Iban a embalsamarlo y se dieron cuenta que no había muerto cuando lo pincharon y gritó

Lunes 30 de Noviembre de 2020, 06:55

Luego del episodio, la “víctima” prometió dedicar su vida a evangelizar.



El empleado de una funeraria en Kenia se llevó al susto de su vida cuando estaba atendiendo un cadáver y, al hacerle una incisión en la pierna para inyectarle formaldehído y embalsamarlo, el supuesto muerto lanzó un grito de dolor.

Tal y como informa el Daily Mirror del Reino Unido, Peter Kigen, de 32 años, llevaba tiempo postrado por una enfermedad crónica. Estando en su casa sufrió un desmayo y fue llevado al hospital de Kapkatet, donde fue declarado muerto este martes.


Su hermano menor, Kevin Kipkurui, dijo que estaba presente cuando Kigen colapsó. Con la ayuda de su primo, lo llevaron al centro de salud a las 17.30.

“Cuando llegamos a la zona de Urgencias un médico nos pidió que registráramos los detalles del paciente en la recepción mientras lo atendía”, dijo Kipkurui, que aún estaba en estado de shock al diario The Standard. Después de registrar al paciente, Kipkurui dijo que nuevamente se le pidió al mostrador del Fondo Nacional de Seguro Hospitalario para obtener más documentación sobre su hermano.

“Cuando volví al departamento de urgencias alrededor de las 19.45. Ahí me informaron que mi hermano estaba muerto. Una enfermera me dijo que había muerto mucho antes de que llegáramos al hospital”, dijo Kipkurui, y agregó: "Más tarde, la enfermera me entregó un documento para que se lo llevara al encargado de la morgue antes de que el cuerpo de mi hermano fuera trasladado allí".

Sin embargo, a las 22.30, dijo Kipkuriu, mientras esperaban el embalsamamiento del cuerpo de Kigen, se les informó que, de hecho, no estaba muerto. Y lo peor de todo fue que se supo como fue el momento del asombro: cuando el empleado funerario se preparaba para inyectarle el formaldehído, Kigen sintió que lo tocaban, despertó y gritó.

?“Me llamaron de la morgue y lo vimos hacer movimientos. Nos quedamos impactados. No podíamos entender cómo podían trasladar a una persona que todavía está viva al depósito de cadáveres ”, dijo Kipkurui.

Ya repuesto, el paciente se puso su uniforme de hospital celeste y se mostró feliz ante las cámaras de Citizen TV. Tan contento estaba que prometió dedicar su vida a la evangelización una vez que le dieran el alta del hospital: “Ni siquiera sabía dónde estaba cuando recuperé la conciencia, pero agradezco a Dios por salvarme la vida. Le serviré por el resto de mi vida ”, dijo Kigen.


El director del hospital, Gilbert Cheruiyot, dijo que Kigen se encontraba en estado crítico cuando lo llevaron. E intentó explicar el insólito malentendido: “Sus familiares supusieron que estaba muerto y ni siquiera esperaron la certificación de la muerte. Hicieron que lo traslade al depósito de cadáveres por su cuenta". Agregó que los médicos clínicos de la víctima estaban ocupados atendiendo a otros pacientes críticamente enfermos cuando trajeron a Kigen, incluido un paciente epiléptico y diabético.

“Aconsejo a quienes traen a sus seres queridos al hospital que sigan las normas establecidas. Antes de trasladar un cuerpo al depósito de cadáveres, debe ser certificado por un médico. En el caso de Kigen, sólo podemos decir que tuvo suerte, sobre todo gracias a nuestro experto fúnebre que lo revisó antes de hacer cualquier movimiento”, finalizó Cheruiyot. /Clarín