, ya que pone de manifiesto con más énfasis que su comportamiento en su ámbito de trabajo es atravesado por su forma de concebir a la mujer como un objeto siendo pasible de ultrajar, abusando sexualmente y psicológicamente de ella", indicaron en el escrito.

La Asociación de Abogadas Feministas es la primer agrupación de este tipo y con este carácter. "¿Acaso no es inmoral -se preguntaron-, que Alperovich esté siendo acusado penalmente de abuso sexual agravado?... creer que el abuso, se agota en el hecho en sí mismo, sería no entender que los abusos sexuales más allá de perpetrarse en la mayoría de los casos en ámbitos intrafamiliares, llevan consigo abuso de poder, abuso de confianza, violencia psicológica", remarcaron.

Por último, el pedido de las letradas, cita de manera textual un comunicado que había enviado la denunciante (sobrina de Alperovich) para expresar sus sentimientos en medio de una situación que le afecta y que espera superar.

(…) Para mayo del 2019 no podía cumplir con mis responsabilidades laborales diarias, no estaba conectada a nada ni a nadie. Me sentía totalmente ausente, perdida, haga lo que haga o esté donde esté, hasta que llegó el día en el que directamente no pude siquiera levantarme de mi cama para ir a trabajar, ya no podía más. Anuncié mi falta y junté fuerzas toda esa mañana para animarme a hablar con él. Por primera vez me sentí con las herramientas para cuidarme de la situación, yo ya estaba rota y no tenía nada que perder, a partir de ese momento se trataba de empezar a conceptualizar, llamar a los hechos y a las personas por su nombre. Empecé por elegir un ámbito de seguridad para mí al reunirme con él.

Decirle a mí abusador que no podía continuar porque necesitaba alejarme de él para sanarme del dolor que me había causado por lo que me había hecho, era una conversación difícil de afrontar. Por eso elegí que fuera en su casa, donde estaría su familia circulando y donde sentí que ante el rompimiento de mi silencio su reacción debía ser controlada y podría salir de ahí a salvo. El 24 de mayo de 2019 mi cuerpo, mi conciencia y mi entereza para enfrentarlo me sacaron de ahí para siempre.

No necesito que nadie me diga que José Alperovich cometió actos de abuso contra mi integridad física, sexual y psicológica para que sea cierto, yo sé que es cierto, lo viví, me pasó a mí. Elegí elevar mi caso a la Justicia, a pesar de lo difícil que es llevar a cabo una denuncia, por mi necesidad de poner las cosas en su lugar y de decirlas para liberarme de su carga. Creo que legal y socialmente es el lugar en el que le corresponde estar y ser tratado. A nivel personal, trabajo mi recuperación tanto en terapia formal como en otros espacios de ayuda. No le estoy haciendo esto a
nadie, ni mucho menos soy una mujer instrumentalizada por nadie, me estoy curando a mí. Arribo una vez más al fin de todo este profundo y doloroso camino: SANAR. Celebro mis avances y continúo para despojarme de este daño que me arrolló y del cual lamentablemente fui víctima pero con la absoluta convicción de que se puede sanar”