Sábado 01 de Enero de 2022, 10:22
Una explosión con el poder de 150 bombas de Hiroshima podría dejar un escenario apocalíptico en la Tierra en 2022. Es que la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) ha definido como “potencialmente peligroso” al asteroide 2009 JF1, ya que podría impactar contra la Tierra el 6 de marzo del año 2022 a las 08:34 horas, según ha informado la agencia espacial, aunque también estima que la probabilidad de impacto es de 1 entre 3.800 (un 0,026%).
Las agencias espaciales
están trabajando actualmente para elaborar misiones para atacar a estos
asteroides que suponen una amenaza para el planeta y poder desviarlos
de su trayectoria.
Tal es el caso de la nave espacial DART, que
será lanzada a mediados de este 2021 con el objetivo de colisionar
contra Dimorphos, uno de los asteroides más peligrosos para la Tierra
por sus características. DART pertenece a la misión Hera de la NASA en
colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA).
La fecha establecida para la colisión se ha concretado tras la observación exhaustiva del asteroide a través de un sistema de monitoreo de colisiones de la agencia espacial estadounidense que cataloga a los objetos cercanos al planeta según su tamaño, velocidad, dimensiones y año en el que se cree que se producirá el impacto.
Esta roca espacial es considerada “potencialmente peligrosa” por la NASA, que la ha calificado como Objeto Cercano a la Tierra (NEO), lo que significa que está suficientemente cerca como para considerarse una amenaza para la Tierra. Los asteroides son cuerpos celestes, los cuales se mueven en órbitas, ya sean de excentricidad escasa o considerable alrededor del Sol, y cuya inclinación sobre la elíptica puede ser de cualquier ángulo.
“Algunos asteroides y cometas siguen caminos orbitales que los llevan mucho más cerca del Sol de lo habitual y, por lo tanto, de la Tierra”, explica la NASA en un comunicado. Estos asteroides son constantemente monitoreados por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, usando un sistema automatizado llamado Sentry. Este sistema logra medir una gran cantidad de datos que permiten determinar, por ejemplo, que 2009JF1 es un asteroide Apolo, es decir, que su órbita alrededor del Sol es más grande que la de la Tierra.
Según precisa la NASA, “Sentry es un sistema de monitoreo de colisiones altamente automatizado que escanea continuamente el catálogo de asteroides más actual en busca de posibilidades de impacto futuro con la Tierra durante los próximos 100 años. Siempre que se detecte un impacto potencial se analizará y los resultados se publicarán inmediatamente aquí, excepto en casos inusuales en los que busquemos una confirmación independiente. Es normal que, a medida que se disponga de observaciones adicionales, los objetos desaparezcan de esta tabla cuando ya no haya detecciones de posibles impactos. Por esta razón, mantenemos una lista de objetos eliminados con la fecha de eliminación”.
El asteroide 2009 JF1 está actualmente a 375.587.595 km del planeta, aproximándose 18 km hacia nosotros cada segundo. Vuela más allá de la Tierra a una velocidad increíble, a 65.293 kilómetros por hora. La Agencia Espacial lo visualizó a través de Sentry en 2009, estimando que mide alrededor de 13 metros de diámetro. Su impacto contra la Tierra podría causar una explosión equivalente a 230 kilotones de dinamita. Hay que calcular que la bomba de Hiroshima tenía solo quince kilotones de poder.
Si bien la probabilidad de colisión en muy baja, rocas más pequeñas que suelen acompañar al cuerpo espacial pueden ingresar a nuestra atmósfera, arder en ella mientras descienden al suelo, creando meteoros y meteoritos que muchas veces vemos como lluvias de estrellas en el cielo nocturno.
Ataque al asteroide Dimorphos
Mientras tanto, se supo que la NASA enviará una misión al espacio con el objetivo de desviar el asteroide Dimorphos, un objeto que si bien no representa un riesgo para el planeta Tierra, es una oportunidad para que la Agencia Espacial corrobore si es posible lograr su objetivo.
La misión será puesta en marcha en 2022 y el objetivo es impactar en el asteroide Dimorphos, el cual destaca por ser el más pequeño de Didymos, un sistema binario de asteroides cercanos a la Tierra. El cuerpo principal tiene aproximadamente 780 metros de ancho, mientras que la luna menor de Dimorphos alcanza los 160 metros de diámetro.
Además de investigar el asteroide, la NASA pretende comprobar que es posible desviar asteroides que puedan representar un peligro para nuestro planeta. En 2022 Dimorphos se convertirá en el objetivo de la misión Prueba de Redireccionamiento de Doble Asteroide, DART, de la NASA.
La misión representará también para la NASA una oportunidad para poner a prueba la más reciente tecnología de desvío de asteroides para defensa planetaria. Ya en 2024 se lanzará otra misión, Hera, de la Agencia Espacial Europea (ESA); ésta se encargará de estudiar Dimorphos más de cerca, esto luego del impacto de DART.
De acuerdo con Kleomenis Tsiganis, científico planetario de la Universidad Aristóteles de Tesalónica (Grecia) y miembro de los equipos de DART y Hera, Dimorphos se convertirá en el primer cuerpo celeste cuya forma se verá alterada de manera intencional debido a la intervención humana. "Así, nosotros lo conoceremos con dos formas distintas: la que verá DART antes del impacto, y la que estudiará Hera unos años después", declaró Tsiganis en una entrevista. Además aseguró que tras el impacto de DARTse espera que la órbita de Dimorphos sea desviada alrededor de Didymos.
Tras el impacto, se espera que se cree un cráter al cual llegará la nave Hera, la cual investigará al asteroide varios años después. La misión realizará investigaciones detalladas adicionales para conocer e investigar al asteroide.