Domingo 07 de Marzo de 2021, 15:58
La familia de Marcelo Marzola aún esperaba conocer la causa de la extraña muerte del hombre de 46 años, aunque están convencidos de que el almuerzo con milanesas que tenían "un gusto feo" podría haber desencadenado la gastroenteritis severa que terminó con su vida.Apenas una semana antes a la letal intoxicación, Marzola estaba contento. Había estado sin trabajo durante algunos meses, hasta que consiguió un puesto para la construcción junto a uno de sus hijos. Iba a arrancar el lunes 25 de enero, pero murió sorpresivamente tras comer milanesas en mal estado en su casa de la localidad mendocina de Maipú.
Tal fue la conmoción por su muerte que el Gobierno provincial inició una investigación del caso, con intervención de las áreas de Higiene de los Alimentos, Epidemiología y Zoonosis. Además, el Cuerpo Médico realizó la autopsia al cuerpo pero no logró determinar si hubo factores externos que causaron el deceso, por lo que anunciaron que harán nuevos estudios más exhaustivos.
Quienes recuerdan a Marzola lo definieron como una gran persona.
Él militaba hacía años en el Partido Justicialista de Luján de Cuyo y en la actualidad, se desempeñaba como secretario de Finanzas y Movilidad del Consejo departamental de Luján de la Juventud.
El año pasado, el hombre decidió mudarse a Maipú para vivir con sus padres, ya que eran personas mayores y quería cuidarlos. La pandemia desató una serie de tragedias que hasta hoy atraviesan a su familia: la mamá y el papá de Marzola contrajeron coronavirus, primero murió ella y luego él.A esto se sumó que su suegro también falleció en noviembre pasado como consecuencia del mismo virus.
Marzola y su familia se había mudado hace poco a Maipú para cuidar de sus padres (Archivo).
El pasado 20 de enero, cuando Marzola, su esposa y sus hijos comieron las milanesas que hicieron ellos en su casa, sintieron un gusto feo. Lo primero que hizo la pareja fue sacarle la milanesa a la hija más chica, a quien se la habían cortado en pedacitos en su plato. La mujer también desistió de comer, mientras que el hombre y su hijo mayor continuaron con el almuerzo.
Las sobras se las dieron a sus cuatro perros y dos gatos. Al día siguiente, descubrieron que todas las mascotas estaban muertas.
Ese mismo día, Marzola y su hijo mayor estaban muy descompuestos y tenían entumecimiento en su cuerpo. Alertados por lo que pasó con los animales, la familia acudió inmediatamente al Hospital Paroissien, donde quedaron en la guardia con suero.
El hijo mejoró y fue dado de alta a las pocas horas, mientras que el cuadro de Marcelo era cada vez peor: no podía moverse, ni tampoco podía hablar.
A pesar de esto, al día siguiente le dieron el alta sin ningún diagnóstico. El hombre no podía hablar y tenían que movilizarlo en silla de ruedas. Regresó a su casa sin ningún tratamiento médico.
Marzola sufrió una gastroenteritis severa con un origen infeccioso (Archivo).
Durante los días siguientes, logró recuperarse muy lentamente. El lunes 25 tenía que ir a trabajar, pero no tenía fuerzas y decidió ir al Hospital Central. Quedó internado y le hicieron estudios, pero antes de poder aplicar un tratamiento y saber con exactitud que tenía, Marzola murió.
Los médicos sólo pudieron estimar que había sufrido una gastroenteritis severa con un origen infeccioso. /
Crónica