Sábado 08 de Agosto de 2020, 17:55
La Justicia ordenó este sábado la detención de Luis Gerardo Ávila, el ya famoso "caso 41" de coronavirus en Santiago del Estero. Así lo dispuso el juez de Control y Garantías en lo Penal, doctor Darío Alarcón.
Ávila, de 52 años y con domicilio en el barrio Colón de la ciudad Capital, está acusado de los delitos de "propagación de una enfermedad peligrosa y contagiosa" (Artículo 202 CP), y "violación a las medidas adoptadas para impedir la introducción o propagación de una epidemia" (Artículo 205 CP).
El acusado será detenido por la Policía en el hospital Independencia, donde se encuentra internado tras contraer Covid-19.
Luego de confirmarse el caso positivo de Ávila, el lunes pasado, los siguientes cuatro días se registraron 67 nuevos contagiados en la provincia. Tanto es así que, el miércoles, el gobernador Gerardo Zamora dispuso una serie de medidas, entre ellas la reducción en el horario permitido para circular en Capital y La Banda, hasta las 18.
Asistió a todas los asados que pudo, visitó familiares cercanos y
parientes lejanos, fue a cumpleaños y no se privó de festejar el Día del
Amigo. A pesar de tener fiebre alta, tos y ser asmático,
J.A.,
un empleado público de Santiago del Estero de 52 años, rompió todos los
protocolos indicados para personas con síntomas de COVID-19. J.A. es
conocido como el “paciente 41” en su provincia y, según las autoridades sanitarias, es responsable de los últimos 19 contagios registrados en el territorio.
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Santiago del Estero
El daño es evidente: en total, por el virus que esparció hay 94 familias aisladas.
Tuvieron que cerrar las oficinas de Rentas, Tribunales y el Ministerio
Publico Fiscal para desinfectar y se cree que podría haber contagiado a
más de 300 individuos en la peor de las estimaciones.
Se
le inició una causa en la Justicia federal y los investigadores le
tuvieron que secuestrar sus dos celulares porque se niega a dar
información de los lugares que visitó.
“Es una catástrofe
lo que hizo. Una irresponsabilidad mayúscula que provocó, además de los
contagiados y aislados, que en la capital los comercios y oficinas
estatales tuvieran que acotar su horario hasta las 18. A partir de esa
hora deja de funcionar el transporte público.
El desparramo que hizo del virus es preocupante”, dijo a Infobae una fuente de la municipalidad santiagueña.
Chamigo: J.A en un asado.
La
supuesta diseminación de coronavirus que produjo el acusado tuvo su
comienzo el 16 de julio cuando el hombre empezó a sentirse afiebrado,
con una tos seca grave y con el asma afectándolo.
Se tomó la temperatura y el termómetro le indicó que efectivamente tenía 38 grados. Según
contó el acusado en una entrevista informal con la policía, cuatro días
más tarde, el martes 21, fue a visitar a un médico que nunca le habló
de coronavirus ni lo mandó a hisoparse y que le dijo que su problema
tenía que ver con el asma. Siempre según la versión del imputado, lo
mandó a la casa sin recomendarle aislamiento.
“Eso es lo que dice
él. No sabemos si nos está mintiendo o no; como oculta información, es
difícil saber cuándo dice la verdad. Como la causa recién se está
formando, aún no tomamos las declaraciones correspondientes, pero ese
médico va a ser llamado a declarar para saber si es verdad lo que dice
J.A.”, aclararon fuentes de la oficina del fiscal Sebastián Robles, que
es quien lleva la causa contra el hombre, hoy internado.
El cruce
de datos entre distintos trabajos de inteligencia realizados por la
policía santiagueña, los análisis de los dos celulares secuestrados a
J.A. y las entrevistas con distintas personas de su círculo íntimo
arrojaron que
el
acusado estuvo presente en distintas fiestas y reuniones luego de esa
consulta médica: al menos se contabilizan dos asados realizados el fin
de semana del 25 de julio, una fiesta por el Día del Amigo y varias
cenas y reuniones con su familia.“El hombre seguía con fiebre y tos pero se tomaba una pastilla para disimular los síntomas. Así,
creemos, fue dispersando el virus en distintos lugares y contagiando
gente que a su vez infectaba a otra. Las 94 familias aisladas tienen que
ver con que alguno de los integrantes estuvo en contacto con J.A. en
alguna reunión”, indican los investigadores.
