El dueño de Vía Bariloche llevó hacheros chaqueños a La Pampa y los hizo trabajar en condiciones infrahumanas

Sábado 30 de Mayo de 2020, 08:17

INHUMANO. Este era el baño que usaban los obreros que ueron trasladados en cajas de camiones y trabajaron durante semanas a cambio de $ 10 mil en negro.



La referencia del gobernador de la provincia de La Pampa, Sergio Ziliotto, pasó inadvertida en su anuncio de apertura de más actividades a partir del viernes 5 de junio en el marco de las medidas preventivas y sanitarias por la pandemia de coronavirus. "Los ingresos a la provincia son hoy el recurso más estratégico para luchar contra la pandemia y es por eso que redujimos de 17 a 10 los puestos camineros habilitados y hemos redoblado el recurso humano y las acciones", concluyó. Ese ajuste tuvo, entre otros, un motivo puntual y fue una escandalosa situación que involucra a uno de los apellidos más importantes del rubro del transporte en el país: la familia Trappa, dueña de Vía Bariloche.

La Justicia Federal lleva adelante una investigación por el delito de trata de personas, con fines de explotación laboral, en referencia a los dueños de la Cabaña Curacó de General Acha, donde llegaron hacheros de Chaco que vivían en condiciones infrahumanas y fueron denunciados. También se investiga la violación al artículo 205, que refiere al incumplimiento del aislamiento.

Antes de entrar en detalles, alcanza con graficar que la historia tiene un sinfín de irregularidades. En un bus de su empresa, Sebastián Trappa hizo trasladar a un grupo de hacheros desde Chaco hasta La Pampa, los hizo entrar por un paso vecinal tras de ser rechazados en el puesto caminero Catriló (Ruta 5) y, luego de varios días de tenerlos en su campo, los sacó de madrugada hacía Río Negro, donde la empresa tiene base, para devolverlos a Chaco por otras rutas.

La crónica fina indica que un grupo de 18 hacheros provenientes de Chaco que trabajaron en una estancia de La Pampa vivieron durante diez en condiciones infrahumanas y fueron trasladados en una caja térmica, cerrada con precintos, durante 450 kilómetros desde un campo al sur de General Acha (100 km al sur de Santa Rosa) a la ciudad de Cipolletti.

Los hacheros estuvieron trabajando en la estancia Maracó Chico, ubicada 30 kilómetros al sudoeste de General Acha. Allí está el centro de genética Curacó, de la raza Angus, uno de los más avanzados a nivel nacional. La cabaña es propiedad de la familia Trappa.

El camión en el que fueron llevados los hacheros a Cipolletti es de la empresa Vía Cargo, propiedad de la misma estructura de transporte que además es dueña de la compañía El Valle. Este incidente ocurrió el sábado 23 de mayo.

Lo sucedido con los hacheros –provenientes de una de las zonas con mayor circulación comunitaria de coronavirus- impulsó a las autoridades pampeanas a cerrar siete cruces camineros interprovinciales.

El fiscal Martín Pezzetta (de la fiscalía de Delitos contra las Personas de Cipolletti) explicó que “recibí un llamado cerca de las 23 horas que un grupo de personas habían llegado dentro de un camión térmico a nuestra ciudad. Cuando llegué ya estaban arriba de un colectivo de dos pisos de la empresa El Valle con destino a Buenos Aires”. El lugar al que concurrió el fiscal Pezzetta es la playa de transferencia de la empresa Vía Cargo, en Estado de Israel y Ruta 22, en Cipolletti. El llamado anónimo fue recibido por la Policía a las 22.17 horas de ese sábado.

Pezzetta convocó a Salud Pública y Defensa Civil, además de comunicarse con la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte). “Los trabajadores dijeron que venían de la estancia Curacó”, dijo el fiscal. Como estaban sin signos de coronavirus (ni fiebre ni otros síntomas) fueron autorizados a seguir viaje. De los 18 hacheros, dos no tenían permiso para circular, que fueron gestionados en ese momento. “La gente de la empresa (Vía Cargo) vino y dijo que los hacheros habían llegado en las cabinas de los camiones, de a dos”, explicó el fiscal rionegrino. Es decir, debían haber llegado en nueve camiones.

Todo la prueba de la justicia rionegrina fue remitida a La Pampa. El 19 de mayo pasado el gobernador pampeano en conferencia de prensa informó que un colectivo de la empresa El Valle con 18 hacheros fue frenado en el puesto caminero Catriló. Y se le impidió el ingreso a La Pampa. El fiscal de General Acha Juan Bautista Méndez, por información que recibió esa fiscalía de la presencia de hacheros, fue a la cabaña Curacó el 21 de mayo.

Allí comprobó la existencia de un precario campamento, pero no encontró a los trabajadores: habrían sido ocultados por los encargados del campo. El acta realizada por Méndez detalla la existencia de “una casilla, con varias máquinas agrícolas al lado de la misma, que se trataría de un asentamiento o campamento en abandono de trabajadores rurales, que está compuesto por un colectivo de color blanco, desarmado, y una casilla, como así también hay una habitación precaria compuesta de chapa al medio de dichos vehículos”. El "baño", a un costado de la chatarra del colectivo, eran cuatro palos y una lona.

En el lugar hallaron 323 bolsas de arpillera con leña. Un día después de esta inspección se produjo la salida de los 18 hacheros hacia Cipolletti, de madrugada y también en condiciones inhumanas.

El negocio de la leña es otro de los ingresos millonarios de la familia Trappa, que por ejemplo le vendió a la municipalidad de Cipolletti en 2019 una partida por 6.110.000 pesos para el "Plan Calor". Para este año la licitación ya fue aceptada por un monto de 11.300.000. El concepto de la compra es “leña dura seca tipo caldén”. El campamento abandonado que halló el fiscal Méndez en la cabaña Curacó estaba en medio de un tupido monte de caldén.

La familia Trappa tiene vínculos políticos en Río Negro y La Pampa. El ex gobernador rionegrino Alberto Weretilneck dijo alguna vez que era "amigo íntimo de los Trappa pero separo la amistad de los negocios”. El ex gobernador pampeano Carlos Verna (padrino político de Ziliotto) en el año 2016 asistió a los remates que en octubre de cada año se realizan en la cabaña Curacó. Los "buenos amigos" de Trappa también estuvieron y están en cada Gobierno nacional desde los años ’70, cuando los hermanos Roberto y Rolando Trappa se iniciaron en el negocio del transporte de operarios y escolares.

En diciembre de 2011, Roberto falleció en un accidente de tránsito cuando iba en su camioneta y chocó de frente con un micro de su propia compañía, un Vía Bariloche, 40 kilómetros al sur de San Martín de los Andes. Sebastián, actual CEO del grupo, es uno de los tres hijos varones de Roberto.

La Pampa iniciará la semana próxima la fase 5 de la cuarentena, con apertura de bares, restaurantes y varios comercios más, incluso gimnasios (todos previa aceptación de un protocolo sanitario) desde el viernes 5 de junio. El último caso positivo de coronavirus fue hace 51 días. Solo tuvo cinco casos positivos, con pacientes que se recuperaron. /Clarín