“Mi primer beso”: la película de amistad y amor que marcó infancias cumple 30 años

Sábado 16 de Enero de 2021, 09:13

Te contamos por qué este film protagonizado por Anna Chlumsky y Macaulay Culkin, le ganó al tiempo y aun permanece en la memoria.



Hoy se cumplen tres décadas del estreno de una de las películas dramáticas que marcaron la infancia de quienes hoy tienen más de 30 años. Se trata de “Mi primer beso”, cuyo nombre original es “My Girl”, estrenada en noviembre de 1991 en Estados Unidos, pero que llegó a las pantallas argentinas dos meses después, el 16 de enero de 1992.

Esta historia de amistad, amor y lealtad entre sus entonces jóvenes protagonistas, Anna Chlumsky y Macaulay Culkin (quien venía del éxito rotundo de “Mi pobre angelito”), es rememorada entre los cinéfilos por su exquisito argumento, basado en valores humanos y gestos impensados, con una trama dramática y un final trágico que seguramente dejó boquiabierto a más de un uno.

La historia

La misma trascurre en un verano de 1972. Vada Sultenfuss (Anna Chlumsky) es una niña de 11 años, hipocondríaca y huérfana que vive junto a su padre Harry Sultenfuss (Dan Aykroyd), quien maneja su propia funeraria en la casa familiar. Un hombre bueno, pero algo introvertido y raro por su oficio, quien solía ignorar las necesidades sentimentales de su hija. Es así que Vada se ve obligada a convivir con la muerte, lo que se le vuelve una obsesión que termina perjudicando su calidad de vida.



Durante ese verano, la niña conoce a Thomas J. Sennett (Macaulay Culkin), un chico tímido que es alérgico a “todo” y con quien termina entablando lazos de amistad y amor muy fuertes. En el mientras tanto, se hace amiga de Shelly DeVoto (Jamie Lee Curtis), la nueva maquilladora de la funeraria de su padre. En simultáneo, la joven empieza a desarrollar un amor platónico por su maestro Mr. Bixler (Griffin Dunne), por quien se anota en clases de poesía.

Los problemas comienzan cuando su padre empieza a salir con la maquilladora. Esa relación entre ellos la afecta terriblemente y su comportamiento cambia. La protagonista experimenta cambios físicos y comienza a tener actitudes hipocondríacas en vías de llamar la atención. A todo esto, ignora el amor que su amigo Thomas siente por ella.



Su primer periodo es un tema que afecta a la joven y que se trata con sutileza en la película. Durante todo el verano, la joven comparte momentos y charlas con su amigo Thomas, con quien más adelante tiene su primer beso. Los lazos de amistad y lealtad entre ambos protagonistas son inolvidables y se volvieron una marca registrada en esta historia.

El clímax

La escena más trágica del film y que inmortalizó a la película es cuando la joven pierde el anillo que le había regalado su madre antes de morir. Junto a Thomas, comienzan a buscarlo en un panal de abejas, pero se asustan y se van. Era tal el amor de ese niño por Vada, que le era imposible verla triste. Es así que el joven vuelve al panal, encuentra el anillo, pero es atacado por las abejas. Al ser alérgico, muere.

El momento en que la protagonista vela a su amigo Thomas y llora desconsoladamente porque no tenía puestos sus anteojos para "poder ver". (Foto: Archivo)

Esa pérdida es una de las mejores escenas de la película. Vada se encierra en su cuarto tras la trágica noticia y sólo sale para asistir al funeral de su amigo que, de hecho, transcurrió en el living de su propia casa. Al verlo en el ataúd sin sus anteojos, ella empieza a llorar desconsoladamente porque “Thomas no iba a poder ver”. Una escena inmejorable que refleja la solidaridad y el fuerte vínculo de amor incondicional y amistad entre los protagonistas que, gracias a su excelente actuación, hicieron que esta película no quede atrapada en el túnel del tiempo de la industria cinematográfica. /TN