J.A en una vieja foto de su álbum.
En
una de las fotos que figuran en el expediente se lo ve a J.A. alrededor
de una mesa con otras 9 personas tomando vino, antes de un asado.
Los investigadores creen que puede tratarse de una imagen tomada en uno
de los asados aunque el acusado insiste en que se trata “de una foto de
hace 4 meses”. En la Justicia dudan y esperan por los peritajes y las
declaraciones de los otros concurrentes al evento.
J.A., que
trabaja en un organismo del Estado, siguió con su vida social como si no
existiera el coronavirus hasta el viernes pasado, cuando los síntomas
ya eran inocultables y su estado de salud empezó a empeorar. Ahí fue a visitar a otro médico que inmediatamente le indicó que fuera a hacerse un hisopado. “Creemos que ese día no concurrió a hacerse el análisis a pesar de los síntomas,
trató de evitar ser analizado. Una vez más rompiendo las reglas.
Recién fue al hospital dos días después, es decir el domingo, cuando ya no daba más y ahí quedo internado. Algo
que también está mal, porque lo que tenés que hacer es quedarte en tu
casa y avisar a las autoridades para que se active el protocolo.
Lo cierto es que se le hizo el test y dio positivo”, explicaron en los tribunales santiagueños.
Mientras
el hombre se recupera en un hospital provincial, en total hay 250
personas que están aisladas en sus casas, de las cuales la mitad fue
hisopada ayer y los restantes en la mañana de hoy. Según el parte informativo del Ministerio de Salud de la Nación, entre martes y miércoles se registraron 19 contagios en Santiago del Estero, todos, se cree y se investiga, contactos de J.A.
Vale
recordar que se trata de unas de las provincias con menos infectados:
66. Por lo que este último salto en los números representa un aumento
del 40%.
Tanto es el escándalo que el propio gobernador
Gerardo Zamora hizo una conferencia de prensa para habla al respecto: “
Anduvo
en asados y reuniones, no se privó de nada y por lo tanto hoy hay dos
médicos, dos gendarmes, toda su familia en aislamiento. 250 hisopados y
muchos aislamientos más porque todavía no sabemos qué hizo durante los
15 días anteriores, porque no nos explica bien. Este ‘caso 41? es todo
lo que no tiene que ocurrir”.
La
investigación que lleva adelante el fiscal Robles tiene como objetivo
principal determinar los lugares a los que asistió J.A. y si existieron
más personas violando el DNU presidencial, pero también apunta a
dilucidar si el acusado es o no un “paciente cero”, es decir, un caso
autóctono:
“Es importante saber cómo se contagió. Si él tuvo
contacto con alguien que ingresó de manera ilegal a la provincia
trayendo el virus o si por el contrario, como cree él mismo, se infectó a
raíz de un contacto que tuvo con su cuñado quien también formó parte de
guitarreadas y reuniones estando enfermo”, explicaron desde la
fiscalía.
Existe un ejemplo aún más claro para tener en cuenta el grado de daño que pudo haber causado J.A. Según contó la periodista local Antonella Chacón, el último médico que lo atendió trabajó ese mismo día en Malbran, un
pueblo de 1.100 habitantes, de acuerdo al último censo, que queda a 366
kilómetros de la capital santiagueña. Las autoridades tuvieron que
aislar a 60 familias porque se cree que puede estar infectada la mitad
del pueblo.La foto que ilustra esta nota
sorprendió a los investigadores. Luego de revisar el contenido de uno de
sus teléfonos, las autoridades decidieron devolvérselo para poder tener
contacto con él y consultarle sobre posibles contactos estrechos.
Le
solicitaron que lo use lo estrictamente necesario, sin embargo en las
últimas horas lo utilizó para sacarse selfies que compartió con
familiares y amigos. /
Infobae