Nació en Monteros, brilló en Europa y volvió para ser uno de los gobernadores más progresistas de Tucumán: la prolífica vida de José Sortheix

Sábado 08 de Mayo de 2021, 10:18

José Sortheix



En la excelente página Fotos Antiguas de Tucumán, el historiador José María Posse Posse publicó una reseña biográfica de uno de los gobernadores más progresistas de la edad de oro de Tucumán, en las primeras décadas del siglo 20, cuando la Generación del Centenario construyó una provincia moderna.

Ingeniero JOSÉ SORTHEIX

Nacido en Monteros (Tucumán) el 7 de marzo de 1873, hijo de Graciano Sortheix y María Mignaberry, ambos de origen vasco francés, desde temprana edad se destacó por su inteligencia, laboriosidad y por sus dotes de matemático.

Egresado del Colegio Nacional de Tucumán, al no existir Universidad en su provincia natal marchó a Buenos Aires a continuar sus estudios. Si bien ya existía la carrera de ingeniería, era de reciente creación y currícula incompleta, razón por la cual sus padres decidieron enviarlo a Europa.

En 1893 ingresó a la Escuela Politécnica (Ecole Polytechnique). Parte de sus estudios los realizó en la escuela Central de Artes y Manufacturas y otra parte en la Facultad de Ciencias de la Universidad de París (Sorbona). En 1898 egresó con el diploma de Ingeniero. Su tesis doctoral fue un estudio sobre balística, donde puso toda su pasión por los cálculos matemáticos.

Si bien pudo quedarse a desarrollar su carrera en Europa donde tenía buenos ofrecimientos laborales, decidió regresar a su Tucumán natal, pues tenía la idea de volcar lo aprendido en su terruño. Trabajó varios años en Buenos Aires, donde revalidó su diploma, obteniendo el título argentino de Ingeniero Civil. La prueba que rindió fue el recálculo de toda la estructura metálica de la Estación Retiro de la ciudad de Buenos Aires, realizado con detalle milimétrico.

Regresó a su terruño, donde se insertó rápidamente en un lugar expectable. Enrolado en la Unión Cívica Radical, ocupó un escaño en la legislatura provincial donde volcó sus fuerzas en la modernización de la provincia.

Tuvo una recordada intervención en el polémico proyecto de la construcción de un dique en El Cadillal, el que había sido encargado por el gobernador José A. Olmos al reconocido ingeniero Carlos Wauters, por entonces jefe del Departamento de Obras Públicas e Irrigación de la Provincia. Sortheix revisó los cálculos y acusó a Wauters de no haber efectuado un estudio científico técnico pormenorizado de la zona donde se levantaría el dique. No se determinaban las condiciones del subsuelo, se habían hecho consideraciones teóricas irrealizables en la práctica, observaba serios vicios de fundación y ejemplificaba con el accidente del dique de Habra, con lo cual era fundamental proceder de manera minuciosa en la construcción de obras de tanta envergadura.

Sortheix conocía perfectamente aquellos terrenos, los que había recorrido con su amigo Miguel Lillo, por tanto sus sólidas argumentaciones no pudieron ser rebatidas por Wauters a quién se acusaba de haber construido un presupuesto falso, sobre supuestos que no respondían a la realidad. Ello llevó a la renuncia del ingeniero a sus funciones y el dique debió esperar décadas para poder concretarse.

Reconocido ya por sus extraordinarias dotes profesionales, Clodomiro Hilleret lo llevó a la administración general del Ingenio Santa Ana.

Sin duda que el francés tuvo en el ingeniero José Sortheix al mejor administrador de su fábrica, a la que ayudó a construir y luego a desarrollar.

Durante su gestión, se armaron las grandes maquinarias y estructuras que pondrían a éste ingenio como un coloso de la industria americana. Trabajó allí hasta 1912, para marchar al viejo mundo.

Se casó con doña Encarnación Escalante Echagüe, mujer extraordinaria, quien apoyó todos sus proyectos y le dio varios hijos, de prolongada descendencia.

Luego de una extensa estadía en Europa regresó a Tucumán para ocupar diversos cargos de importancia y acompañar a Juan B. Terán en los primeros grupos de profesores de la Universidad, primero provincial y luego nacional.

