Un ladrón que mostraba sin pudor el fruto del delito desde la cárcel desató una fuerte interna en Villa Urquiza

Viernes 30 de Septiembre de 2022, 06:41

OBSCENO. Walter “Kuki” Caro luce sus cadenas de oro en Instagram. Está preso por decenas de robos con los que recaudó más de 100 millones de pesos.



Walter “Kuki” Caro, uno de los “nuevos ricos” tucumanos, delincuentes vinculados a diferentes casos que aumentaron su patrimonio en poco tiempo, está alojado en la Unidad 9 del penal de Villa Urquiza encausado por loq ue se conoce como "la industria del escruche”.

Se trata de la una banda que armó y ejecutró unos 20 robos en viviendas sumando un botín estimado en $112 millones. Los investigadores obtuvieron numerosos elementos para acusarlo, entre otras cosas porque tenía una particular costumbre: subir detalles de su vida en las redes sociales.

Una vez "adentro", no perdió la costumbre, por lo que el Servicio Penitenciario decidió implementar un sumario administrativo para aclarar esta situación. Sus compañeros de encierro lo miran con mala cara porque puso en jaque un acuerdo para el uso de celulares en el penal.

En los últimos días, “Kuki” exhibió varios detalles de su vida de encierro en Instagram. Cuando se encendieron las alarmas, borró todo. Alguien le avisó, pero ya era tarde. Bajo el nick “puparey”, Caro se mostró nuevamente con sus collares, pulseras y anillos de oro, posteando todo bajo la consigna “brillando donde cea (sic) rey”.

Publicó también fotos viejas con sus hermanos Cristian “Bichi” (también está encerrado en Villa Urquiza), Francisco “Vikunga” y Marcos “Batore” Caro (estos dos últimos se encuentran prófugos) recordando los tiempos en que compartían reuniones y paseos en lanchas en El Cadillal. “Los amo hermanos asta (sic) el final”, escribió.

En otro posteo, “Kuki” Caro subió imágenes con sus nuevoas amigos. Se mostró tomando mates con Luis Rafael Piccinetti, el amant asesino de Trancas que estuvo prófugo ocho años y que fue detenido en Cochabamba, Bolivia.

También mostró otra llamativa foto: la caja de una camioneta -sería una Dodge RAM- repleta de hielo con botellas de una cerveza de marca mexicana. Hasta aquí, el reo no cometió ningún delito, sí violó las normas del Servicio Penitenciario. Pero el “nuevo rico” sí podría ser investigado por amenazas.

En su Instagram, Caro posteó un video donde aparece un auto con parlante y una mano manipulando un arma de fuego con la siguiente leyenda: “buen lunes bandidos… A los bandidos de verdad… A los traidores tiempo al tiempo q el rey ce (sic) las cobra”. También publicó una imagen de un arma en su estuche con la frase: “ite sabiendo jil (sic) la co… de tu madre vamos a la guerra”.

El defensor del procesado, Ricardo Fanlo, se mostró sorprendido cuando fue interrogado sobre el tema.
“Después de que me entreviste con él podré decirles qué pasó”, señaló el profesional.

“Este gordo gil se mandó una cag... y ahora la pagamos todos. Tuvimos problemas con los celulares y esto será peor”, dijo Hugo, un reo que está cumpliendo una larga condena. “Los compañeros le dijeron a ‘Kuki’ que no se abusara, y él lo hizo. Estamos en el horno”, añadió. El preso se refiere a la investigación que ya inició el director del Servicio Penitenciario, Miguel Gómez, por la violación a un acuerdo al que arribaron semanas atrás y por el uso indebido del aparato que utilizaría.

Todo comenzó cuando un fiscal de violencia de género le avisó que un detenido había enviado un video a su pareja. Según confiaron fuentes judiciales, el reo le advirtió a la joven que si lo engañaba la mataría con una pistola que tenía en su poder. Las autoridades realizaron una investigación y descubrieron cómo se había producido el hecho. El mes pasado se hizo un festejo por el Día del Niño en el penal donde se entregaron juguetes, entre ellas, armas de juguete, que fue la que utilizó el demandado.

Por ese motivo, Gómez anunció que sólo permitiría a los internos tener celulares sin internet para evitar este tipo de problemas. La respuesta no se hizo esperar: los internos iniciaron una huelga laboral que se extendió durante tres días.
“A raíz de esa situación, después de hablar con los jueces de ejecución, decidimos arribar a un acuerdo con los internos por los casos especiales que plantearon varios de ellos”, explicó el funcionario.

Las autoridades y los magistrados recibieron pedidos especiales de los presos que estudian (necesitan internet para tomar clases virtuales, acceder a libros y recibir trabajos) y los que trabajan con celulares. Uno de ellos fue Miguel “Gatita” Lizárraga, considerado como el líder de la “industria del escruche”, que pidió autorización para atender los negocios que tiene en Córdoba. Otro reo planteó que sus familiares viven en España y que la única manera de comunicarse con ellos es a través de llamadas de WhatsApp.

Gómez, según confirmaron fuentes judiciales, presentó los planteos a los jueces de ejecución. Evaluaron todas las alternativas y decidieron autorizar el uso de los celulares cumpliendo con el mismo protocolo que se puso en vigencia con el inicio de la pandemia (se informa por separado). Pero además acordaron que los internos deben abstenerse de usar redes sociales. “Analizaremos las conducta de Caro para determinar qué sucedió. Pero el sumario ya fue abierto”, finalizó Gómez.