La mejor amiga de Kamala Harris y un abuso sexual que marcó el destino de la primera mujer negra en la Casa Blanca

Sábado 16 de Enero de 2021, 14:13

Kamala Harris (izq) y Wanda Kagan, en la adolescencia.



Wanda Kagan, de 56 años, fue la mejor amiga de Kamala Harris en la adolescencia, cuando compartían en la escuela un grupo de baile y la joven ya mostraba condiciones de liderazgo y empatía que la llevarían a convertirse en la primera vicepresidente mujer y la primera negra y de ancestros indios de la historia estadounidense.

Harris nació en Oakland, California. Pero cuando tenía 12 años, su madre, Shyamala, investigadora de cáncer que había llegado de la India, se separó de Donald Harris, un economista jamaiquino, y la pequeña Kamala se fue a vivir a Quebec, con su madre y su hermana Maya.

Fue en una escuela secundaria de la ciudad canadiense cuando Harris conoció a Kagan, que se convertiría entonces en su mejor amiga, en una relación que tuvo un impacto clave en la futura vicepresidenta.

En una entrevista con Clarín desde Canadá, Kagan, que hoy trabaja como administrativa en un hospital de Quebec, cuenta que Kamala “es hoy la misma persona que era entonces: divertida, segura, fuerte, genuina y real”. Y una “excelente estudiante” que le gustaba bailar, un talento de juventud que aún despliega en actos de campaña.

Wanda y Kamala. Formaron un grupo de baile que se llamaba las “Midnight Magic”
Inseparables: Wanda y Kamala se conocieron en la adolescencia.

Aquella amistad adolescente quedó sellada con una situación dramática porque en esos años Kagan fue abusada sexualmente en su casa y Harris, enterada de la situación, la llevó a vivir con su familia. En algunas entrevistas, la futura vicepresidenta ha remarcado que la tragedia que vivió su amiga la había impulsado a estudiar abogacía, a ser procuradora y convertirse en una luchadora por las víctimas de la violencia de género.

¿Cómo era Kamala Harris cuando era joven?

Nos conocimos en la secundaria. Esa etapa fue todo un desafío, especialmente en una escuela grande, con tantos niños de diversos orígenes socioeconómicos y multiculturales. Esa experiencia nos acercó más. Kamala no practicaba deportes, pero su pasatiempo era bailar y a mí también me gustaba. Entonces nos juntamos con otras chicas y formamos un grupo de baile que se llamaba las “Midnight Magic”. Kamala también era una fashionista, le gustaba la moda. Todos los días, ella y yo nos vestíamos para impresionar en la escuela. Recuerdo que un compañero nos preguntó: "¿Alguna de ustedes tiene un par de jeans?" Nos miramos, reímos y dijimos "¡no, no tenemos!". Ella es hoy la misma persona que antes: divertida, segura, fuerte, genuina y real. Siempre ha sido una francotiradora, es directa, sensata, dice las cosas como son y siempre te hará saber exactamente lo que está pensando. Kamala fue una excelente estudiante. Su madre inculcó fuertes valores académicos en sus hijas.

¿Era líder entonces?

Kamala siempre fue una líder, incluso en la escuela secundaria. Juntas cambiamos la cultura de tener una cita para la “Prom” (la fiesta de egresados). Decidimos que ninguna chica tendría que sentirse condenada al ostracismo por no tener una cita. Un pequeño grupo de chicas fue al “Prom” sin citas, ¡todas mujeres jóvenes que buscaban cambiar la cultura de una vez por todas!

Usted ha contado que ella la ayudó en una difícil situación personal. ¿Cómo fue?

Durante mis años de escuela secundaria, me abusaron sexualmente en casa. Kamala era mi mejor amiga, así que se lo confié. Ella inmediatamente dijo: “Tenés que venir a vivir con nosotros". Le contó a su mamá y ellos me invitaron a vivir su casa, donde disfruté de un ambiente estable, estudioso y saludable hasta que terminé la secundaria.

¿Tiene contacto con ella ahora?

Nos comunicamos a menudo durante un tiempo después de que ella se fuera a la Universidad de Howard, pero luego perdimos el contacto. Luego, en 2005, cuando ella fue elegida como fiscal de distrito de California, la vi en el programa de Oprah Winfrey. La busqué en Google y encontré un número de su oficina. Ella me llamó de inmediato. Charlamos, reímos, nos pusimos al día. Le agradecí su intervención en ese entonces, por rescatarme de mi abusador y por cambiar el rumbo de mi camino en la vida. Fue entonces cuando me dijo cuánto influyó esa experiencia en su trayectoria profesional y sus elecciones. Ella dijo que lo que pasó conmigo la motivó a convertirse en una luchadora y defensora de las víctimas de abuso sexual. En ese momento me puse a llorar al saber que había impactado en su vida de una manera tan profunda, tal como ella había impactado la mía.

¿Qué sintió cuando fue elegida como la primera mujer vicepresidenta de la historia?

¡Estaba eufórica! Cuando escuché la noticia, sentí como una experiencia extracorporal. ¡Lloré lágrimas de alegría! Mi hija, a quien llamé Maya, en honor a la hermana de Kamala, también estaba extasiada. Nos abrazamos y celebramos. Maya dijo: “¡Este es un momento histórico increíble para nosotras las mujeres negras, mami! ¡Ella puede ser la primera, pero no será la última!"

Kamala Harris, hoy. La tragedia que vivió su amiga la impulsó a estudiar abogacía, a ser procuradora y convertirse en una luchadora por las víctimas de la violencia de género.
Kamala Harris hoy

¿Qué cualidades de su amiga cree que le servirán ahora en su cargo?

Empatía: tiene la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona y actuar. Este será un activo muy importante a medida que el mundo y Estados Unidos se recuperen de los estragos del COVID. Ella está enfocada como un láser: cuando se propone una meta, la logra. Con la gran cantidad de problemas que enfrenta los Estados Unidos, su capacidad para concentrarse en lo que es importante será fundamental.

¿Cree que en unos años será presidenta?

Sí. Creo que Kamala será algún día presidenta de los Estados Unidos. Con sus habilidades y calificaciones, será una líder increíble. /Clarín