La familia del joven ladrón torturado y ejecutado en El Timbó lo despidió reclamando que se haga justicia

Sábado 25 de Junio de 2022, 06:31

EL LUGAR DEL HALLAZGO. La ruta 312, conocida como "la ruta del rally", es un desolado camino de tierra. El tramo donde hallaron el cuerpo del joven une El Timbó con El Cadillal.



Los deudos de Facundo Eneas Maximiliano Puente, el joven que apareció torturado y ejecutado en El Timbó, despidieron este viernes sus restos con la amarga sensación de no saber quién se ensañó con él hasta acbar con su vida.

Mientras se desarrollava el velorio en Los Pocitos, Tafí Viejo, su hermana, Jazmín, recordó la lucha del chico de 22 años contra las adicciones y admitió que solía perderse por días y que tenía problemas con los vecinos de la zona.

Por eso tardaron varios días en reconocer que el cadáver que apareció a la vera de la ruta 312 era el del joven de 22 años, y lo hicieron recién cuando vieron el identikit que difundió la fiscalía que encabeza Carlos Sale.

Esos inconvenientes a los que aludió la hermana del fallecido, tenían que ver con lo que hacía Eneas para obtener el dinero para comprar drogas. Hugo Correa, habitante del mismo barrio, lo señaló como parte de una banda a la que definió como el terror de Los Pocitos.

Según dijo, entran por las noches a cualquier casa del barrio y se llevan todo lo que encuentran. Cuando le tocó a él, le sustrajeron una caja de herramientas y una bicicleta, que afortunadamente la Policía logró recuperar, aunque no siempre termina así.

Por eso los investigadores, que usaron drones en la zona del hallazgo para buscar pruebas, no descartan que la ejecución haya sido la reacción de algún vecino, cansado de sufrir las visitas de la banda de depredadores del barrio.

Aunque por las características del crimen, tampoco se puede obviar la posibilidad de que algún dealer haya decidido deshacerse de un cliente incómodo, usando el procedimiento como mensaje para afirmar su poderío en la zona.

Mientras tanto, la hermana de Eneas recuerda su lucha fallida para salir del infierno de las drogas y pide que la justicia encuentre a los autores del brutal crimen, sabiendo que podría ser cualquiera de los vecinos que se cruza cada día en Los Pocitos.