Viernes 29 de Diciembre de 2023, 08:55

Mucho se habló desde la asunción del libertario sobre la presencia casi constante de un misterioso sujeto. Todos los detalles.
Es un personaje silencioso. Está siempre. Camina cerca y a veces transporta cosas. En las últimas semanas despertó preguntas sobre su presencia en lugares clave, al lado de las dos personas más importantes del nuevo Gobierno: el presidente Javier Milei y su hermana Karina, la secretaria general de la Presidencia. Tiene una barba tupida, habla hebreo y siempre está con una gorra de color negro, traje y aspecto de custodio privado formado en el Mossad. Se acercó a Milei a partir de la vinculación del Presidente con la rama judaica ortodoxa Jabad Lubavitch y allí se quedó.
Los amigos youtubers del Presidente lo conocen como “Baron B”, porque en cada fiesta a la que fueron durante la campaña él les regalaba champagne a todos. En el Libertador Hotel lo conocen como Mario o Marito. Y en la sinagoga de la calle Agüero lo llaman Meir, su nombre en hebreo. Su nombre completo es
Mario Elías Suli, tiene 30 años y creció en la calle Brandsen, en el barrio porteño de Barracas.
Su verdadera identidad, hasta ahora, era conocido por muy poca gente. Solo se limita a asistir al Presidente y a Karina. Desde el Gobierno comentaron que su función tiene que ver con la conversión de Milei hacia el judaísmo.
El eventual secretario privado de Javier Milei, Mario Suli, junto a Karina Milei en el palco de la Cámara de Diputados
TareasSu rol, aunque todavía no está oficializado, es el de secretario presidencial. En el pasado sus equivalentes fueron Darío Nieto para Mauricio Macri, Pablo Barreiro e Isidro Bounine para Cristina Kirchner, Daniel Muñoz para Néstor Kirchner y Ramón Hernández para Carlos Menem.
Son las personas que manejan los secretos del Presidente y también forman parte de ese primer anillo de confianza. Escuchan conversaciones, comparten la intimidad del poder, pero también el mal humor y el estrés.Suli fue parte del equipo que acompañó a Milei al debate presidencial, viajó con él a Estados Unidos para agradecer al Rebe de Lubavitch y también estuvo en la sesión especial que encabezó Martín Menem en el Congreso.
Javier Milei fue a votar con Mario Suli a las elecciones de Boca
Ese día fue para acompañar a Karina Milei y los fotografiaron en diferentes escenas. Primero se sentó junto a ella en uno de los balcones de la Cámara de Diputados, luego caminó por la galería y también se quedó parado atrás casi sin asomarse, pero debajo de una lámpara que le sumaba un halo de misterio a la escena. Anda siempre vestido igual: traje, camisa y a veces corbata, pero siempre está con gorra, en reemplazo de la kipá.
Quienes lo conocen desde antes de que sea parte del equipo de Milei lo recuerdan como alguien de clase media trabajadora, hijo de profesionales, pero sin un trabajo fijo. “Estaba casi desempleado, por eso cuando se acercó a Milei pudo ponerse a colaborar rápido, porque tenía mucho tiempo disponible”, recuerdan. Con el correr del tiempo no se despegó más.
Mario Suli detrás de Javier Milei
El ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en diversas entrevistas radiales, intentó plantar la duda acerca de la presencia de Suli en el entorno de Milei. “¿Quién es el gorrito negro?”, se preguntó en medio de un debate en Crónica TV, argumentando que cerca del Presidente no podía estar cualquier persona. La explicación radica en que Suli todavía no fue nombrado oficialmente.
En las gestiones anteriores, los secretarios presidenciales terminaron siendo célebres por diferentes causas judiciales. Algunos por enriquecimiento y otros por espionaje. ¿Mario Suli rompa con la maldición?/
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