Sin pistas por el crimen del rondín, los productores ya piensan en armarse

Sábado 28 de Noviembre de 2020, 05:46

PISTAS. Investigadores del Ministerio Público Fiscal buscan indicios que permitan orientar una investigación que, por ahora, está rodeada de dudas y misterio.



El crimen del rondín que fue ejecutado de un tiro cuando estaba atado de pies y manos, sorprendió a los agricultores de Taruca Pampa, pero no hasta el punto de paralizarlos. Por el contrario, algunos están evaluando la posibilidad de armarse para repeler el accionar de los delincuentes que actúan en zonas rurales.

Mario Jiménez, productor de la zona, fue el encargado de tirar la idea. "Habrá que armarse para defenderse porque estos delincuentes matan por matar”, dijo el agricultor, quien se declaró sorprendido tras el crimen, ocurrido en una zona en la que "normalmente nunca pasa nada", según describió.

La ejecución de Víctor Ovejero, de 42 años, se produjo en una finca de 57 hectáreas, ubicada a unos 200 metros de la ruta 304, en el departamento Burruyacu. El móvil del crimen sigue siendo el mayor misterio que tienen ante si los investigadores, bajo las órdenes del fiscal Carlos Sale, titular de la Unidad Fiscal de Homicidios II.

Según el funcionario judicial, por el momento no se observaro en el lugar indicios de robo, por lo que no se descartan otras hipótesis, aunque también se baraja la posibilidad de que el rondín haya reconocido a los ladrones antes de que pudieran concretar el atraco, lo que habría llevado a que lo mataran y huyeran sin llevarse objetos de valor.

Los motivos personales también son considerados. Es por eso que hasta la noche del viernes los investigadores estuvieron entrevistándose con la familia de Ovejero, para tratar de obtener indicios que los condujeran hasta los autores del asesinato, que se supone eran por lo menos dos.

La amplitud de los espacios desabitados en la zona complica la obtención de testimonios que permitan orientar mejor la búsqueda. La finca donde se produjo el crimen tiene 57 hectáreas y la vivienda más cercana está a más de medio kilómetro de distancia.

Mientras tanto la violenta muerte del cuidador, convertida en el cuarto asesinato que se regitra en zonas rurales en lo que va del año, pone a los productores ante un nuevo problema: el miedo. Según Juan Carlos Sánchez, "ya nadie quiere quedarse en los campos porque a veces, por la tarea que cumplen se quedan varios días solos cuando no hay cosecha".