Lunes 30 de Octubre de 2023, 06:22
La reciente reforma de la ley de alquileres, que entró en vigor hace más de diez días con la promesa de beneficiar a los inquilinos, ha tenido hasta el momento un impacto mínimo, casi imperceptible, en términos de la cantidad de propiedades disponibles y en los precios de alquiler.
Claro que hace falta un poco más de tiempo para evaluar su efecto -y para quitarle cuestiones estacionales-, pero por el momento quienes alquilan continúan en un limbo, que está cruzado además por el panorama electoral que aún no está resuelto.
Según la plataforma Zonaprop, por el momento no se ven cambios en la oferta y demanda en el sitio.
Es decir, tanto propietarios como inquilinos todavía están esperando a ver qué pasa.
Mientras tanto, la nueva norma establece prohibir alquileres en dólares, pero no hay un control efectivo de que eso suceda.
Ante la consulta, fuentes del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat solamente remitieron a una web de denuncias en Defensa de Las y Los Consumidores, no específica para el tema alquileres, sino para cualquier tipo de bien o servicio fallido.
“La oferta no aumentó y tampoco va a aumentar”, dice Vanesa Ibarra, de Salguero Propiedades.
“El propietario quedó muy resentido y con una muy mala experiencia con la ley anterior. Un departamento en el mercado está a $300.000 y hay contratos terminando en $90.000: la pérdida ha sido muy alta”, sigue.
La nueva norma establece una duración de los contratos de tres años y una actualización semestral con el coeficiente Casa Propia, que toma el menor número entre la variación de los últimos 12 meses de la inflación y de los salarios.
“Que el ajuste sea semestral no está mal, pero el índice nuevo no termina de cerrar; además, un contrato a tres años es largo plazo para muchos propietarios. Es por eso que por ahora los precios van a seguir aumentando por arriba de la inflación: porque los propietarios se quieren resguardar”, señala.
Para Gervasio Muñoz, de Inquilinos Agrupados, tampoco va a haber más oferta en el corto plazo, pero por otros motivos.
“No va a haber más oferta hasta que se resuelva la cuestión política, se regule el alquiler turístico, se regule la vivienda ociosa y se resuelva la macro economía (inflación/ salarios)”, dice.
Y suma: “No vale la pena reformar leyes si el mercado inmobiliario puede incumplirlas con la impunidad de una mafia. Ojalá algún día responda alguna pregunta el ministro de Hábitat, el verdadero responsable de la crisis habitacional de Argentina”.