La organización de los JJOO París 2024 pidió disculpas por la parodia de "La última cena" que indignó a los cristianos

Domingo 28 de Julio de 2024, 18:51

La ceremonia titulada "Festividad" recibió críticas por una reinterpretación de la última comida de Jesús con sus seguidores antes de la crucifixión.



Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París 2024 emitieron disculpas públicas dirigidas a los católicos y otros grupos cristianos luego de la polémica que generó una representación durante la apertura que parodiaba a la pintura de Leonardo Da Vinci, "La Última Cena". En ese sentido, indicaron que la idea de la pieza era "la inclusión" y "la diversidad".

La ceremonia, titulada "Festividad", recibió críticas por ser una reinterpretación de la última comida de Jesús con sus seguidores antes de la crucifixión. En la puesta de escena, apareció recostado Philippe Katerine, un cantante muy popular en Francia, casi desnudo, con el cuerpo pintado de azul y con guirlandas de hojas y frutas, asemejándolo a Dioniso, el dios griego que simboliza el vino y los placeres carnales. Además, se encontraba acompañado por drag queens famosas (Nicky Doll, Paloma y Piche, con barba rubia).

A raíz de ese rechazo, la portavoz de París 2024, Anne Descamps, explicó durante una conferencia de prensa que el propósito nunca fue faltar al respeto. En esa línea, indicó que “claramente, nunca hubo la intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso. [La ceremonia de apertura] intentó celebrar la tolerancia comunitaria”. Además, subrayó que “si alguien se ha sentido ofendido, lo sentimos mucho”.

En sintonía con sus declaraciones, Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador, sostuvo que la intención detrás de la decisión no fue ofender, sino promover la tolerancia. “Imaginamos una ceremonia para mostrar nuestros valores y principios, así que lanzamos un mensaje muy comprometido. La idea era realmente provocar una reflexión. Queríamos tener un mensaje lo más fuerte posible”, sostuvo y remarcó que el objetivo era fomentar un diálogo sobre diversidad e inclusión.

Por su parte, el director artístico de París 2024, Thomas Jolly, se mostró sorprendido por las críticas recibidas. “Nuestra idea era la inclusión. Naturalmente, cuando queremos incluir a todos y no excluir a nadie, surgen preguntas. Nuestro tema no era ser subversivos. Nunca quisimos ser subversivos. Queríamos hablar de diversidad. Diversidad significa estar juntos. Queríamos incluir a todo el mundo. En Francia tenemos libertad artística. Tenemos suerte de vivir en un país libre”, manifestó.

“Por supuesto, teníamos que tener en cuenta a la comunidad internacional. Dicho esto, se trata de una ceremonia francesa para los Juegos franceses, por lo que confiamos en nuestro director artístico. En Francia tenemos libertad de expresión y queríamos protegerla”, agregó Estanguet.

"Nunca encontrarán por mi parte ningún deseo de burlarme, de denigrar nada. Quise hacer una ceremonia que reparara, que reconciliara. También que reafirmara los valores de nuestra República",
subrayó Jolly a la cadena de televisión BFMTV. "Tengo la impresión de flotar en una nube de tolerancia, amor y alegría compartida. Ese era el objetivo de la ceremonia", añadió.

Además, argumentó que la última cena no fue su "inspiración". "Creo que estaba bastante claro que era Dioniso quien llegaba a esa mesa. Esta ahí porque es el dios de la fiesta (...) y el padre de Secuana", la diosa y personificación del río que cruza París, indicó.

"La idea era más bien hacer un gran festival pagano, conectado con los dioses del Olimpo", aseguró. En ese sentido, varias cuentas de redes sociales sostuvieron que la escena remitía al cuadro "El festín de los dioses", una obra del siglo XVII firmada por Jan Harmensz van Biljert y conservada en un museo de Dijon, en el este de Francia.

"Si nuestro trabajo se utiliza para sembrar nuevamente la división y el odio sería una gran vergüenza", afirmó Jolly. En esa línea, la drag queen y rapera francesa Piche, que también estuvo presente en la ceremonia, expresó a BFM que "no hubo nada obsceno ni provocación" en los actos.

Incluso el propio Philippe Katerine quitó hierro a la polémica, diciendo a BFMTV que "si no hubiera polémica, no sería divertido". "Me pareció muy buena su idea [la de Jolly] de inclusión. No vamos a optar por la exclusión, eso sería horrible... fue, sinceramente, una gran alegría", agregó.

En tanto, el Comité Olímpico Internacional (COI) publicó una declaración tras el comunicado que emitió la organización en relación a la polémica sobre la apertura. “El COI ha tomado nota y agradece la aclaración dada por el Comité Organizador de París 2024 en relación a la ceremonia de apertura. En el resumen diario, los organizadores dijeron que nunca hubo una intención de faltar el respeto a ningún grupo religioso o creencia”, expresó.

“Ellos reiteran que su intención con la ceremonia de apertura ha sido siempre celebrar la comunión y la tolerancia. El Comité Organizador también dijo que sí alguna persona se sintió ofendida por ciertas escenas, esto fue completamente sin intención y se sentían apenados”, concluyó.

"Escenas de burla y mofa del cristianismo": el rechazo a la apertura de ceremonia de París 2024

Algunos grupos religiosos condenaron la ceremonia, incluida la Iglesia católica en Francia, que lamentó lo que describió como "escenas de burla y mofa del cristianismo". Asimismo, Julien Odoul, portavoz del partido de extrema derecha Agrupamiento Nacional de Francia, calificó el acto como "un saqueo de la cultura francesa".

También generó el rechazo de varios responsables de la extrema derecha italiana, que expresaron su indignación el sábado en las redes sociales. Matteo Salvini, viceprimer ministro y jefe del partido de la Liga afirmó a través de X (antes Twitter) que "inaugurar los Juegos Olímpicos insultando a miles de millones de cristianos en el mundo fue verdaderamente un mal comienzo, queridos franceses. Sórdidos".

Los Hermanos de Italia, el partido de la primera ministra de Extrema Derecha, Giorgia Meloni, también se molestó. Tommaso Foti, jefe de esta formación en el Senado, consideró que la representación es "el crepúsculo de Occidente". "No se sabía si era necesario poner esas escenas blasfemas en vez de atletas en el centro del evento", escribió en Facebook.

El arranque de la escena fue fustigado por un amplio abanico de actores políticos: desde la conferencia episcopal francesa, que habló de "mofa" al cristianismo, a diputados de extrema derecha locales que lo tildaron de espectáculo "woke" (que en español equivaldría a "progre"). Tampoco faltaron las críticas a la ceremonia por parte de dos gobiernos que hicieron del cristianismo un elemento identitario: Hungría y Rusia. /Perfil