La participación masiva frenó otra vez a la ultraderecha de Le Pen en Francia: triunfo de la izquierda

Domingo 07 de Julio de 2024, 15:15





En un giro sorpresivo, los franceses volvieron a frustrar en las urnas la posibilidad de que la extrema derecha de Reunión Nacional (RN) llegue al poder al votar masivamente a los candidatos del llamado “cordón republicano” en el que convergen aspirantes de la derecha y la izquierda.

La avalancha de votos la habría recibido la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), que obtendría entre 175 y 192 bancas en la nueva Asamblea Nacional, según los primeros datos extraoficiales, seguida por la coalición de centro Juntos, del presidente Emmanuel Macron, con entre 150 y 170 diputados. RN, que había triunfado en la primera vuelta de la semana pasada, se derrumbaba al tercer lugar con entre 132 y 152 legisladores. La derecha de Los Republicanos (LR) alcanzaba las 57-67 bancas.

La tasa de participación rozaba el 60%, convirtiéndose en la más alta registrada en unas legislativas desde las de 1981 (61,4 %), que llevaron a la izquierda al poder, según cifras divulgadas por el Ministerio del Interior.

La semana pasada, RN, de Marine Le Pen, había obtenido el 33,4% de los votos, frente al 28,5% del NFP, de izquierda y ultraizquierda, y el 22,1 de Juntos, la alianza de centro del presidente Emmanuel Macron.

Los casi 50 millones de electores se enfrentaban a un dilema: ¿votar al partido ultraderechista RN o al “frente republicano” tejido por el oficialismo y la izquierda?

Macron conmocionó a Francia con el adelanto de estas elecciones, previstas en 2027, a raíz de la victoria del partido de la ultraderechista Marine Le Pen en los comicios europeos del 9 de junio.

Aunque su objetivo era pedir una “aclaración” política a los franceses y, a su vez, frenar a la extrema derecha, el resultado de la primera vuelta puso a RN en cabeza con un tercio de votos y las proyecciones apuntaban incluso a una eventual mayoría absoluta.

Pero, tras la primera vuelta, la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) y la alianza de centroderecha Juntos del presidente Macron tejieron más de 200 pactos locales implícitos, el llamado “frente republicano”, retirando al candidato menos votado para impedir una victoria arrolladora de Le Pen y sus aliados.

Las últimas proyecciones de dos institutos de sondeos alejaban al bloque ultraderechista de la mayoría de 289 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja), al obtener entre 170 y 210, seguidos del NFP (155 a 185) y la alianza oficialista (95 a 125).

Artistas, futbolistas y asociaciones, entre otros, llamaron también a impedir la victoria de RN, en un movimiento similar al de 2002, cuando Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, accedió por primera vez al balotaje de una elección presidencial y perdió.

“Más que nunca, hay que ir a votar. Es realmente urgente. No podemos dejar el país en las manos de esa gente”, dijo el jueves el capitán de la selección francesa de fútbol, Kylian Mbappé, llamando a votar “del lado bueno”.

Ante eventuales “desórdenes”, a menos de tres semanas de los Juegos Olímpicos de París, las autoridades desplegarán 30.000 policías y gendarmes el domingo por la noche.

Los analistas advierten de un resultado incierto, que dependerá de la abstención. La participación en la primera vuelta fue casi 20 puntos superior que en 2022.

Si ningún bloque obtiene una mayoría absoluta, varias hipótesis emergen: una difícil coalición entre parte de la izquierda, el oficialismo y los diputados de derecha que no pactaron con RN, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario.

El primer ministro de centroderecha, Gabriel Attal, anunció que su gobierno está dispuesto a permanecer en funciones “el tiempo que sea necesario” para garantizar la continuidad del Estado.

Independientemente del resultado, Francia vive un momento crucial de su historia política. Este podría acelerar el fin del “macronismo”, ciclo iniciado en 2017 con la irrupción de Macron por el centro del espectro político. Su mandato termina en 2027.