Sortheix integró el primer Consejo superior de la Universidad Nacional de Tucumán y fue decano de la facultad de ingeniería. Tuvo la satisfacción de entregar los diplomas a los primeros ingenieros industriales que egresaron en Tucumán.

En 1923 viajó a Berlín con la comisión de contratar profesores en Alemania a efectos de incorporar a los mejores docentes y científicos para formar a los estudiantes tucumanos. Luego ocuparía la presidencia de la Caja Popular de Ahorros de la Provincia, entidad a la que llevaría a consolidar.

En 1928, ya rodeado de un sólido prestigio, fue elegido gobernador de Tucumán; entre sus obras más destacadas, se cuenta la creación de la Junta General de Vialidad y Turismo que se anticipó en dos años a la creación de la Dirección Nacional de Vialidad. La misma tenía a su cargo todo lo concerniente a los estudios y proyectos de los trazados camineros y la construcción y conservación de estos y de los puentes.

Se declararon de utilidad pública a fin de expropiación, terrenos en la Sierra de San Javier, Tafí del Valle, Los Cuartos y El Mollar, además de Raco y otras localidades. Todo ello tendiente a la construcción de caminos y villas veraniegas. Esos caminos, además de fomentar el turismo, el comercio y demás actividades, como el trazado de las rutas conllevaba la construcción de cunetas y de desagües, se combatía así los pantanos, lo que evitaba las enfermedades endémicas de la región, como el paludismo. Al respecto se construyeron varios puentes sobe el río seco y el calera, sobre el arroyo Barrientos en Aguilares y sobre el Mal paso en Los Sarmientos. Por toda la provincia se desarrollaron trabajos de instalación de aguas corrientes y perforación de surgentes.

Durante su gestión se realizaron amplios estudios para llegar a un sistema completo de desagües en toda la zona pedemontana sobre la falda de San Javier, Tafí Viejo, Río Salí, como también para el norte y oeste de la ciudad y arroyo del Manantial, creando las defensas para la zona noroeste de San Miguel de Tucumán, entre otras importantes obras públicas tendientes a dar una solución definitiva a la problemática de las inundaciones en época estival.

Para la realización de nuevas obras se requería un importante empréstito, lo que fue resistido en las cámaras legislativas, pero el gobernador Sortheix con esa visión práctica de los hombres formados en la ingeniería civil insistía en la necesidad de un vasto plan de obras públicas, las que generarían trabajo y acarrearían beneficios concretos para el progreso integral de la provincia.

La Revolución de 1930 contra el presidente Hipólito Yrigoyen truncó la gobernación del ingeniero Sortheix quién ya planificaba, entre otras cosas, reiniciar los trabajos para la construcción del dique en El Cadillal y el dique de Escaba.

El plan de obras trazado iría a concretarse muchos años después, en tiempos de la segunda gobernación de Miguel Campero, de Miguel Critto y por supuesto, de Celestino Gelsi.

Estuvo dos años en el exilio, regresó a Tucumán donde volvió a tener destacada actuación, sobre todo en la progresista gobernación de Miguel Campero que basó su gestión en el plan “Agua y Caminos”, inspirados en el plan inconcluso de Sortheix.

En el año 1942, en plena Guerra Mundial, durante la gobernación del radical Miguel Critto, Sortheix fue elegido Rector de la Universidad Nacional de Tucumán. Su nombramiento fue festejado por todos los ámbitos académicos, profesionales y sociales de la provincia.

Entre sus muchos logros se cuenta la creación de la Escuela de Minas de Jujuy, dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán, como respuesta a la necesidad de especialización tecnológica que requería la región del Noroeste Argentino.

Nuevos acontecimientos políticos nacionales que culminaron en el Golpe Militar de 1943, llevaron a que la Universidad fuera intervenida. Ello fue un duro golpe para Sortheix quien nuevamente no pudo desarrollar su plan para el engrandecimiento de la educación universitaria.

Retornó a su cátedra, además realizó investigaciones y publicó trabajos como “Factores del Clima en Tucumán”, entre otros.

Falleció en 1954, rodeado de la consideración de todos los círculos culturales, políticos y sociales de la provincia.

Sin duda fue uno de los grandes constructores del Tucumán moderno.


Por José María Posse
Fragmento del Libro: “Historia de la Ingeniería Civil en Tucumán”, de José María Posse. Tucumán, 2016.