Matan por $ 30.000: un narco les pagó a dos sicarios para que ejecutaran a una mujer en una cruel venganza

Lunes 25 de Octubre de 2021, 07:35

Preso en el penal de Ezeiza, Alan, el líder del clan Funes mandó a matar a una joven porque la madre no quiso vender drogas en uno de sus búnkeres, según la acusación fiscal.



El jefe de un grupo narco de Rosario quedó acusado de haber planeado desde su celda en una cárcel federal el homicidio de una joven de 21 años que fue condenada junto con él por narcotráfico y que cumplía prisión domiciliaria porque tenía un hijo de poco más de tres años.

Según la investigación del fiscal Gastón Ávila, Alan Funes contrató desde la cárcel de Ezeiza a dos sicarios y les pagó 30.000 pesos para que ejecutaran a Mariel Soledad Lezcano, el 13 de este mes.

El crimen fue en venganza por la negativa de la madre de la víctima a vender drogas en un búnker que controla el clan de los Funes en la zona sur de la ciudad.

Según informaron fuentes judiciales, Alan Funes y Mariel Lezcano se conocían desde chicos pues crecieron en el mismo pasillo en el barrio La Tablada.

El fiscal también acusó a Iván Ariel “Lolo” Gutiérrez, de 18 años, y Fabián Alejo Domínguez, de 21, como coautores del homicidio de Lezcano, que fue asesinada a tiros en su vivienda de Ayacucho al 4300, donde purgaba seis años de prisión por comercio de estupefacientes. En ese mismo juicio, Alan Funes recibió una pena de nueve años.

Según el Ministerio Público de la Acusación (MPA), Funes organizó el ataque a Lezcano desde el Complejo Penitenciario de Ezeiza, donde cumple varias condenas por homicidio, narcotráfico y asociación ilícita.

El fiscal Ávila dijo en la audiencia imputativa que, según evidencia colectada de un celular de una hermana menor de Funes, Alan les pagó 30.000 pesos a Gutiérrez y Domínguez para que mataran a Mariel. También aportó el arma, una pistola calibre 9 milímetros y una motocicleta Honda Wave que utilizaron en el crimen.

El asesinato fue una venganza porque la madre de Lezcano, Gisella, apodada “Paquete”, se negó a administrar un búnker de venta de drogas. Según los investigadores, el padre de Alan, Jorge “Gordo” Funes, fue a la casa de la mujer a amenazarla con que le iban a matar a un hijo si no se ponía a vender drogas para el joven, que desde la cárcel controla su negocio de narcomenudeo.

Según el fiscal, Lolo Gutiérrez fue hasta la casa del fondo del pasillo de la calle Ayacucho, tocó a la puerta y cuando Lezcano abrió, le disparó a la cabeza.

Mariel cayó al piso y recibió otro tiro, en la cadera.

Domínguez fue arrestado unas horas después por la Policía con el arma homicida —según determinó un peritaje balístico—, aunque intentó escapar por los techos de una vivienda. Su cómplice fue detenido el miércoles pasado y ambos quedaron imputados el viernes con prisión preventiva como coautores del crimen de Lezcano, según dispuso el juez Gustavo López Quintana.

Funes, que además de la condena a 9 años por narcotráfico tiene otra por integrar una asociación ilícita y por homicidio a 35 años de prisión, fue imputado como autor intelectual del homicidio.

En ese sentido, una hermana menor de la víctima declaró contra el clan Funes: “A mi mamá la amenazaron con que si no vendíamos droga para ellos nos iban a volar la gorra”.

La madre de Mariel declaró que el Gordo Funes la fue a ver a su casa y le dijo: “Alan está tirado, no tiene quién le maneje el búnker”, para luego advertirle: “Te va a volar la gorra”.

Y afirmó que el propio Alan la llamó y le advirtió: “¿Vos qué onda que no me querés agarrar el negocio? Te voy a salir con la más loca”.

La amenaza, finalmente, se concretó el 13 de octubre a plena luz del día, cuando Mariel, su hijo, su hermana de 13 años y otros menores merendaban en la casa. La chica abrió la puerta. Según Luciano, su padre, habrá pensado que era él, porque a la hora en que ocurrió el crimen él regresa del trabajo.

Según publicó el diario La Capital, Gisella Lezcano sostiene que su hija era inocente y que quedó en medio de una guerra entre los Funes y el clan del Brujo René Ungaro, antes socios y hoy enemigos.

En la entrada del pasillo donde balearon a Mariel fue asesinada hace cinco años Mariela Miranda, esposa del Gordo Funes y madre de los cuatro hermanos Funes, de los cuales dos están presos y a otros dos los mataron.

“No los denuncié por miedo y por ese miedo mataron a mi hija”, dijo la mujer, que pidió protección policial mientras realizan los preparativos para abandonar para siempre el pasillo de la calle Ayacucho donde acribillaron a Mariel Lezcano. /La Nación