Un pastor dijo que resucitaría, pero dejó esperando a sus fieles

Martes 16 de Noviembre de 2021, 05:29

Huber Carlos Rodrigues había asegurado años atrás que iba a volver a la vida tres días después de su muerte. No hubo milagro.



Falleció el pastor Huber Carlos Rodrigues, del municipio de Goiatuba, en Brasil. Tres días después de su muerte, llegó una gran multitud a la funeraria donde se encontraba el cuerpo del hombre para presenciar su supuesta resurrección.

Esto a raíz de que el pastor habría firmado un documento, en 2008, en el que prometía que volvería a la vida tres días después de morir.

Un acto religioso en el que, según él, Dios actuaría para que su cuerpo y mente no se descompusieran como sucede en los demás casos de personas fallecidas.

“Mi integridad física tiene que ser preservada por completo, ya que estaré muerto por tres días, y al tercer día, resucitaré. Mi cuerpo durante los tres días no tendrá mal olor ni se descompondrá porque Dios mismo habrá preparado mi carne y mi cerebro para pasar por esta experiencia”, afirmaba el líder religioso en dicho documento.

Con esto en mente, y tras el deceso del hombre, sus feligreses se aglomeraron a la puerta de la funeraria, en la noche del lunes hasta la madrugada de aquel martes 26 de octubre, esperando que el religioso cumpliera su promesa.

Sin embargo, el hombre no volvió a la vida como muchos esperaban y el cuerpo fue trasladado en un coche fúnebre para ser velado y enterrado con prontitud.

La familia del difunto, había hecho todo lo posible por posponer su entierro durante estos tres días, asegurando a las autoridades que él volvería a la vida en la noche del lunes 25 de octubre.

Según el portal de noticias brasilero Metrópoles, el hombre murió por complicaciones cardiorrespiratorias.

El medio destacó que, de acuerdo con la hora del deceso, el pastor volvería a la vida a las 23.30 del lunes. Sin embargo, no hubo ninguna resurrección y Rodrigues no pudo “dar testimonio de la luz” de Dios con el prometido milagro.

Ana María de Oliveira Rodrigues, pareja del difunto, llevaba junto a él más de 20 años y tenía la esperanza de que resucitara, por lo que impidió que fuese enterrado al día siguiente de su deceso, como lo estipula la ley brasileña por temas de seguridad sanitaria. /La Nación