Por la mañana cuando se despertó se enteró de la noticia. “No lo puedo creer”, repite varias veces. La recuerda como una persona alegre, sensible, con mucha imaginación. Pero también como una compañera fuerte y combativa.
Las redes sociales también se llenaron de mensajes de despedida, pero a la vez de denuncia, ya que la violencia hacia el colectivo trans y travesti se recrudece día a día.
“Tenía muchos planes en su vida. Le gustaba el arte Drag, el maquillaje, el baile, tenía muchas metas. La asesinaron siendo tan joven. Los medios y la policía están diciendo cosas que no son, siempre hacen eso con nosotras”, lamentó Rocío.
Según el relevamiento realizado por la Asociación Civil Trans La Rosa Naranja, durante 2019 fallecieron al menos 75 personas trans, con una edad promedio de 39 años, 37 años antes que la media de la población, que vive hasta los 76 en Argentina. Durante el 2020, ya suman 57 las muertes y tres los asesinatos.
Y los números siguen aumentando. La cuarentena y la crisis sanitaria recrudecieron las condiciones de vida del colectivo trans, ya que son muy pocas las que logran acceder a un trabajo formal, y muchas encuentran como único destino la prostitución. “Las que tenían alquiler dejaron de alquilar, algunas tenían la suerte de que las familias todavía las aceptaban y se fueron a la casa de sus padres. Pero las que estaban en la calle, se quedaron en la calle a cagarse de hambre”.
Cuando se flexibilizó la cuarentena tomaron la decisión de salir a trabajar por que necesitan dinero. “No es lo mismo salir a trabajar ahora, antes se hacía mas dinero, ahora solo alcanza para el día a día. Tuvimos muchísimo problemas con clientes, por el simple hecho de ser gays o travestis. Varias veces nos alzan y nos dejan tirabas en el cerro o en cualquier lado y tenes que volver a dedo. Otras te golpean, te violan, y te amenazan”.El 12 de agosto se cumplen tres años del transfemicidio de Ayelén Gómez. Su crimen marcó un antes y un después en la lucha por los derechos y la inclusión del colectivo trans en la provincia, pero la discriminación estructural sigue vigente y cobrándose las vidas de las más vulnerables.
/La Nota