Una poderosa Amarok se clavó en la arena y la salvó el auto menos pensado

Miércoles 17 de Enero de 2024, 06:03

El Suzuki Funn arrastra a la camioneta Amarok que había quedado hundida en la arena.



En las últimas horas se viralizó en las redes sociales un video muy curioso para todos los fanáticos de los autos y -sobre todo- de la conducción en la arena: una Volkswagen Amarok que se había quedado clavada fue rescatada por un Suzuki Fun, un pequeñísimo auto urbano sin ninguna capacidad off-road.

Las imágenes fueron compartidas en X por la usuaria @GabriellaItal1, quien comentó: “Sólo en Argentina, jajaja! Suzuki Fun salva a Amarok”. 

El video dura casi tres minutos y muestra cómo el compacto realiza las maniobras de salvataje de la pick up hasta que finalmente la saca de donde estaba atascada.

Se desconoce el motivo por el cual la Amarok terminó allí. 

Considerando las buenas aptitudes todoterreno que posee la pick up argentina, todo parece indicar que se trató de una impericia por parte del conductor.

Tips para manejar en la arena

    Bajar la presión de los neumáticos. Siempre depende del tipo de cubiertas que tenga nuestro vehículo, pero en la mayoría aumenta mucho la superficie de contacto al bajar la presión. Eso hace que tengamos más apoyo, más adherencia, hagamos “menos surco” y que la mecánica se fuerce mucho menos. Además, puede ser la diferencia entre pasar o encajarnos. ¿Cuántas libras? Depende de varios factores. En mi caso, si sólo voy a circular por la playa, nunca uso menos de 24, porque es una presión que después me permite circular por pavimento lento sin tener que volver a inflar. La ley del menor esfuerzo… Si vamos para los médanos, ahí ya podemos bajar a 18. Pero si la arena está muy caliente, muy suelta, quizá sea mejor reducir un par de libras más. Para que esta operatoria sea precisa, debemos llevar un calibre, y un compresor para volver a inflar los neumáticos. De lo contrario, al volver al piso firme, se van a dañar y no vamos a tener ni un mínimo de estabilidad. Sería peligroso.

    Si tenés reductora, usala. Muchas pick ups como “nuestra” Alaskan o los SUV más orientados al offroad tienen “reductora” o “baja”. Este dispositivo acorta drásticamente las relaciones de transmisión. Para que se entienda: al mismo régimen de motor, en el mismo cambio vamos a andar tres veces más despacio pero con el triple de fuerza. Por eso, cuando la arena está muy suelta o estamos encarando médanos o zonas complicadas, lo mejor es conectar la reductora y utilizar los cambios más altos si vamos con ritmo. La mecánica se va a forzar y desgastar menos y tendremos más reacción, más fuerza para resolver dificultades.

    El apuro dejalo en casa. Cuando vamos a andar sobre un terreno que no conocemos, lo mejor es “tantear” primero, en este caso los médanos. El viento puede hacer cortes en las crestas, formar montículos o tapar obstáculos que nos podrían jugar una mala pasada o ponernos en peligro. Es mejor dar una vuelta previa, rodear el médano, verlo en todos sus ángulos, y luego elegir la trayectoria para subir y bajar. Y siempre evitar los sectores con vegetación, para no dañar las plantas y porque podemos atascarnos seriamente. La conducción agresiva o los cambios de dirección bruscos pueden desestabilizar el vehículo, como también “destalonar” los neumáticos si tienen baja presión (salirse de la llanta). Por eso, conviene hacer virajes suaves y encarar casi todo en línea recta, especialmente subidas y bajadas en las que acudir al freno tampoco es lo mejor porque podríamos perder la línea. Al frenar de golpe, siempre vamos a “empujar” mucha arena con las ruedas delanteras y un pozo en el que podemos enterrarnos.

En nuestras notas de TV o videos web, solemos “surfear” los médanos, es decir, transitarlos por sus laderas
. Es algo muy vistoso para la cámara pero desaconsejado porque el vehículo tiende a perder la línea y evitarlo requiere cierta técnica de manejo. Además, se fuerza innecesariamente la mecánica y se llena todo de arena.

A la hora de encarar ascensos o descensos es prioritario conocer los ángulos de ataque y salida de nuestro vehículo.
En el caso de Alaskan, están entre los mejores del mercado, con 30 y 28 grados respectivamente, lo que permite “negociar” pendientes pronunciadas sin raspar ni romper partes bajas de trompa y cola. Y no hay que temerle a las bajadas. Si vamos en baja (reductora), hacerlo en primera o segunda dejando que el efecto de freno motor modere la velocidad. O algo más simple: acudir a la tecla “control de descenso” (también equipo de la Alaskan) para que el vehículo lo haga solo.

Por último, si nos vamos a detener, siempre es mejor hacerlo en algún plano inclinado,
para que sea más sencillo salir hacia adelante o atrás sin necesidad de fuerza o con riesgo de escarbar arena en el intento. Y si el lugar tiene maleza o alguna dificultad, en el caso de Alaskan podemos aprovechar las cámaras 360 para ver desde el puesto de mando todo lo que tenemos y acontece alrededor de nuestro vehículo.

En cuanto a las herramientas que deberíamos llevar a bordo,
además del calibre y el inflador, es indispensable una eslinga con grilletes para que podamos ser rescatados por otro vehículo (o bien ayudar nosotros). Y nunca están de más una pala y planchas de aluminio o plástico, porque aunque manejemos un vehículo con grandes aptitudes offroad –como la Alaskan–, también nos podemos equivocar y mandarnos una macana.

Y lo más importante: el cuidado del medioambiente. Evitar las maniobras que dañan los médanos y la playa, y por supuesto no hacer fuego ni dañar la vegetación. 

A la naturaleza, le llevó mucho tiempo crear estos lugares fascinantes. No los arruinemos. /TN