Sábado 03 de Agosto de 2024, 12:33
Nicolàs Maduro y una imagen de la concentración opositora en Caracas.
Venezuela vive este sábado una jornada crucial de manifestaciones contra la cuestionada reelección de Nicolás Maduro, quien reforzó de forma brutal su represión contra la oposición, con miles de detenciones, amenazas a los líderes partidarios, obligados a esconderse, e incluso la muerte de manifestantes, mientras el mandatario llamó a responder con “la madre de todas las marchas”.
La líder de la oposición, María Corina Machado, convocó a una movilización a partir de las 10 (11 en la Argentina) en una de las grandes avenidas de Caracas, en Las Mercedes. “Triunfamos el 28 de julio y ahora vamos a cobrar”, dice un mensaje publicado en sus redes sociales. Más tarde, el comando de la campaña opositora tuvo que desmentir una cancelación del evento, mencionada en afiches falsos impulsados desde el oficialismo.
El espectro de la represión de 2017, que dejó un centenar de muertos ya durante el gobierno de Maduro, genera cada vez más miedo de bajar a las calles en medio de una multiplicación de amenazas del dirigente chavista, declarado ganador de los comicios del domingo por el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el gobierno, en medio de denuncias de fraude de la oposición y países de la región.
La estrategia del terror que lanzó el chavismo, con una Caracas cercada y monitoreada por fuerzas de seguridad, los llamados “colectivos” (fuerzas paramilitares) y hasta drones, parecía funcionar en la primera hora con una convocatoria más débil en comparación con la multitud que acompañó a Machado en una concentración el martes pasado.
“Desde lo más profundidad de mi ser les invito a que nuestra respuesta a las arremetidas del régimen sean la esperanza, la concordia y la paz. Estamos en momentos muy complicados y debemos tener la serenidad para responder a esos ataques con la firmeza y la esperanza de un futuro mejor”, dijo Edmundo González Urrutia el viernes por la noche a través de un video. Se desconocía si el candidato o Machado iban a participar de la convocatoria del sábado.
Maduro acusa a Machado y a González Urrutia de promover actos de violencia y un “golpe de Estado” con el apoyo de Washington. El miércoles dijo que ambos dirigentes deberían “estar tras rejas” y, después de eso, la líder opositora escribió en una columna en el diario Wall Street Journal que está refugiada “en la clandestinidad” porque teme por su vida.
La contramarcha
Maduro dijo que había planes para “una emboscada” violenta en la manifestación convocada en Caracas por Machado y denunció que “criminales” que vincula con la oposición planean “un atentado” el sábado, muy cerca del barrio de Caracas donde Machado convocó a manifestar. Ordenó a la “policía (que) proteja la gran Caracas y estas zonas que están bajo amenaza”, en lo que se interpretó como una advertencia para los manifestantes.
A su vez, el presidente, de 61 años y en el poder desde 2013, convocó para el sábado a la que llamó “la madre de todas las marchas para celebrar la victoria”, que comprendería una “gran movilización” y un “concierto por la paz”
Sin sorpresas, el CNE dio a Maduro como ganador con 52% de los votos, por encima de un 43% atribuido a Edmundo González Urrutia, representante de la inhabilitada Machado. Los resultados detallados no fueron presentados.
“Fueron múltiples los llamados y gritos de fraude de este sector de la derecha, radical, criminal y violenta de Venezuela”, lanzó Maduro en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros. “No quieren reconocer los mecanismos nacionales y soberanos de Venezuela, solo quieren mantener el show de la farsa”.
La oposición dice que tiene las pruebas de un fraude y presenta un sitio web con copias de 84% de las actas de votación en su poder, que muestran que González recibió el 67% de los votos. El chavismo lo desestima y asegura que esos documentos son fraguados.
En medio de la disputa electoral entró un nuevo actor, el Tribunal Supremo de Justicia, que la noche del viernes pidió al organismo electoral que consigne en tres días las actas de escrutinio de las mesas electorales -que hasta el momento no ha publicado pese a las exigencias de varios países y de la oposición- como parte de la investigación que inició de las elecciones tras una acción judicial que presentó Maduro.
Al menos 11 civiles y un militar murieron en protestas tras la votación y más de 1200 personas fueron detenidas en medio de manifestaciones espontáneas en todo el país en los días siguientes. La oposición, que denuncia una “represión brutal”, da cuenta de 20 muertos y 11 desapariciones forzadas.
Presión internacional
“La asamblea pacífica es un derecho humano que se debe respetar. Hoy esperamos ver que el pueblo venezolano pueda expresarse sin persecución ni violencia”, tuiteó este sábado el máximo responsable de la embajada, Francisco Palmieri, aumentando la presión para que el gobierno no reprima la concentración.
Antes, Brian Nichols, el encargado de Estados Unidos para la región, también condenó la represión del régimen.
“Después de haber visto la voluntad del pueblo venezolano en las urnas, Maduro y sus representantes han recurrido a la represión, incluyendo detenciones arbitrarias, vandalismo de oficinas de la oposición y violencia contra aquellos que exigen pacíficamente que sus votos sean respetados y sus voces escuchadas. Estos actos son inaceptables y demuestran la seguridad de Maduro en el miedo para aferrarse al poder. Planeamos remitir estos asuntos a @UNHumanRights, pedir al @CIDH que garantice el seguimiento, e instar a la comunidad internacional a unirse a nosotros para rechazar enérgicamente esta violencia y represión”, expresó.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, expresó el viernes su “preocupación” por la seguridad de Machado y González, en conversación telefónica con ambos. El secretario de Estado estadounidense les expresó “su preocupación por su seguridad y bienestar tras las elecciones”, al tiempo que “condenó toda la violencia y represión políticas”, según un comunicado del Departamento de Estado
Mientras tanto, la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) hizo “un llamado a la paz entre los venezolanos” y pidió que este sábado “sea un día de reconciliación y justicia” y que “los mensajes de odio sean desterrados y quienes han sembrado miedo, represión y muerte no encuentren eco en nadie”.
“Hoy instamos a que no haya un preso político más, ni un torturado más, ni un desaparecido más, ni un asesinado más; Venezuela no merece eso, merece que vuelva la prosperidad para el pueblo, que la soberanía que hoy reside en ese pueblo sea reconocida por todos. Que vuelva la paz en democracia”, dice el comunicado del organismo liderado por Luis Almagro.
En cuestión de horas, cuatro países de la región reaccionaron en cascada el viernes y reconocieron la victoria de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales después de que Estados Unidos hiciera lo propio. Perú fue el primero el martes, cuando algunos Gobiernos denunciaban fraude electoral.
Después de reiterados pedidos de transparencia, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y Panamá reconocieron este viernes la victoria de la oposición. La canciller argentina, Diana Mondino, también lo hizo, pero luego el Gobierno aclaró que la postura oficial de Cancillería todavía no es esa.
Maduro, en tanto, agradeció las gestiones de los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Colombia, Gustavo Petro; y México, Andrés Manuel López Obrador, en pro de un acuerdo político en Venezuela.
“El presidente Lula, el presidente Petro y el presidente López Obrador están trabajando conjuntamente para que se respete a Venezuela, para que Estados Unidos no haga lo que está haciendo”, comentó el mandatario socialista.
Entre los países que reconocen a Maduro, figuran Nicaragua, Rusia e Irán. /
La Naciòn
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