Se negó a vender su campo y ahora trabaja la tierra en medio de la ciudad

Sábado 02 de Julio de 2022, 10:16

La lucha del hombre se volvió famosa y la cosechadora sigue funcionando en la hectárea rodeada de edificios.



Cuando llegó la oferta él se opuso. Le dijeron que se estaba equivocando, que por más que no quisiera iba a tener que vender su campo porque el terreno quedaría rodeado de edificios, pero el polaco Michal Myslowski estaba convencido y ya nadie lo podría hacer cambiar de opinión. El proyecto avanzó y las torres fueron invadiendo la zona, pero aquellas hectáreas siguen siendo suyas.

La mayoría de los agricultores de la ciudad de Lublin, la novena más grande de Polonia, aceptaron vender sus campos y el desarrollo fue avanzando alrededor de la propiedad de Myslowski. Pero ni las jugosas ofertas, ni las desafiantes torres que crecían en la zona lograron torcer su decisión y hoy el hombre, sus tierras y su cosechadora son uno de los grandes íconos del lugar.

La escena es llamativa: por un lado, una serie de edificios con muchos departamentos, con calles, veredas, tendido eléctrico, semáforos y muchos autos circulando. Una ciudad pujante y vigorosa cuya ubicación estratégica la convirtió en un centro del comercio del país y locación de muchas empresas tecnológicas, que apostaron por instalar allí sus sedes.

El hombre no quiso vender sus terrenos y ahora es un ícono de la región que se volvió viral en las redes.

Pero en medio de todo eso, un diminuto pasillo verde interrumpe el paso de la ciudad en la calle Jantarowa. Allí se lo ve al hombre, arriba de sus máquinas, levantando la cosecha casi sin inmutarse por lo que ocurre a su alrededor. El campo se mantiene a pesar de todo.

Claro que no es sencillo para el hombre trabajar en ese contexto, pero tampoco es fácil para los vecinos convivir con los olores y ruidos de la producción agrícola. Sin embargo todos aprendieron a convivir. Los lugareños elogian al agricultor por su decisión de mantenerse y le dan un toque citadino a su labor grabando el paso de sus máquinas y publicando los increíbles videos a las redes sociales.

Lógicamente las imágenes del campo en medio de la ciudad sorprendieron a los usuarios y se viralizaron rápidamente. Así es como los medios locales se acercaron al lugar para conocer más al ya mítico señor Myslowski. El hombre se mostró a gusto con sus vecinos: "La gente está bien. Entienden que tengo trabajo que hacer. Miran y hacen videos".

"Los niños también están felices. Nunca ha habido problemas con eso", aseguró el productor que cultiva la colza en sus tierras. A su vez para los residentes el campo aporta un pulmón verde en medio del cemento.

Katarzyna, residente local, aseguró al medio Dziennik Wschodni: "Como residente, puedo decir que no nos molesta en absoluto, al contrario. Es mejor tener una vista así al mirar por la ventana que estar rodeada de edificios de concreto".

Otra vecina de la zona llamada Monika aseguró que sus hijos siguen el avance de la producción y disfrutan del momento de cosecha: "Los niños esperan este momento todo el año. No nos molesta, estamos felices".



Para el hombre de campo la vida cambió bastante desde que sus videos inundaron las redes sociales, pero él acepta su incipiente fama sin problemas: "Estas fotos y videos que circulan en las redes sociales no me molestan en absoluto. Probablemente yo también las compartiría".

"Es toda una sensación para la gente que vive en la ciudad y no está acostumbrada a ver las máquinas. Genera curiosidad y no es de extrañar", añadió el hombre que recibe constantemente visitas de los curiosos que quieren comprobar aquello que vieron en un video. "Me acerco a todo esto con humor".